Seok Jin caminaba de un lado a otro, se sentía extrañamente encerrado en una jaula, aun cuando el mismo se había metido en el cuarto de preparaciones por voluntad propia, todo había estado yendo estúpidamente rápido, ni siquiera había tenido el tiempo suficiente para asimilar las cosas, para crear un plan, para pensar como serian las cosas de ahora en adelante, la ultima vez que había visto a Namjoon no habían hablado, el simplemente se arrodillo frente a el y su hermano se limito a mirarlo, no lo toco, no se acerco a el... Simplemente lo miro, sus ojos llenos de furia y desprecio mezclado con algo que en realidad no sabia reconocer, lo observo durante minutos u horas, no estaba seguro, pero el silencio entre los dos era tan absoluto que estaba casi completamente seguro de que Namjoon podía escuchar los latidos acelerados de su corazón, expectantes al siguiente paso de su amo, anhelantes de una palabra, de un toque, aunque fuera de desprecio, necesitaba algún tipo de reacción aparte de su mirada, porque no estaba seguro de como tomarlo, pero había sido abandonado, su hermano salio de la habitación dejándolo expectante, la puerta fue cerrada tan silenciosamente que ni siquiera noto el chasquido que esta hace normalmente al cerrarse, y no se vieron desde ese día.
Pero aun tenia esperanzas, porque habían hablado sobre esto, lo hicieron, o al menos eso pensaba Jin, ya que cada vez que sacaba el tema Namjoon adoptaba una expresión seria e inescrutable, a veces lo escuchaba, Jin le decía que tenían que pensar en algo para cuando ese momento llegara, que no creía que su relación pudiera mantenerse hasta ese punto, pero Nam jamas le daba una respuesta, simplemente lo miraba, a veces, cuando Jin intentaba sacar de nuevo el tema, Namjoon se abalanzaba sobre el y lo besaba, largo y duro, arrancándole gemidos de placer, los acariciaba por todos lados, lo mordía y tocaba hasta que no podía pensar en nada mas que las manos sobre su cuerpo, la boca caliente en sus pezones, el pene rozando su entrada, en esos momentos no podía pensar en nada mas que el placer inconmensurable que sentía y se dedicaba a gemir de placer.
Pero ya habían pasado dos meses, eran muy cortos y una eternidad al mismo tiempo, eran demasiado cortos porque le daban ganas de vomitar al pensar en lo rápido que fueron todas las preparaciones, Lisa parecía un torbellino arrasando con todos los preparativos de la boda, que ni siquiera habían sido pocos, con una lista de mas de 500 invitados, la recepción tenia hasta el detalle mas pequeño cuidadosamente planeado, con horario que contaba prácticamente los segundos de cada cosa, le hubiera gustado al menos poder ayudar en algo, porque tal vez de esa forma hubiera despejado su mente de su agonía, pero cuando intento ofrecer ayuda Lisa lo había cortado de tajo
-¿Estas loco? Por supuesto que no bebe, esto déjamelo a mi, tendremos la boda mas increíble del mundo
Y sin mas lo había dejado solo mientras se alejaba dando ordenes y taconeando, el único trabajo que le dieron fue escoger su traje, y en realidad fu exasperantemente sencillo, se había metido en su carro, conducido al centro comercial y entrado en la primera tienda de trajes que encontró, le dijo a la dependienta que se iba a casar y en menos de lo esperado ya tenia frente a el al menos 5 opciones posibles, pero en lo que a el respectaba, todos se veían iguales, todos eran negros, las mismas piezas, tal vez distintos cortes, o eso había entendido de la chica que lo atendía, al final se probo los 5, solo para matar el tiempo, escogió el que mejor le quedaba, pero aun así no se tardo mas de 2 horas en completar todo, y sus pensamientos volvieron a atormentarlo, y en realidad ni siquiera es que no se entendiera a el mismo, o que muchos pensamientos lo atormentaran, era una idea, una pregunta muy clara "¿Y ahora que?", ¿Que iba a pasar entre Namjoon y el? ¿Lo iba a volver a contactar? ¿Seguiría todo como antes? ¿Que iba a pasar ahora?, no lo sabia, pero tampoco sabia si le iba a gustar la respuesta a su pregunta.
