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Era un día de esos en los que Hellen no estaba bien, ni su mente, ni su cuerpo ni menos sus sentimientos.
Hace dos meses había dado a luz a Isaías, su bebé.Hellen es dependiente de las drogas y el alcohol.
Esa noche estaba en su cama dándole pecho a su bebé, mientras que lloraba de pena y rabia.
Ella no quería estar ahí,
Ella no quería estar así, con ese niño en los brazos
Ella solo pensaba en salir para conseguir con qué drogarse.Llevaba días sin consumir y su cuerpo ya no estaba bien,
Sudaba
Tenía fuertes dolores de cabeza
Y le temblaba el cuerpo completo.Muchas veces tuvo malos instintos con su hijo, sobre todo cuando lloraba.
Hellen no estaba con sus cinco sentidos y aquella noche Isaías lloraba como nunca.Él también era drogadicto, el que Hellen haya consumido en el embarazo hizo de que su hijo naciera dependiente igual como ella.
Isaías presentaba los mismos síntomas de su madre, su cuerpo temblaba y para pedir lo que necesitaba lloraba sin parar.
- ¿¡Por qué no callas a ese niño!? Le gritó una de las mujeres alcohólicas que vivía en ese edificio abandonado
¡Me tiene arta, pasa el día y la noche llorando!Hellen vivía allí desde los 14 años de edad, se había criado prácticamente en la calle, nunca fué a la escuela y vivía de lo que pedía o de lo que robaba.
Con su grupo de "amigos" Encontraron ese edificio abandonado, Hellen encontró allí una una habitación desocupada, no estaba en buen estado pero al menos tenía la puerta y las ventanas buenas y allí vivió por años.
Esa noche estaba fría, Hellen sabía que sus amigos estarían cerca de aquel callejón donde se resguardaban del frío mientras se drograban y bebían.
Tomó al pequeño Isaías, quien solo estaba cubierto por una mantilla que habían dado en el hospital el día que nació. La ropa, le leche y los pañales los había vendido para conseguir marihuana.
El pequeño estaba sucio y orinado, pero ella no hacía nada por él, pasaba el día borracha, drogada y durmiendo.
El bebé llorara a su lado pero ella no lo sentía.Salió afuera con todo ese frío que traspasaba los huesos, Isaías lloraba, ella caminó rápido, solo quería llegar hasta donde estaban esos hombres y pedirles que le dieran de lo que tenían.
- ¡Hey nena! Ven acá, sé lo que quieres. Dijo uno
- ¡Tenemos algo para tí! Dijo otroHellen los escuchó claramente, sonrió al saber que por fin después de días probaría de nuevo de eso que le gustaba y necesitaba tanto.
Al pasar por el callejón, vió los contenedores de basura, alrededor muchas cajas que de seguro después irían a parar al fuego que tenían sus amigos.