*En multimedia podrán darse una idea de cómo se vería el pequeño edificio de enfermería.La sala de enfermería del castillo se encontraba llena con diez mujeres candidatas a concubinas, todas ellas desnudas frente a los críticos ojos de la sirvienta real Somi.
Habían pasado ya seis días desde la llegada del príncipe Hoseok y ello no había sido una gran diferencia en el pueblo, pero sí que había sido una gran diferencia dentro del palacio. Su jornada de trabajo se había expandido al doble por tener que cuidar de las candidatas y darles brebajes de desintoxicación, revisar su fertilidad y darles supresores diarios para que su próximo celo no fuese tan intenso, ya que la concubina tenía como prioridad el placer del príncipe antes que el suyo.
Sin embargo, a pesar de haber sido la causa de tanto alboroto, no lo había visto por ningún lado en todo el palacio. Y ella deseaba verlo para por fin saciar su curiosidad.
Sus primeros años de infancia con la señora Yoon los había pasado como sirvienta, ayudando únicamente a limpiar los pisos y asistir a otras sirvientas de mayor rango. Tenía prohibido salir de la zona designada a la servidumbre y en todos esos años jamás había visto al príncipe y mucho menos al rey.
No fue hasta unos meses antes de su presentación que su condición física empeoró y la "enfermedad" la llevó a tener que salir del palacio por primera vez y reposar en una cabaña a las orillas del bosque para no "contagiar" a nadie del palacio.
La señora Yoon le había dicho que debido a su presentación y su condición como hechicera, su cuerpo no había soportado tanta energía interna y que por eso sufrió de grandes dolores en su primer celo. Había pasado por tanto dolor y desesperación sólo para descubrir que su género era el de un beta. Un género extinto hacía un par de generaciones.
Durante los años había aprendido mucho sobre medicina gracias a la señora Yoon y gracias a eso supo que lo que le estaba pasando los meses posteriores no era normal.
"--Hara, nadie, absolutamente nadie puede saber de tu condición, ¿entendiste? Nadie se puede enterar de que eres una hechicera como yo. Mantén también en secreto que eres una beta, porque si el rey se entera haría muchas preguntas sobre tus padres. De ahora en adelante te ayudaré a controlar tu magia, haré que te cambien para que seas oficialmente aprendiz de curandera y así tu misma sabrás tratar tus dolores de loba cuando yo no esté. Si alguien te pregunta, diles que eres una omega y diles que eres estéril... Y lo más importante, nunca dejes que nadie vea tu espalda--". Aún recordaba aquellas palabras que su cuidadora le había dirigido meses después de haber tenido su presentación y de que su celo nunca volviera a hacer acto de presencia. Aquello sólo le confirmaba que había algo mal.
Hara se había perdido meses de su vida por tener que tratar tantos dolores, que cuando regresó al palacio con su nuevo puesto de trabajo, se sorprendió con la gran cantidad de rumores que corrían sobre el príncipe y una reciente masacre.
--Hara, te estoy hablando--. Le dijo la supervisora Somi de manera grosera, sacándola de sus pensamientos.
--¿Sí, señora?--.
--¿Revisaste la fertilidad de todas estas señoritas? Ya sabes que una mujer omega que no sea fértil no es útil aquí.
Lo había dicho adrede. Lo sabía. Pero sinceramente ya no le importaba.
Los únicos que conocían su condición de estéril y enfermiza eran los sirvientes porque únicamente así la habían dejado desplazarse al puesto de curandera.
No quería pensar mucho en ello. Se había deprimido durante meses y el hecho de que su aroma se hubiese casi desvanecido, le confirmaba que sus hormonas y su cuerpo no estaban funcionando de manera correcta.
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THE ENCHANTED PRINCE (J.HSK) -OMEGAVERSE
Fanfiction¿En dónde está la corona del difunto rey? La búsqueda y la sed de poder hace que la lucha entre dos especies se desate. ¿Quién debería encontrar la corona? ¿Magos o lobos? Y ¿cómo puedes apoyar a una especie... si eres ambas? --- -Lenguaje vulgar. ...