Capitulo cuatro

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Las vacaciones se estaban acercando cada vez más y para Valentina era sumamente importante tener todo preparado antes de marcharse, todo debía estar listo antes del sabado, tenia pagos que hacer, tareas que revisar y calificar estudiantes, aun teniendo la mitad de las cosas terminadas sentía que le faltaba bastante, lo único que lograba darle un poco de paz era el hecho de que Juliana había tomado la amable decisión de ayudarla, con eso bastaba para ella, no se permitía dudar de las decisiones que ambas habían tomado, un paso adelante era todo lo que tenían, mirar atrás no era una opción para ninguna, le costaba concentrarse últimamente, sus pensamientos divagaban justo hacia Juliana y ese pequeño sacrificio que estaba haciendo por ella.

Tomó ambos cafés de la barra agradeciendo al barista y salió de aquella cafetería de paredes cafe claro con cuadros en cada una, el fresco aire chocó contra su rostro cegandola por un segundo -como odio este clima- la voz de Juliana la hizo volver en sí antes de tomar el café que tenia entre sus manos -la verdad a mi me parece agradable- su mirada subió hasta el cielo que apenas se estaba despejando de esas gruesas nubes -claramente tu no sufres de frío como otros- se señaló y tomó su café
-¿cuánto te debo?- señaló el vaso frente a ella
-nada, es un obsequio de agradecimiento por aceptar ayudarme- decía feliz mientras movía sus manos de un lado a otro -creo que merezco más que un café por ese gran sacrificio- se empino la bebida -diablos está muy caliente- lo alejó con velocidad de su rostro -ten cuidado esta caliente- respondió Valentina en un tono burlesco -burlete lo que quieras, pero no te llevaré a tu casa- comenzaron a caminar alejándose de la cafetería -¿eh?- Valentina desconocía de lo que hablaba su amiga -¿acaso no leíste los mensajes en el grupo de las chicas?- su respuesta fue una mirada desconcertada y levemente perdida -mejor no me respondas, quieren salir esta noche a tomar unos tragos o mejor dicho muchos y seguro también a dormir con un desconocido ¿te apuntas?- le dio un suave golpe con su hombro y una dulce sonrisa -tentadora invitación pero no se si quiera hacer alguna de esas cosas- sonrió levemente y le dio otro gran sorbo a su café -supuse que lo darías- guardó silencio mientras seguían caminando -así que... qué te parece pasar la noche de la compañía más mágica y grata del mundo- no debía mencionarlo, tampoco le apetecía salir a tomar esa noche, se colocó frente a Valentina haciendo que ambas se detuvieran -¡no me digas que tu hermano está en la ciudad!- mencionó felizmente esperando una respuesta negativa por parte de Juliana -nunca y entiéndelo de una vez, nunca te lo voy a presentar- afirmó repetidamente, le dio la espalda y siguió caminando -era simplemente una broma, pero debo admitir que es algo lindo en las fotos- se detuvo y la miró por encima del hombro -como sea- murmuró entre dientes
-hay por favor sabes que estoy jugando- intentó alcanzarla pero esta se giró un poco antes y se acercó detenidamente a Valentina -una pizza y un maratón de películas de esas que te gustan- la idea era bastante tentadora pero sabía que no se distraeria de la tormentosa semana que había tenido -claro- hizo una pequeña pausa
-pero preferiría salir con las chicas antes de marcharnos, hace tiempo no nos juntamos- siguió caminando dejando  atrás a Juliana -está bien si es lo que deseas nos iremos de fiesta esta noche nena- soltó un pequeño grito emocionada que dejó salir una pequeña risa de la boca de Valentina -bien- observó su celular
-ya debo irme, tengo mucho que hacer- se acercó a darle un rápido beso en la mejilla a su amiga -pero aun es temprano, podríamos dar un paseo- suplicaba dulcemente -es tentadora la idea Val pero enserio no puedo, nos vemos mañana en la noche ¿de acuerdo?- la chica junto a ella asintió molesta, Juliana tomó una de sus manos y se despidió con un suave apretón antes de seguir caminando -prometo pagarte el resto de mis días- le gritó cuando ya estaba lejos refiriéndose a la ayuda que le proporcionaria.

Valentina siguió caminando sin una dirección fija, simplemente disfrutando de su café y del maravilloso clima que particularmente le encantaba, específicamente ese día hacía un poco más de frío que con regularidad y aun asi tendria que salir esa misma noche tarde solo para beber, había perdido práctica desde la última vez que salió, no podía recordarlo con claridad y no precisamente porque había sido hace mucho, una pequeña sonrisa apareció en su rostro al intentar recordar qué fue lo que sucedió y no tener la menor idea, esta vez se sentía un poco diferente, sabía exactamente lo que ocurriría, Anne y Beca terminarían enrrollandose con algún desconocido por ahi, Juliana siempre se molestaba cuando bebía de más y terminaban discutiendo sobre cómo debía medirse con el alcohol para luego marcharse con Sergio a su departamento y dejarla irse a casa por su cuenta, observó su reloj -mierda es tardísimo-  camino de prisa hasta la siguiente calle donde se encontraba la escuela, aún debía recoger y revisar unas cosas, nada fuera de lo común, saludó amablemente al intendente y se dirigió  a su salon, a esa hora solía estar completamente vacía, eso le parecía un completo alivio, el único lugar solo en el que no se sentía mal.

Outside of the moon (Juliantina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora