Capítulo 4

1.6K 100 5
                                    

-¡NOTICIAS DE ÚLTIMA HORA!

Sentí un peso sobre la cama y entonces me di cuenta de que mi amiga me había despertado. Odio el momento en que la dejé quedarse en mi apartamento.

-¿Qué demonios...?

-Tendremos un nuevo profesor -Sonrió entusiasmada-.

Metí mi cabeza en la almohada. No podía creerme que me hubiera despertado por semejante tontería. ¿Qué me importaba un nuevo profesor que me amargara el día? A este ya lo tenía entre ceja y ceja y ni siquiera lo conocía.

-¿Y?

-Al parecer se ha corrido la voz -Pausó y la miré alzando una ceja-. Una chica lo ha visto entrando en el instituto. Iba todo entrajetado y por eso sabía que era un profesor. Dicen que este es diferente.

-¿Diferente en qué sentido? -Pregunté sin el más mínimo interés-.

-Diferente en el sentido de sexy, guapo y joven, Isabelle -Dijo con un brillo en los ojos-.

No me lo creería hasta que no lo viera. La verdad era que no me interesaba en lo más mínimo. Es más, no me gustaba para nada. Si era cierto lo que decían me tiraría las clases escuchando cómo las zorras ligaban con el tipo. Iugh.

-En fin -Suspiré rodando los ojos-.

-Por cierto, en 10 minutos tocará el timbre...

-¿QUÉ? MALDITA.

Me levanté de inmediato y vi que una Lea ya vestida se reía de mí. Me vestí con lo primero que pillé (intentando que combinara un poco) cogí mi mochila y salimos pitando. Menos mal que vivía al lado del instituto. En 5 minutos pudimos ver el tumulto de chicas cuchicheando en la puerta. Supuse que sería por el nuevo profesor. Sonó el timbre interrumpiéndolas y me dirigí a mi primera clase del jueves. Literatura. Lea no estaba en mi clase así que me despedí de ella y me dirigí al aula.

Nada más entrar pude observar que todo el mundo ya estaba allí menos el viejo profesor Walker. De repente, todas las miradas se posaron en mí. Una respiración en mi nuca me sobrecogió.

-¿Me dejará pasar algún día, señorita?

Sentí su voz grave justo detrás mío, lo que hizo que girara bruscamente.

Oh, vaya.

Sus ojos marrones... Su pelo castaño... Era él. El chico del café. Al parecer él también me reconoció ya que vi un destello de sorpresa en sus ojos. Llevaba una camisa blanca que se ajustaba perfectamente a sus músculos y unos pantalones de traje negros que le quedaban estupendamente. Su cara era todo un poema al verme pero lo disimuló bastante bien.

Volví a girar para entrar a clase y sentarme en mi sitio habitual todavía aturdida. ¿Precisamente él sería el nuevo profesor?

Cuando entró todas las mujeres de la sala se irguieron en su asiento. Algunas lo miraban de arriba a abajo y otras le sonreían descaradamente. Igual a lo que predije. El castaño ni me miró.

-Por lo que pueden ver, el señor Walker ya no estará con nosotros -Su voz sonó muy profesional-.

Dejó caer su maleta sobre el escritorio y se cruzó de brazos provocando suspiros. Rodé los ojos. La frase que me había soltado no me había sentado nada bien.

-Por lo tanto, yo seré vuestro nuevo profesor de literatura y física -Genial, dos asignaturas-. Mi nombre es Hayden Harris. Profesor Harris para vosotros. ¿Alguna pregunta?

El "profesor Harris", que no aparentaba más de 20 años, no dejaba ver ni una pizca de amabilidad en su voz. Y yo lo pude comprobar bien por cómo me había hablado antes. Absolutamente TODAS las chicas levantaron la mano menos yo. Alucinante.

Tan Sólo una Mirada ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora