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Canción para el capítulo:
dream a little dream of me.

01

13 de Agosto del 2016.

La tinta bailaba sobre el papel, dejando pequeñas manchas aquí y allá, llamando la atención de aquel curioso castaño que luchaba contra el sueño sobre su cama.

—¿Estás haciendo tarea?.—preguntó algo dudoso, removiendo las manos sobre su cabello.

—No es eso

—Entonces, ¿Qué escribes?.—miró al contrario que, con un puchero sobre su dulce boca, se negaba a recitar para él, moviendo su cabeza de lado a lado, levantando sus hombros dejando en libertad un "no es nada"—¿Nada?

—Nada

Dejó pasar unos segundos y habló para él.

—Hace tiempo que no leo nada tuyo, lo extraño, y me pregunto si algún día escribirías algo para mí.—aquello último sonó algo tímido, bajando el tono por cada sílaba— No para nadie más, algo de lo pueda declararme propietario

—Lo haré. En el momento que sienta que te amo más de usual, tomaré un lápiz y escribiré algo con todas las letras de tu nombre, y como prólogo relataré cómo entonces, me perdí en todo el amor que te tengo

—¿Será para mí?, Un escrito del más dulce autor que conozco

—Cada palabra que haga destilar una gota de belleza, será para ti, mi musa

El castaño delineó una suave sonrisa sobre sus labios, reclamando más cercanía al extender sus brazos. Se acomodó en ese pequeño rincón que el universo guardaba para él.

Se sentía cálido rodeado por sus brazos.
Se sentía amado.
Se sentía añorado.

Sus pestañas pesaron más de la cuenta, y entre tantos mimos se quedó dormido en su pequeño rincón.

Para cuándo el sol le cantaba los buenos días, era tarde, puesto que sus besos sobre su piel de porcelana, le cantaron primero. "Cielo" decía una voz ronca llamando con amor al cuerpo somnoliento.

El cielo cobró vida, al encontrarse con la más preciada de sus maravillas.

—Mi sol... mi vida

—¿Estarás cuando llegue a casa?, Cielo

—Claro que sí, pero no te prometo estar despierto

—Lindo, no importa si estás dormido o despierto, solo quiero que estés aquí

El pelinegro levantó su dulce boca-casi-haciendo un puchero, que como era de esperarse, fue atendido por los labios de vainilla del castaño, con un beso que haría que hasta los astros se pusieran celosos.

—Mi dulce niño, cuando llegue a casa y estés dormido, ¿Podrías al menos soñar conmigo?

—No hay cosa que me cause más deleite, y créeme que aunque ni las almas me pidan hacerlo, siempre soñaré contigo

Miró a su sol marcharse por la puerta, y a su universo hacerce más pequeño.
Se regosijó de alegría ante la memoria de sus palabras. Su pecho le decía que quizás ese sería el día, el momento, en el que lo amaba más de lo usual.
Tomó un lápiz y como sus palabras le recitaron aquella vez; en el momento que sienta que te amo más de usual, tomaré un lápiz y escribiré algo con todas las letras de tu nombre, y como prólogo relataré cómo entonces, me perdí en todo el amor que te tengo.

Le escribió a su amado, con miel y cerezas, aquella poesía que el sol recitaba en secreto para su amada. Algo con las más dulces letras, con el más genuino nombre y con el propósito más noble. Taehyung.

Para Taehyung, mi cielo, mi sol.

Haz dejado la casa hace poco tiempo, y mi cuerpo me reclama la distancia. ¿Qué haz hecho conmigo mi cielo?, Que cada vez que te tengo me siento culpable por amar tanto, por desear y pedir.
¿Qué haz hecho conmigo cielo mío?, Que el brillo de aquella luna que cantaba para ambos, lo he opacado ya por tanto amor.
Mírame, cielo, no dejes de mirarme, que me siento desdichado y apenado, cuando mi mente se vuelve valiente para cometer traición. Puedo comprenderla, nunca he de dudar que entre tantas almas, habrá una con deseos de un sorbo de tus dulces labios.
Sol mío, ten piedad y déjame pedir perdón por dudar de tu amor. Que he de poder cantar victoria al besar tus labios; debería y aseguro que, me haz de regalar tus más dulces rayos. Así que Sol mío, permíteme decir desde mi amargura, que deberías ser tú quién dude del amor, quien con despecho entregué besos castos sobre mi piel. Duda, amor mío, duda del cielo que te ama, y te diré porque. Haz de dudar tú de mí, porque todo el amor que tengo para el Sol, hará que un día pierda mis cabales, entré en agonía, y admita que desgraciadamente, he amado más que mis anhelos.

Tomó un sorbo de su café, sintiendo la amargura besarle la garganta.
Había terminado de escribir para su amado, pero no con forme con ello, lo dejó como uno más en su libreta de cubierta negra. Murmuraba para sí mismo, que sí ha de escribir para el Sol, usaría como letras a las mismísimas estrellas.

La tarde caía, dando paso a luna envidiosa de atención.
Llegó después de un rato a la solitaria habitación, encontrando a su dulce niño bajo las cobijas. "He llegado mi Cielo" dijo en voz baja, caminado sigilosamente para no asustarlo; se sentó sobre la cama y a su nariz le regaló un beso, apartando de su frente uno que otro mechón. Se removió sobre su asiento, mientras luchaba contra las agujetas de sus zapatos; hasta que una voz dulce pronunció "Sol mío... he soñado contigo". Dió media vuelta para mirar aquel cielo somnoliento, se inclinó y besó con delicadeza la comisura de sus labios, "Entonces continúa haciéndolo, Cielo".

La luna celosa alumbraba a través de las cortinas. Lloraba y reclamaba, a un amante para pasar las noches; estaba cansada y agobiada de solo observar.
Que pena, luna querida, que el sol ya tiene otro cielo donde brillar.














Eso fue todo por hoy.
Si tienen alguna duda sobre la historia, pueden preguntarme sin problema.
Actualizaré después de subir otro capítulo de "detrás de una nube", así que no sé cuánto tiempo pueda tardarme.
Escribir de ésta forma me toma más tiempo, por favor se compresivo/a; soy nueva escribiendo "fluff".

Lamento cualquier error ortográfico.

Gracias por leer, por favor no olvides votar.

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