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Cuando estaban juntos, el aire se ponía más caliente y de algún modo todo se volvía ajeno.

Taeyong no podía pensar en nada más que devorar a Doyoung, mantenerlo apresado contra cualquier superficie y hacerlo gemir todo el tiempo que estuvieran juntos

Pero también quería mantenerlo toda la noche riendo alto mientras miraban películas o hablaban de cualquier estupidez.

—ah, ah, quién lo diría—murmuró divertido y entre molesto mientras se arreglaba para terminar de filmar su video musical—que alguien podría tenerme como su idiota.

—¿lo dices por mi?—preguntó curioso el mánager.

Taeyong sonrió de lado con diversión y rodó los ojos—¿de quién más podría estar hablando?

Se sentía emocionante tener una aventura, nadie sabía nada y ninguno de los dos había mencionado que la situación les disguste.

Taeyong se había mantenido estos días componiendo con más facilidad, cuando uno tenía una musa de algún modo la inspiración parecía ser una invitada recurrente.

Pero cuando las cosas se estaban poniendo buenas... ah, eso no era realmente bueno.

—Taeyong ahora que vas a debutar, es necesario que te tomes las cosas en serio, nada de salir a cualquier sitio, nada de que entre cualquier persona a su departamento—el CEO le advirtió con molestia—La prensa va a estar encima de ti por algunos meses, debes ser impecable ¿me haz oído?

—soy impecable.

El ceo levantó una ceja y soltó una risa burlona—¿Crees que soy tonto? Tengo mi mirada en ti, sé lo que haces y quiero que te deshagas de él, entierralo ó rompe el contrato.

—mi carrera no se va a arruinar por esto—frunció las cejas el rapero—Estoy vendiendo mi música, no mi vida personal.

—te equivocas, Taeyong, en cuanto firmaste el contrato comenzaste a ser un producto, créeme, nadie comprará un producto que está usado y tiene dueño.

El ceo siempre sabía cómo bajar sus ánimos, Taeyong suspiró en la noche fría y la puerta se abrió.

Era miércoles y Doyoung estaba ensayando sus rutinas, su nariz estaba roja al igual que sus mejillas, sonreía feliz mientras sostenía la bolsa con comida caliente.

—Mi hermano me dijo que tu debut es la semana que viene, increíble, a puesto a que harás unos buenos millones en poco tiempo, que envidia—canturreo Doyoung dándole un sorbo a su té caliente.

Rápidamente sintió una de las manos de Taeyong meterse debajo de su abrigo, acariciendole la piel y enviándole escalofríos por las puntas de sus dedos fríos, Taeyong lo abrazó por la cintura con su mano aún debajo de la ropa de Doyoung, apoyando su rostro en el hombro del patinador.

Era un abrazo un poco incómodo, Doyoung se sentía apretado en los brazos de Taeyong atrapandolo por el costado.

—¿Tienes algo?—preguntó curioso

Taeyong parecía sentimental o algo así y Doyoung no era bueno con esas situaciones.

—¿Estamos saliendo?—en cambio preguntó Taeyong

Algo se revolvió en el vientre de Doyoung pero no fue emoción, fue más bien un poco como vértigo.

—¿Saliendo? Pues yo no lo diría así.

Taeyong rió, no tomándolo en serio—ah, claro, no te lo propuse adecuadamente ¿cierto? Dime, qué quieres ¿debería pedirtelo en un concierto? ¿Debería comprar mil rosas y una caja de chocolates?

Haz un desastre conmigo TaeDoWhere stories live. Discover now