Capitulo Diez

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Valentina dejó su mirada al frente para volver a su amiga y antes de conseguir respuesta su cuerpo fue golpeado por un muro que interfirió con sus palabras o así lo sintió ella porque al reaccionar y mirar la frente un cuerpo era el obstructor de una forma figurativa y literal -lo lamento mucho no lo vi- se disculpó inmediatamente con el hombre unos centímetros más alto que ella, su mirada sincerada se dirigió al rostro del desconocido quien aún parecía ligeramente confundido
-debes tener mas cuidado cuando caminas- se acomodó su chamarra y la miró un poco disgustado, entonces observó esos ojos verdes que recordaba con tanta claridad -¿Valentina?- la mujer reaccionó al recordar esa voz tan familiar.

-¿Lucho?-

Lo recordaba como si fuera ayer, la primera vez que hablaron en esa fiesta llena de adolescentes, sus jóvenes miradas aún poseían un brillo particular y aunque se habían cruzado en los pasillos de la escuela antes y se encontraban seguido en los mismos círculos sociales algo llamado destino no les había permitido encontrarse debidamente, así se sentía dentro de la mente de una Valentina de quince años con los ojos más claros y el corazón más puro, esa joven que creía en seguir sus sueños hasta el final, aunque esa pequeña parte aún permanecía en ella, su cabello casi hasta los hombros y una camiseta que aún recordaba tenía arrumbada en una esquina del gran armario en su antigua habitación -¿entonces iremos a esa fiesta o que?- Mónica Valencia la más joven del pequeño grupo de amigas y ahora abogada en un importe bufete animaba a las chicas frente a ella a salir a escondidas esa misma noche, el profesor anotaba en el pizarrón mientras todo parecía un desastre -no estoy tan segura, creo que es peligroso- Gina Ortega, la más creyente y responsable era fácil de espantar con tantas ideas provenientes de las bocas del resto, no era ninguna sorpresa que se dedicara de lleno a la iglesia al crecer -somos jóvenes hay que disfrutar un poco- intervino Daniela -ahora, si lo pensamos bien, leí por ahí que unas chicas de nuestra edad terminaron en una zanja por irse a escondidas de sus casas- fue interrumpida y concluida por Camil su otra mitad o así las llamaba todo aquel que las conocía porque siempre estaban juntas, al inicio de su amistad a Valentina le resultaba confuso, suponía que eran hermanastras o primas pero cuando tomó la decisión de preguntar resultó que sólo disfrutaban la compañía de la otra, no era ninguna novedad para una ciudad tan grande que al salir de la Universidad se fueran al otro lado del mundo a vivir juntas, los chismes se creaban fácil y las personas hablaban de su supuesta relación pero nadie sabía que tan cierto era, aunque tampoco podían decir que solo era un pequeño chisme que recorría su entorno.

-Podrías no espantarnos por favor- Daniela le rogaba a la rubia junto a ella que sentía ánimos de asustar específicamente la mente crédula de Gina -está bien lo siento, solo estaba bromeando- las miradas juzgando a su alrededor la hicieron disculparse -entonces quizá lo correcto sea botar, mi padre dice que es la respuesta a todos los problemas en común- Valentina había decidido habría la boca hasta ese momento -me parece algo justo- Mónica terminó por aprobar la idea, parecía una decisión impulsiva aunque votar las hacía sentir más adultas, cuando una de las chicas contó hasta tres y todas tomaron su respectiva decisión desconocían que el pequeño destino de la castaña de ojo azul cambiaría por completo de muchas formas -es un hecho- bajaron sus brazos -¡nos iremos de fiesta!- Camil gritaba para sí misma feliz de pasar esa noche fuera. Su plan era implacable, todas dirían que dormirían esa noche en casa de Gina, era la única que no podía dormir en casas ajenas y ella tendría que ser la pobre que escaparía de casa, Daniela las convenció de tomar el auto de su padre, en su casa solo eran ellos dos y él casi nunca estaba presente, jamás notaría que el vehículo desapareció por un par de horas, todo estaba listo y aunque Gina aún chistillaba no podía hacer nada, la votación había hablado por sí misma -tu tranquila yo soy excelentemente para resolver cualquier problema que pueda aparecerse- Monica caminaba al frente junto a la pelirroja asegurándose de ayudarla con sus problemas para mentir -estás loca claro que no- Camil y Daniela iban susurrando cosas un poco más atrás mientras reían y la castaña las observaba ligeramente más atrás, la morena observó su distancia y soltando el agarre de la rubia se detuvo -¿algo que te preocupe Val?- acomodó un mechón de cabello que no le permitía verla bien -no sé si lo de la fiesta sea una buena idea- parecía que se estaba retractando y era normal, sus padres le exigían mucho, esa situación podía meterla en problemas fácilmente -casi toda la escuela va a ir, además somos jóvenes, vivamos un poco- eso mismo diría alguien que al día siguiente queda embarazada pensaba Valentina aunque sus amigas se veían más animadas con la tal fiesta, nada podía cambiar esa motivación.

Outside of the moon (Juliantina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora