4.-
Kageyama le miraba algo molesto, sentado junto a la camilla en la que Tsukishima reposaba luego de haberse peleado con unos chicos de otro curso. El de cabellos oscuros no entendía la razón de aquella trifulca y aunque fuese justificado, no le agradaba en lo absoluto que el rubio se estuviese metiendo en esa clase de problemas. Ahora y debido a lo ocurrido, Kei se encontraba castigado y debía de quedarse después de clases a limpiar los salones del segundo piso.
Tsukishima no quería decir nada al respecto. Aquella riña se había desarrollado por culpa de él mismo y todo porque había escuchado como un par de muchachos hablan con morbo de Kageyama, eso provocó que enardeciese su ser y uno de sus puños no tardó en incrustarse en el rostro de uno de ellos, comenzando con la pelea. Pronto llegaron algunos profesores a separarlos, Kei quedó bastante herido por lo que fue llevado hasta la enfermería y minutos después llegó Kageyama con una expresión de preocupación en su rostro mezclada con algo de enfado.
Tobio le reprochó de inmediato con la mirada y ahí estaban, sin dirigirse la palabra.
Pero bueno, fue el de ojos de celestes quien rompió aquel silencio.
- Eres un idiota - emitió, para luego volver a callar por unos segundos, unos largos segundos.
Tsukishima le oyó con atención, sabía que iba a ser regañado. Mientras tanto, pensaba en qué iba a inventarle al chico respecto a el por qué del anterior alboroto.
- Mírate, estás todo herido, de seguro te saldrán unos feos moretones - Kageyama volvió a hablar. Acercó sus dedos hasta uno de los raspones que tenía el rubio en su rostro y acarició con suma delicadeza, mirándole preocupado - menos mal nada peor te ocurrió, me preocupaste, estúpido, grandisimo idiota - había comenzado hablando con una voz fuerte e imponente, pero aquello último lo dijo con un tono preocupado y suave.
El corazón de Kei comenzó a latir con fuerza al oír al ajeno de aquella manera y sintió aquellas malditas mariposas en su vientre. Esa "patética" reacción le apenó por completo, ruborizándose un poco.
- No vuelvas a hacer algo como eso, sino seré yo quien te golpee también - con aquellas palabras Kageyama acabó con su reproche.
El más alto sonrió un poco y trató de relajare un poco, su corazón aun latía rápido y sentía su rostro un poco caliente.
- Lo siento, me fue inevitable no golpear a ese par de imbéciles - por fin Tsukishima habló - lamento haberte preocupado, Kageyama.
- Esos chicos deben de haber hecho algo muy malo como para que tu hayas reaccionado de aquella manera. Tu no eres así, para nada - los ojos de Tobio se quedaron viendo fijamente los de Kei - dime, me da curiosidad, ¿Cuál fue la razón que te llevó a meterte en ese lío?
Tsukishima sintió un ligero estremecimiento en su espina dorsal al ver fijamente a los ojos de su amigo y cerró los propios, para luego dejar escapar un pequeño suspiro de sus labios.
- Bueno...- trató de no titubear - ellos estaban molestando a una chica y me pareció bastante feo, por eso actué como lo hice.
Trató de sonar lo más creíble posible, esperaba que Kageyama creyese aquella versión, realmente no deseaba que supiese que aquella riña había comenzado por sus celos. Sí, lo admitió, Kei admitía que fueron sus celos.
- Uhm...entiendo - Dijo Tobio, quedándose un poco más tranquilo.
Un suspiro de alivio escapó de los labios de Tsukishima. Estaba más tranquilo al saber que Kageyama le creía, fue un completo alivio para él y sus nervios.
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¿En Qué Momento Pasó? || TsukkiKage
FanfictionY ninguno se dio cuenta cuando comenzaron a gustar del otro, simplemente pasó y un día ya no podía sacarse al otro de la cabeza. Se estaban enamorando.