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En la mañana oscura, cuando el sol ni siquiera ha despertado, Doyoung y Sicheng corren a las instalaciones del equipo de natación.

Johnny ya está allí, estirando sus brazos y sonriendo con sus demás compañeros.

—sólo un poco de Dios John Suh y ya te sentirás mejor—palmea su hombro Sicheng

Y Doyoung sonríe de lado.

Conocer a Taeyong, sus sentimientos por Johnny, incluso los sentimientos que tiene por Sicheng, todos ellos le han llevado a darse cuenta que existen tantas diferentes formas de enamorarse, de sentir amor.

Y de todos ellos, el único amor que parece apreciar sólo es el de Sicheng.

—sabes, creo que sólo con verte ya me siento mejor—dijo seguro Doyoung mirando a su mejor amigo

Sicheng sonrió dulcemente y miro nuevamente a John—bueno pero yo sí necesito ver a Johnny.

Ambos comenzaron a reír y parecía que su corazón herido pronto olvidaría sus tristezas.

Esta bien, alguien más no lo entendería pero Sicheng sí, Sicheng si entendió cuando entre lágrimas Doyoung le contó que él había luchado toda su vida por esto, que era lo que más amaba y que se sintió furioso con las palabras egoístas de Taeyong ¿qué no le importaba que la gente se entere que estaba enamorado? Perfecto, eso no tenía porqué incluirlo pero cuando dijo que no le importaba que sepan que estaba enamorado de él, sin siquiera consultarle qué opinaba.

¿Acaso creyó que eso era romántico? Eso era egoísta, Doyoung no era un accesorio, él tenía su propia esencia y su propia vida ¡le molestaba tanto, y su temperamento era tan malo cuando se enojaba que acabo diciendo un montón de cosas!

Pero Sicheng lo entendió y eso era suficiente para Doyoung.

—bien, ahora empieza nuestro turno, ah, hoy va a ser un día largo—murmuró su mejor amigo, acomodando su bolso que caía de su hombro—¿deberíamos comernos el chocolate antes de entrar?

Ambos se miraron y empezaron a correr en dirección a los baños, donde abrieron el paquete de chocolate y se atragantaron encerrados en un mismo cubículo, riendo como tontos con todos sus labios y dientes manchados.

Sí, sí tenía a Sicheng ningún otro chico tonto hacia falta.

El siguiente mes, Doyoung se encargó de ensayar su rutina pero por más que intentaba mejorarla, había quedado estancado, la canción que había elegido y que tanto le gustaba ya no expresaba la emoción que sentía, no coordinaba con su rutina y eso le molestaba.

Su entrenadora parecía notarlo, ella llevaba observándolo meticulosamente por varios días y Doyoung siempre conseguía terminar fuera de tiempo, ninguno de sus movimientos iba de la mano con el ritmo.

Hasta que finalmente se cayó en uno de los saltos y ella detuvo su ensayo—tu rendimiento no sirve, Doyoung, está rutina no te gusta ¿por qué sigues usándola? Estás perdiendo tiempo.

—¿qué debería hacer?—preguntó con miedo, no podía cambiarla a tan poco tiempo para las fechas.

—prueba una nueva o intenta cambiar esta, Doyoung tienes que pensar rápido ó de otro modo tu presentación estará siempre incompleta.

Esa noche mientras un cansado Sicheng se iba preocupado, Doyoung se quedó en la pista, puso música e inició movimientos pero ninguno le convencía, su rutina con música libre era un desastre y no debía ser así, solía ser su rutina favorita.

Haz un desastre conmigo TaeDoWhere stories live. Discover now