~15~

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Narra Elizabeth

Y allí estaba yo, tirada en el suelo con el radio en mi pendiente, con esos dos hombre parados frente a mi. Harlequin me miró con sorpresa parece que había interrumpido algo importante, Meliodas hablo algo de excomulgar no sabía que esto era como una especie de culto. Sin embargo había algo que me inquietaba: el pequeño micrófono que se encontraba oculto en mi pendiente y que en este momento, se me había caído y rodado justo a los pies de Harlequin

–. ¡¿Que hace esta aquí?!–. Grito Harlequin mientras se acercaba a mi y me levantaba de los hombros

–. ¡Déjala Harlequin!–. Grito cuando vio que sus manos me levantaron con tal brutalida, que no pude evitar que un gemido de dolor saliera de mi boca 

Seguro se preguntarán, ¿Porque gemido?: Esa repuesta se las daré cuando salga de esta

–. No conoce la casa asi que, por su bien, espero que allá sido solo un error–. Me miró podría sentir la decepción en su mirada–. Ya te puedes retirar Harlequin, tendré una conversación privada con nuestra invitada

Su mirada se posó sobre el chico que aún me sostenía de mi antebrazo, me dió una última mirada y se fue azotando la puerta por detrás mía. Aproveche la distracción para poder tomar mi pendiente, pero nuevamente como una vil muñeca de trapo era tomada con brusqu y llevada hasta un escritorio

–. ¿Que demonios hacías aquí Elizabeth?– su cara se acercó tanto a la mía que incluso poder ver detalles en tu rostro que nadie podría ver a simple vista

–. P-perdoname Me-meliodas tenías razón, me perdí y escuché voces n-nunca fue mi i-intencion  interrumpilos–. Exprese cagada del miedo, sabía lo que era capaz de hacer

Desollarme, cortarme en pedazos y probablemente hacerse una puta sopa con mis restos, inclusive violarme y guardarme como objeto sexual. Sin embargo dentro de mi sentía una lujuria que me quemaba por dentro tenerlo así de cerca, en esta posición....

Supongo que ya lo saben, soy masoquista

Fue algo que me enteré, la primera vez que lo hice con Meliodas. El me hizo sentir un placer que solo lo pide soñar, desde entonces vivo obsesionada porque me tomé otra vez

Meliodas solo me soltó y se aparto de mi pude notar en su rostro un pequeño color carmesí, parece que el sentía lo mismo que yo

–. Lárgate de aquí, tengo una cosas que arreglar y no puedes estarte paseando por ahí como, si fueras la dueña del lugar. Que aún ni nos casamos–. Me dió la espalda entonces no resistí más

–. Meliodas, Meliodas por favor amor espera, déjame compensartelo– mis manos, aparentemente inocentes, recorrieron todo su marcado abdomen en cuestión de segundos–. Por favor Meliodas–. Le dije de forma suplicante mientras me ponía de rodillas, dándole a entender lo que quiera realmente

El me miró y parecía entender ya que me levanto solo para besarme con pasión

Narrador omnisciente

En otro lado un desesperado Zeldris trataba de establecer contacto con su informante y ponerse de acuerdo con sus pensamientos y inquietudes llevaba días sin poder conciliar el sueño, estaba intentando juntar todas las piezas, para después soltarlas y destruir el imperio de su hermano. Aún no se explicaba como las cosas se habían vuelto tan retorcidas

El día en que Meliodas se comió a su hermano, ese día llegó diferente una sonrisa sicópata estaba en sus labios. Gritaba "¡Lo eh logrado padre!, Lo eh logrado" desde ese día la relación de el y su padre se volvió más fuerte

–. Elizabeth, Elizabeth con un demonio contesta–. Dijo Zeldris hablando al micrófono

~ah, ah, ah~ ~Meliodas~. Se escuchó al otro lado de la radio

Era obvio lo que había pasado, la había perdido a su espia su hermano la había ganado por completo, de momento lo único que podría hacer era esperar a que su hermano y su espia terminarán de hacer sus cosas y rogar, porque aún Elizabeth quisiera seguir con el plan

Elizabeth se la estaba pasando de maravilla, siendo embestida y penetrada por aquel hombre

~ah, ah, Meliodas~ s-si a-asi Meliodas~. Dijo Elizabeth

Siguieron con su juego lujurioso, la albina sabía lo que pasaba todo lo del micrófono que se encontraba a escasos metros de su amante y ella, la idea de que alguien les estuviera escuchando la exitaba aun más y hacia que sus paredes apretaran aun más el ya duro miembro de Meliodas

Si bien, el enamorarse de él no estaba en sus planes debería admitir que este error era especialmente delicioso....

Mañana siguiente capítulo amigos :3 se viene el final

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