--CAPITULO 8--

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Narra Laila

Solo llevaba dos días de vacaciones y ya echaba de menos a los chicos. Queria que acabaran ya, odiaba estar en la misma casa que Petunia. Lily intentaba que las tres hiciéramos cosas juntas, pero yo paso. No quiero escuchar a Petunia llamarnos fenómenos de cada cinco minutos.

Ahora, mientras que Lily ayudaba a mamá y a Petunia a hacer galletas, y papá estaba trabajando, aproveche para escribir una carta para Sirius.

Querido Sirius:

Hola hermanito! Que tal estas? Me echas de menos? Más te vale que sea así, porque yo a ti si. Supongo que leerás esto con James y Remus asique... Hola chicos!

Se que os prometí que os contaría todo lo que me pasara en las vacaciones, pero la verdad es que no pasa nada. Lo único que hago es esconderme en el jardin con un libro, para que Lily no me encuentre y me haga entrar en casa para hacer cosas con la pesada de mi hermana Petunia. No puedo hacer bromas ya que mis padres se enteraron de que las hago en Hogwarts (gracias Lily) y me quitaron los artículos hasta que las vacaciones terminaran. Ni siquiera puedo ir a visitar a Sev puesto que se quedó en Hogwarts.

Lo que si que paso es que ya tengo vuestros regalos de navidad. Y no, no os diré que son. Ya los veréis es 25 en el colegio.

Creo que Lily asique me tengo que esconder. Os quiero mucho chicos y os echo de menos!

Laila, vuestra princesa.

Pd: Remus, no dejes que Sirius y James le hagan bromas a Severus.

Pd2: James y Sirius, más os vale estar planeando bromas para cuando llegue.

Sin añadir nada más, metí la carta en el sobre y me acerqué a Blackie, que gustosa de hacer el viaje, me estendio la pata para que atara la carta. Cuando esta se fue en dirección al colegio, yo me fui directa al jardín con un libro. En concreto a detrás de un gran árbol, para que Lily no me encontrara. Así serían mis vacaciones.

Narra Sirius

Me acababa de despertar gracias a unos picotazos en la ventana que pude asociar a una lechuza.

-James! Remus! Lechuza en la ventana!-. Aunque mi cama quedara más cerca, solo gire mi cuerpo para ponerme boca abajo y dejar que ellos cogieran la carta. Abriendo un poco mi ojo izquierdo, vi como a James le pasaba lo mismo que a mí y como Remis se levantaba para coger la carta.

-Es una carta de Laila para Sirius-. Con esta aclaración me levante de golpe, haciendo que mis piernas se enredaran en las sábanas. Una vez que me libre de ellas, ignorando las risas de un ahora muy despierto James, me acerqué a Remus y le quité la carta- Leela en alto.

Empecé a leer la carta sonriendo cuando me llamo hermanito, sin hacer caso de las caras extrañadas de los otros dos. Al final de la carta todos sonreíamos por las cosas de Laila, y sin más, me acerqué a la silla y al escritorio para escribirle a ella de vuelta.

-James, dale un par de gominolas lechuciles a Blackie-. Dicho esto empecé a escribir, con Remus y James a los lados.

Querida princesa:

Hola hermanita! Yo estoy muy bien, y no te preguntaré que tal tu porque se ve que la respuesta seria aburrida. Claro que no te echo de menos, de echo esto está muy tranquilo por aquí sin ti. Hay más paz. Los chicos también de saludan.

Nosotros no hemos echo mucho, nada más que molestar a algunos Slytherins. No te preocupes, Remus se encargó de que no le hiciéramos nada a Severus, porque si no te cabrearias y no queremos ver eso.

Tanto yo como James queremos saber que son nuestros regalos! Venga, dinos solo una pista! Nosotros también tenemos los tuyos, así que si no nos dices, no te diremos nada. No tenemos nada mas que contarte, asique nos despedimos ya.

Te quieren un poco, James, Remus y tu precioso hermano Sirius.

-Toma Blackie, llévala con Laila.-. Ate la carta a la lechuza y mientras se alejaba mire a los chicos, que me miraban extrañados.- Que os pasa?

-Que es eso de "hermanito" y "hermanita"?-. James arqueo una ceja mirándome al igual que Remus, pero este sonreía.-

-Le día antes de que se fuera, me dijo que en el poco tiempo que hacía que nos conocíamos, me quería como un hermano  y yo a ella también la quiero como hermanita. De ahí viene-. Me encogi de hombros volviendo a la cama. James se sentó en la mía con mucha curiosidad en sus ojos mientras que Remus se sentaba en la suya.

-Tu sabes que le paso ese día a Laila? Cuando vino de la biblioteca de "investigar", como ella dijo, se notaba que estaba triste. Además tenía los ojos rojos de llorar.- desvié la mirada dándo un suspiro. Sabia que James no se rendiría fácil hasta que se enterara.

-No se porque ni quien, pero cuando sali a buscarla porque tardaba mucho, me la encontré llorando. No me dijo el porqué, pero me pregunto que pensaba sobre la pureza de sangre y toda esa estupidez. Obviamente le contesté que no me importaba-. Me correji al ver la mirada de James y Remus- que no nos importaba. Cuando se calmó y le pregunté a que venía eso, no me quiso contar. Es todo lo que sé.

Tanto el de ojos miel, como el de gafas estaban enfadados con quien fuera que la haya hecho llorar por eso. Al fin y al cabo Laila era su princesa, su hermana, y no soportaban que nadie la hiciera llorar.

-Vamos a desayunar-. Con la sugerencia de Remus, los chicos se vistieron y se fueron al Gran Comedor.

Narra Laia

Al recibir la carta de los chicos me puse contenta y me rei con ella. No les contestaría a esta. Ya verán cuando llegue. Con que no me echan de menos eh? Ya verán.

La carta llego el día de Navidad, asique después de dejarla en mi escritorio, baje a abrir mis regalos.

De parte de mis padres tenía un libro muggle, se llamaba "Orgullo y prejuicio" y estaba segura de que Remus me lo pediría en cuanto yo lo acabara. Lily me había regalado un ejemplar de "La historia de Hogwarts". En cuanto a los chicos: Remus me regaló un ejemplar de una novela muggle llamada "Romeo y Julieta", no me extraño nada ya que un día le dije que me gustaría leerlo; Peter me regaló una caja de ranas de chocolate; James una cajita con colores, ya que sabía que me gustaba pintar; y Sirius me regaló una pequeña cadenita con un corazoncito en ella, que inmediatamente me puse.

Yo a ellos les envie: unas plumas nuevas a Remus; un quite de bromas muggle a James; un surtido de grageas a Peter; y una camiseta de los Rolling stones a Sirius, era su grupo favorito asique esperaba que le gustara.

Estaba deseando llegar a Hogwarts.


La historia de la merodeadora EvansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora