Falling Kingdoms

Running Traitor

Chapter 15

Running Traitor

39 Lunas de Otoño, 550. Kiev.

Acuario frunció el ceño. Su cabeza estaba por explotar en cualquier momento, y a pesar de que le gustaría salir de la sala y tomar un buen té seguido de una siesta antes de ir por un buen merecido masaje, el consejero sabía que aquello no era posible. Por el momento había cosas más importantes que atender que sus necesidades personales, cosas que muy bien podría darle más noches de trabajo si no encontraban una solución apropiada.

— Simplemente...no entiendo porque esto está sucediendo, — dijo la reina de Kiev, Olivia, sonando un poco exasperada y cansada. Olivia y Acuario habían pasado incontables horas encerrados en aquella reunión de emergencias juntos, discutiendo el nuevo problema que tenían que resolver. 

Ese era el resumen de sus trabajos: mantener estabilidad en el reino, lidiar con problemas que afectarían el futuro de Kiev y que podrían causar caos, tanto en la luz del sol como detrás de puertas. 

Olivia suponía que muchas personas pensaban que su vida estaba servida en un plato de oro, que su vida revolvía alrededor de lucir hermosos vestidos y bailar de fiesta en fiesta con los demás gobernantes y figuras de poder. De alguna forma, aquello era cierto, pues no tenía que preocuparse por problemas de personas regulares. No tenía que preocuparse por la cena o por llevar a los niños a la escuela a tiempo, sus problemas eran más grandes, más estresantes, y más importantes. Después de todo, Olivia tenía que decidir por las vidas de cientos de personas, no solo con la suya.

Algunas veces lo odiaba. Acuario estaba aquí porque él quería, no porque fue obligado a tomar su posición. 

— Definitivamente esto nos ha tomado descuidados, — dijo Acuario a su lado mientras releía el pedazo de papel que les estaba causando tal dolor de cabeza.

Hace una semana una carta había llegado a las manos de Olivia. La carta era del presidente de la Nación de Verenes, Davis Cicinelli.

La Nación de Veranes era una de las entidades vecinas del círculo. Ubicada al noroeste del continente, la nación era una de las pocas y exclusivas entidades con las que el círculo tenia una relacion de comercio abierto (Tratado de Comercio Abierto del Círculo de Baltín, o simplemente TCACB) en donde los impuestos a mercancía importada y exportada  usualmente se mantenían en números bajas para evitar la inflación e impulsar la prosperidad en ambas entidades. TCACB era solo un trato exclusivo con el Círculo de Baltin, pero no se extendía a las relaciones políticas (y no económicas) entre las entidades que se relacionaban con el círculo. 

El tratado seguía varias reformas y guías, la mayoría impuestas por el círculo. Una de ellas era el trato igualitario entre el círculo y las naciones sin dejar que influencias exteriores interrumpan el tratado, como el desarrollo de una guerra entre dos entidades que están en el tratado. Como siempre, los reinos del círculo se mantendrían fuera y lejos de problemas extranjeros.

La Nación de Verenes siempre había sido un poco difícil de tratar, pues desde la separación de la una vez Verenes, la cual fue separada en dos distintos territorios: La Nación de Verenes y los Barrios Altos de Verenes, la tensión entre ambos territorios se había comenzado a extender con los años. En más de una ocasión La Nación de Verenes le había pedido al círculo en dejar a los Barrios Altos de Veranes del TCACB. Sin embargo el círculo se había negado a hacer tal cosa, pues aquello involucra enseñar algún tipo de favoritismo entre las entidades del continente, lo cual iba en contra de las reglas establecidas en el tratado e inevitablemente resultará en ser arrastrado en problemas internacionales que no les traería algún beneficio.