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La noche había llegado a los cielos de londres en una de esas transitadas calles se encontraba caminado con cierta un fémina cuyo color de pelo era blanco, piel fina como porcelana y con dos ojos de distinto color. La chica nació con el padecimiento que afecta principalmente al color del iris de uno de sus ojos heterocromía. Por años sus propios padres le habían dicho que ocultara ese ojo que si bien no era feo llamaba demasiado la atención, era de un hermoso color dorado mientras que el otro era de color azul celeste. La chica se había graduado de una prestigiada escuela culinaria y hoy tenía la oportunidad de trabajar junto a él mejor cocinero que había en toda en inglaterra......Meliodas.

La fémina espeso a caminar más rápido llegaba casi 2 minutos tarde, maldecia a su mejor amiga Díane y a su hermana mayor Margareth, a su amiga por invitarla a celebrar este gran logro no cualquier día te conviertes en la ayudante del mejor chef privado de Inglaterra y a su hermana mayor por no medir el tiempo había confiado en ella según su padre ella era la "más responsable". Había llegado a las oficinas donde se contrataba el chef, llegó y una hermosa chica de cabellos negros, una postura sería y algo alta

—.Buenas noches lamento haber llegado tarde.–la chica decía con respiración entrecortada ya que en las últimas cuadras había corrido con toda la fuerzas de sus largas piernas

—. Mmm 5 minutos tarde.–la fémina lo decía viendo su reloj que lo tenía en su mano izquierda

—. Si lo siento se me hizo un poco tarde, ¿No lo arruine verdad?.–su notoria angustia amenazaba con salir en forma de lágrimas, ¿Cómo había podido ser tan irresponsable?

—. Aruinaste tu oportunidad de tener una charla pacífica con el señor Meliodas, pero ahora tendras que tomar el bus ya que Meliodas se fue

—. Eso quiere decir que tengo oportunidad?.– Elizabeth estaba que daba saltos de alegría pero se contuvo tenía que mantener la compostura y mostrarse como una persona madura

—. Si de nada por cierto me llamo Merlín, nos veremos seguido en los siguientes 4 años

—. ¿4 años?.– ¿Que significaba eso?

—. Si ¿No leíste tu contrato?

Era cierto con las prisas solo firmo y sin detenerse a leer un poco, esa estúpida costumbre de hacer todo con prisa

—. No lo siento pero, podría decirme en qué consistía.– dijo la fémina intentando resolver su duda

—. Bueno el contrato dicta que nos has vendido tus servicios por los próximos 4 años y que la terminar, si al señor Meliodas le agrado tu compañía extenderá tu contrato por tiempo indefinido.– decía le fémina leyendo una hojas que se encontraban en su increíblemente ordenado escritorio.

La chica solo le tocó asimilar lo antes mencionado, prácticamente se había vendido.

—. Ho bueno gracias y mucho gusto Merlín mi nombre es.– la albina no termino de hablar ya que la chica con la que quería presentarse la interrumpió

—. Elizabeth lo sé, lo dice aquí.– lo decía señalando el susodicho contrato.– y apresúrate que ya pasaron 10 minutos

Elizabeth palideció y corrió como pudo no le dió tiempo a desperdirse ya que el bus se encontraba a escasos metros de ella, con rapidez entro al autobús pago su pasaje y se sentó. Al cabo de pocos minutos llego donde se estaba dando un evento privado el autobús la dejo a pocos metros agradeció y se fue en dirección a la puerta, mostró un gafete que lo traía con anterioridad agradecía a los dioses de que no se le hubiera olvidado con la prisa, gracias a ese gafete la dejaron pasar sin ninguna queja camino con algo de timidez era su primer día en su nuevo trabajo en su nueva vida, un mayordomo la recibió y la guío hacia una cosina apartada de todo ruido externo y allí estaba el completamente sumergido en su trabajo no se había dado cuenta de quienes habían entrado, se movía de lado a lado recogiendo los ingredientes necesarios era obvio porque necesitaba un ayudante

—. ~Ejem~ señor Meliodas su ayudante a llegado.– decía de una forma educada el mayordomo

—. Si déjala junto a las carnes frías.– lo decía sin mirar ¿Acaso la confundió con un pedazo de carne?

—. Eh no señor su ayudante ya llegó.– lo dijo aumentando un poco el volumen de su voz, provocó que Meliodas los volteara a ver

—. Llegaste casi 20 minutos tarde.– miró su reloj después miró a la fémina

—. Si lo siento señor pero puedo prometerle que no volverá a pasar

—. Que sea la última vez entendido.– su voz firme y algo serena hizo que a la albina le diera un escalofrío por toda su espalda no sabía porque, pero estar cerca de el le daba un presentimiento de que debía salir corriendo de ese lugar, pero solo ignoró ese presentimiento y asintió a las palabras del rubio.– bien Benjamin ya te puedes retirar

—. Si señor.– dió una pequeña reverencia y obedeció a sus palabras, procedía a retirarse pero vio de reojo a la fémina y le susurró algo.– corre 

—. ¿Que?.– el mayordomo no le contesto y salió rápidamente de la cocina ¿Que había querido decir con eso? ¿De que debía correr?

—. Bien señorita.– hizo una pausa y un movimiento con la mano intentando decir, ¿Cómo te llamas?.

—. Oh mi nombre es Elizabeth liones señor.– se acercó un poco y le extendió su mano y el rubio acepto su saludo pero el lo cambio y beso su mano, pero hizo algo raro ¿Acaso olio mi mano?

—. Oh una liones tu padre y yo somos grandes amigos, espero que tu y yo también lo seamos

—. Yo también lo espero y puede esperar mucho de mi,trataré de no fallarle

—. Sinceramente no creo que lo hagas.– lo dijo mirándola directamente a los ojos como reacción la chica se sonrojo.– bien se acabaron las presentaciones a trabajar

—. Si

La siguiente hora fue de corre a para allá corre para acá, a Elizabeth se le dificultaron las cosas pero a Meliodas parecía tan relajado, como si lo hubiera hecho un millón de veces, entre pequeñas enseñanzas por parte de Meliodas y algunas risas terminaron con toda la cena, la mayor parte fue hecha por Meliodas mientras que Elizabeth había hecho solo 2, Meliodas le había dicho que era normal en los primeros días. Cuando entraron la comida los invitados aplaudieron a el chef de esta noche y a su ayudante

La noche finalizó Meliodas se había retirado un momento a recibir los elogios de los invitados y Elizabeth guardaba los ingredientes, curiosamente Meliodas no dejaba que la fémina se acercara a el refrigerador que se encontraba al lado derecho donde el siempre estaba, camino y tomo la puerta con intención de abrirla mira a su alrededor esperando que no hubiera nadie, habría la puerta de un tirón y..... No había nada extraño solo mucha carne pero curiosamente no se parecía a la de ningún animal, la fémina palideció al ver un....corazón humano ahí fue cuando se dió cuenta toda esa carne....era carné humana su maestro era un caníbal. Cerro la puerta del refrigerado tomo su abrigo se dirigía hacia la puerta, tomo la perilla la giro pero alguien la estaba esperando del otro lado

—. ¿Vas a algún lado Eli?



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