Así que allí estaba, dos meses después, dentro del cuarto de preparaciones en uno de los mejores hoteles de Corea, paseándose de un lado a otro, sin saber que esperar, se tenia que preparar, en realidad aun faltaba un rato para la ceremonia, pero no podía controlar sus nervios de ninguna manera, ni siquiera se atrevía a mirar el traje que esta perfectamente acomodado en su gancho colgado en una de las paredes tapizadas. Fue entonces que se escucho un golpe en la puerta, y seguido de este se abrió la misma, Jin se paralizo por un segundo mientras veía quien entraba, Namjoon se escurrió sigilosamente, Jin siempre había pensado que su hermano era como un gato muy grande, si tuviera que clasificarle diría que es una pantera, era silencioso, elegante, fuerte, imponente, y tenia algo que simplemente envolvía a cualquier persona que lo viera, obligandolos a la sumisión completa, así que siguiendo la sumisión a la que había sido enseñado por su amo, por su hermano, por Namjoon, Jin se dejo caer de rodillas en un movimiento elegantemente practicado y bajo su cabeza en señal de respeto, no lo podía ver, pero su hermano estaba sonriendo satisfecho ante tal acción, había entrenado muy bien a su lindo y querido sumiso, así que cerro la puerta y le puso seguro, dio pequeños pasos tranquilos y relajados hasta que estuvo frente a Jin, lo tomo de la barbilla y lo obligo a verlo a los ojos, su hermano mayor se veía frágil, con los ojos llorosos como si estuviera a punto de hechar a llorar, tenia las mejillas sonrojadas y los labios entre abiertos, así que se inclino y lo beso, fuerte y duro, metiendo su lengua en la boca de Jin, haciendo movimientos rápidos y sensuales que sabia hacían a Jin deshacerse, lo siguió besando incluso cuando sentía que no podía respirar, pero ni siquiera Jin intento apartarse, lo había extrañado, lo había deseado y necesitado mucho esos dos meses, pero sabia que necesitaba alejarse, para darle una lección a su hermano, para demostrarle lo mucho que lo necesitaba, para que el mismo aprendiera lo dependiente que se había hecho, y aunque había sido difícil como la mierda incluso para el, era algo necesario. Cuando paro el beso, escucho claramente los gemiditos necesitados de Jin, este aun tenia los ojos cerrados, los labios entre abiertos, estaba claramente expectante a recibir mas.
Quería mas.. Necesitaba mas... Eso era lo que Jin pensaba. Así que cuando Nam rompió el beso mantuvo los ojos cerrados esperando mas, después de unos segundos en los que no sentía ningún contacto, los abrió lentamente, mirando arriba la sonrisa satisfecha de su amo, y en ese momento lo único que pude hacer fue aferrarse a las piernas de Nam como si su vida se fuera en ello.
-No me dejes, por favor. - Empezó a suplicar mientras lloraba.- No puedo hacer esto, no quiero, no puedo perderte, no puedes dejarme, no se que voy a hacer si me dejas, tu me convertiste en esto, tienes que hacerte responsable.
La sonrisa satisfecha de Namjoon se retorció, se convirtió en una mueca malvada y sádica, sus ojos tenían un brillo peligroso, esto era exactamente lo que estaba esperando que pasara. Tomo a Jin de los hombros y lo obligo a alejarse, lo hizo parase y se alejo unos pasos de el.
-Te vas a casar Jin, lo vas a hacer, no porque quieras, si no porque yo te lo ordeno.- Se deleito con la cara de completa confusión de su hermano
-Pe-pero... ¿Porque? ¿Me estas dejando? Acaso tu ya no me quieres...- Su voz se iba convirtiendo en un susurro. Nam se acerco a el y lo volvió a besar mientras los movía a ambos hacia una mesa cercana, cuando se separo empujo a Jin mientras lo volteaba y bajaba sus pantalones.- ¿Que estas..?
-Vas a ponerte ese traje Jin.- Decía mientras sostenía sus nalgas con ambas manos.- Vas a caminar al altar y juraras amor eterno.- Soltó un azote o suficientemente fuerte como para dejar una marca roja, a lo que Jin solo soltó un gemido bajo.- Besaras a la linda chica que no quieres y nunca querrás.- Jin escucho el sonido de una bragueta siendo bajada, estaba babeando de la expectación y la excitación que sentía en ese momento, no le importaba quien pudiera escucharlos, no le importaba que se tenia que estar vistiendo ni que era muy posible que se retrasara para la ceremonia, nada de eso le importo cuando sintio el grueso pene de su hermano entrar en el sin preparación alguna. Soltó un grito de dolor y placer infernal que lo quemaba por dentro, dolía, Nam ya había hecho esto con el otras veces, cuando lo castigaba, estaba siendo castigado, aunque no estaba seguro del porque, pero jamas pudo acostumbrarse al ardor inicial ni al dolor, aunque ciertamente ahora lo encontrado placentero, sabia que era una forma de marcarlo que tenia Nam, y eso le encantaba.
Namjoon no tuvo consideraciones y comenzó a moverse casi inmediatamente, siendo rápido, brusco, usando una mano para sostener la cadera de Jin y otra para golpear sus nalgas, disfrutaba los gemidos adoloridos y la expresión en el rostro de su hermoso hermanito, así que siguió embistiendo sin compasión buscando su propia liberación.
-Vas a fingir tener una vida perfecta Jin.- Comenzó a susurrarle en cierto momento que los gemidos de Jin se habían convertido a expresiones de placer puro.- Te vas a acostar con ella y probablemente vas a tener uno o dos hijos, heredaras la empresa de nuestro padre, pero no vas a ser feliz.- Tomo los cabellos castaños y los jalo haciendo que la cabeza de Jin quedara alzada.- Porque siempre me vas a añorar, me vas a necesitar, extrañaras esto.- Pronuncio mientras embestía mas fuerte y sacaba un gemido ruidoso de Jin.- Durante toda tu vida, porque tu me perteneces Jin.- Dijo mientras mordía fuertemente el cuello de este dejando una clara marca.- Eres mio ahora y siempre.
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TURBIO •|Namjin|•
KurzgeschichtenLa familia Kim era reconocida por muchas cosas, pero su mayor emblema era su hijo mayor Kim Seokjin, y es que no había mejor manera de definir al joven que con la palabra "perfecto", todo sobre él lo era, todos los creían así. Pero en las sombras se...