capítulo trece

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Jisung no entendía absolutamente nada. En sus oídos resonaba un horrible pitido, y sentía sus rodillas temblar a pesar de estas estar sobre el frío piso de piedra.

Él iba a casarse ¿A casarse?

Estaba esperando tener una espada sobre su cuello, y su vida finalizada para el final de ese día, cuando Minho le avisó sobre su juicio. Pero había conseguido un compromiso.

¿Por qué?

Lo único que había hecho esos días era rezar por su familia, por su protección, y porque su alma descansara en paz junto a los dioses. No esperaba eso. No esperaba estar atado a un alfa de alto rango. Alguien como él, un delincuente de escasos diecisiete años. Tampoco lo deseaba, sin dudas prefería sentir el frío filo de la muerte, a producir hijos para un estúpido alfa que solo lo querría para calentarse durante las noches.

¿Pero qué podía hacer él en un caso como aquel? Solo esperar el mejor momento para huir o acabar con su vida.

...

Minho se había levantado aquel día con una firme determinación. Algo que lo salvaría tanto a él, como a Jisung ¿Por qué quería salvar al joven? Vaya que deseaba entenderlo, pero estaba fuera de su mundana comprensión.

Jimin le había comunicado que deseaba llevar a cabo el juicio y finalmente terminar con la espera. Minho sabía que Jimin llevaba una predisposición áspera debido a los últimos acontecimientos, así que supuso, su sentencia sería según la ley, la muerte. Y por algún motivo, Minho detestó ese pensamiento. Por lo que comenzó a urdir un plan, uno en donde su honor como alfa de alto rango sería tan salvado como la vida de Jisung.

Nunca había deseado a un omega, no hasta que el joven delincuente llegó a su vida. Por lo que tomarlo como suyo sería bastante más sencillo que con cualquier otro omega. Al fin podría tener a su omega, y dejar descendencia en este mundo. Así poder callar a la gente que hablaba de él, y a las mujeres que se le ofrecían. Y sin dudas, también salvaría a Jisung de una muerte segura.

Así que aquella mañana, luego de avisarle a Jisung sobre el juicio, se encontró con Jimin en la sala del trono. Se inclinó en una profunda reverencia, su código para anunciar que necesitaba algo de él.

—Mi buen amigo ¿Qué es lo que deseas? —preguntó con tranquilidad.

Jimin, siempre imponía con su presencia. Pero no era de extrañar, que esos días, su aura se notara cargada de malos sentimientos. Se lo veía cansado, y por sobre todo, triste. Minho no deseaba pasar jamás por lo que él estaba pasando.

—Mi señor, deseo hacerle un pedido muy importante, referente a mi vida personal, que se conecta con el juicio que llevará a cabo el día de hoy.

Jimin asintió, animándolo a continuar. Curiosidad reflejada en su rostro.

—Mi señor, comprenderé si su respuesta es negativa. Pero deseo tomar a Han Jisung como mío.

—¿Entiendes lo que me pides, Minho? —cuestionó arqueando una ceja.

—Por supuesto, mi señor.

—Bien sabes que el concubinato está reservado solamente para la realeza. Pedirme al joven, significaría tomarlo como esposo.

—Es lo que deseo.

Jimin se rascó la nuca, se veía algo confundido.

—¿En verdad deseas tomar a ese joven delincuente como tu esposo? Se muy bien de las propuestas que recibes cada día —lo observó con suspicacia—. ¿O hay acaso un motivo oculto detrás de este pedido?

Minho chasqueó la lengua y rió suavemente.

—Mi señor me conoce demasiado bien ¿Verdad?

Jimin asintió y le devolvió la sonrisa.

—Si me permite la completa sinceridad, jamás me había cautivado un omega de la manera que él lo hizo. Estaba perdiendo la esperanza de casarme y tener hijos, pero su aroma parecía decir lo contrario.

—Entonces ¿Es él?

—Por favor, mi señor ¿Estamos hablando de esas fantasías que nos contaban de niños? No hay alguien perfecto para mí allí afuera, eran solo cuentos.

—Y sin embargo, cuando vi a Jungkook a los ojos, decidí salvarlo —canturreó.

Minho bufó, antes de recuperar la compostura. Era difícil separar al Jimin de su adolescencia, con el rey que era ahora.

—No se si Han Jisung fue puesto en mi camino por los dioses, o fue simple casualidad y buena suerte. Pero quizás sea mi mejor opción.

Jimin asintió, y su rostro recuperó la seriedad.

—Antes de cumplir con tu pedido, necesito dejar algo claro. Ese joven significó problemas para el reino. Minho, no quiero más problemas. Todo lo que Han Jisung haga, será inmediatamente reflejado sobre tí. Está a tu cargo. Tienen mi bendición en su compromiso.

—Gracias, mi señor.

Y Minho volvió a inclinarse.

...

Las manos de Minho eran suaves a pesar del gasto que implicaba usar una espada constantemente. Jisung se sentía agradecido por ello, y por su delicadeza. Porque su mano dolía en muchos niveles.

—¡Auch! —exclamó cuando Minho dio el último ajuste en la tela.

—Listo —murmuró—. Sanará rápido. No ha sido más que una fea torcedura.

—Sí, agradece a tu pie —susurró.

Sin embargo, Minho lo oyó y arqueó una ceja hacia él.

—Mi pie evitó que murieras.

—Hubiera sido mejor así —gruñó y lo retó con la mirada.

Se quedaron varios minutos así, retándose con los ojos. Por lo menos hasta que Minho suspiró con cansancio.

—No es lo que te ha tocado.

—Gracias a tí ¿Verdad?

—Sí, gracias a mí.

Y volvieron a retarse con la mirada.

—¿Por qué yo? —susurró Jisung, sus ojos aún pegados.

—Sabes por qué —susurró Minho en respuesta.

—No, no lo sé.

"Dime" —gritaba el cerebro de Jisung—. "Me deseas ¿No?"

No se sentía particularmente orgulloso por despertar el deseo en el alfa, era cierto que su omega consideraba aquello como poder. Pero Jisung no deseaba casarse por deseo, no sabía siquiera si deseaba casarse.

—Hueles bien, eso es todo.

Minho se puso de pie y le extendió una mano para que él también pueda hacerlo.

—¿Quién se casa con alguien simplemente porque huele bien? —cuestionó.

—Nosotros lo hacemos.

—Que gracioso —bufó.

—¿No te callas nunca verdad?

—Cállame.

¿Qué? ¿Por qué había dicho semejante idiotez?

Minho lo tomó de la cintura, y apretándolo contra su cuerpo, unió sus labios. No fue un beso particularmente largo, pero no fue especialmente suave y corto.

—Nos casaremos esta primavera —anunció Minho y salió del lugar.

Jisung sintió sus piernas aflojarse y lanzó un suspiro quebradizo ¿Qué había sido eso?

His |Jikook Adap.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora