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Un par de minutos después de esa escena, una _____ con el cuerpo tembloroso y la mirada cenicienta yacía en uno de los sillones de su nuevo hogar, mientras en otro de ellos, el mismísimo rey de los vampiros yacía sentado a sus anchas, como si fuera el dueño mismo de la casa.

Un silencio sombrío reinaba el lugar. Una tensión también era palpable en el aire, principalmente por parte de la de verdes ojos.

El Sakamaki la analizaba. Su mirada gatuna recorría su cuerpo con calma.

Notaba lo incómoda que ella parecía de estar sentada ahí simplemente. Sintió como la comisura de su labio se curvaba hacia arriba ligeramente.

Entonces decidió entrar en acción.

¿Ha notado la manera en la cual juguetea con sus manos cuando no sabe qué hacer? —Una de sus perfectas cejas fue alzada mientras decía aquello— Acaricia sus nudillos de una manera tan delicada y luego... Aplica más presión conforme llega a la uña hasta que termina pareciendo un-

¿A donde quiere llegar? —Fue lo que ______ alcanzó a decir, interrumpiendo al Sakamaki.

Su propia voz era casi inaudible y hacía parecer como si ella estuviese a punto de echarse a llorar.

...un rasguño —Esto lo dijo como un susurro tan solo por el mero gusto de terminar la frase.

Su sonrisa se ensanchó, pero la de ébanos cabellos no pudo ver esto, pues estaba mirando fijamente sus propios dedos.

Sentía que si conectaba miradas con aquel hombre iba a morir o algo parecido.

Escucha, ______... —De pronto, esa actitud felina y calculadora que había visto el en mayor pareció calmarse un poco y ser reemplazada por seriedad, aunque no estaba muy segura de ello— Necesito que sepas que si estoy aquí no es para representar una amenaza... Lo único que quiero es ofrecerte mi protección~

Antes de que el mayor pudiese seguir hablando, una pequeña punzada en el pecho de la de cabellos negros fue suficiente para armarse de valor y poder plantarle cara.

Si desde un inicio ya había desconfiado de él, ahora esa sensación volvía a ella con mucha más intensidad.

—Yo no necesito que nadie me proteja —Siseó en cuanto pudo establecer un contacto visual firme con el de dorados ojos. Aunque por dentro seguía muerta de miedo, el coraje nació de ella como una armadura mientras tenía en la mente la imagen de sus dos hijos— ¿Quién demonios se cree usted? ¿Y cómo fue que supo que...?

Su voz quebró. No podía pronunciar las palabras.

—¿Qué usted estuvo casada con un vampiro? ¿Qué los dos niños de los cuales usted decía ser hermana son en realidad sus hijos? —Una pequeña risa acompañó las palabras del albino. La situación parecía divertirle muchísimo— Hay una persona que usted conoce perfectamente...

Entonces un viento helado cimbró las ventanas de la casa. Parecía que una tormenta se aproximaba.

Un escalofrío recorrió la espina dorsal de ______ y su mente se puso en marcha, preguntándose vagamente si había cubierto correctamente a sus pequeños al momento de recostarlos.

Una pequeña risa curvó los labios de "Tougo". Sin dejar de mantener la mirada fija en los verdes ojos de la joven no pudo evitar pensar en lo buena que era esta chica como madre.

Aún así, despejó su mente de este pensamiento muy pronto, pasando su mirada justo al frente, perdida en los leños negruzcos que estaban postrados al pie de la chimenea.

Erotic Maternity © [ Laito Sakamaki ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora