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La chica de verdes ojos ya comenzaba a admirar los numerosos cuadros que se encontraban colgados en la pared del living (Algunos eran pinturas mundialmente famosas, así que la conclusión de _____ fue que seguramente serían copias bastante bien hechas).

La persona a la cual _____ vio hizo que sus vellos se erizaran por completo, lo cual la alarmó.

Ella efectivamente esperaba a un señor mayor, quizá un anciano, viviendo en aquella antigua mansión. Jamás en su mente pasó siquiera por error que quien viviera ahí fuese, al contrario... Tan joven.

Realmente en apariencia, parecería que aquél hombre no matara ni a una mosca.

En un solo repaso fugaz, notó claramente que él era muy guapo. Demasiado. Es más... Podría incluso decirse que ardiente.

Alarmada por el sentido que sus pensamientos tomaban en aquel instante, la pobre _____ se vio obligada a sacudir su cabeza con suavidad, regresando al presente para poder hacer una profunda y lenta reverencia para cuidar que ninguno de sus hijos se despertara.

—¡Lo lamento en verdad! —Se apresuró a decir, sintiendo como el sonrojo teñia suavemente sus pómulos— Me he perdido y esperaba saber si usted sería tan amable de ayudarme a encontrar el camino correcto.

Ella esperó un par de segundos, pero la respuesta no llegó, por lo cual volvió a erguirse, pero con la mirada aún en el suelo.

Quiero decir... —Dijo después de ello con un timbre de voz bajo y tímido, como un corderito asustado— dado a que usted vive por este rumbo, imaginaba que conocería bien el-...

—¿Y para ello fue necesario entrar hasta el living de mi casa? —Fue lo que salió de labios del hombre, interrumpiendo lo que _____ estaba diciendo— Me parece una completa falta de respeto y educación por su parte, señorita.

Ésto hizo que las mejillas de la azabache ardieran de nuevo, mirando al hombre frente a ella con culpa.

Los ojos color ámbar del hombre miraron con una extraña mezcla de severidad y amabilidad a _____, la cual sólo esperaba que él definitivamente la echara de su casa por su descortesía.

L-lo sé, pero llamé un par de veces a la puerta y nadie atendió, pero como ésta estaba abierta, pues... —Conforme hablaba, la ya fina voz de la chica fue callando cada vez más por la vergüenza.

¿Qué le iba a decir? Realmente no tenía una excusa para haber entrado a ese lugar.

Cualquier persona en su sano juicio al saber que nadie atendía a la puerta se hubiera ido.

Pero ella entró.

¿Por qué había entrado?

Ella no podía explicárselo ni a sí misma. Quizá tan sólo había sido un impulso o curiosidad.

Solo sabía que era como una fuerza estraña la que la había incitado a entrar a aquella mansión.

—¿Que hay de esos niños? —Fue la repentina pregunta que hizo volver a _____ a la realidad.

Inmediatamente sintió cómo Kanade comenzaba a quejar muy suavemente mientras se revolvía con levedad en su espalda.

Su cuerpo se tensó de pronto mientras veía como el hombre de ambarinos ojos y albinos cabellos caminaba hasta la salita, sentándose en el sofá más amplio.

Con una mano, él hizo un gesto para invitarla a que hiciera lo mismo en el sofá individual, lo cual ella hizo cautelosamente.

Si, podría ser que el hombre fuera increíblemente atractivo, pero eso no quitaba que algo en él no le inspirara confianza del todo.

Erotic Maternity © [ Laito Sakamaki ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora