06 - Francis el molesto y una bella carta de amor

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Arthur Kirkland estaba en su casa, tranquilo, muy tranquilo, relajado mientras estaba leyendo un libro de poemas. Le gustaba leer ese tipo de libros cuando creía que el amor estaba a la espera. Leía y pasaba las páginas, volvía a leer y pasaba las páginas nuevamente. Leyó algo que le llamó la atención

Entonces pensó, si, estaba pensando y no creía que algo lo iba a interrumpir. En su teléfono sonó un tono de mensaje, solo una persona podía interrumpirlo de esa manera:

Francis Bonnefoy, su insoportable y mejor amigo

Agarro el teléfono y se fijó el mensaje que le había enviado. Estaba en lo correcto, era el.

WhatsApp:

Hey, Arthur, Mon amour ¿Cómo estás?

¿Y como crees que estoy?

Tranquilo, imbecil

Oh, veo que estabas ocupado con tus estupidis nivilis de amor

¿Cómo te atreves a insultar a mis queridas y preciadas novelas de amor? Bueno, sin ofender

Siempre el mismo, Arthur Kirkland, ya vas a ver cuándo no quieras mis besos jajaja

Igualmente nunca quise que me besaras

Arthurcito, por favor, me estás ofendiendo, creo que me ire a hacerme bolita y llorar en un rincón

¿Acaso te copias de mí?

¿Que? Ah que digo, ya serás mio, y te besaré por toda la eternidad

Arthur, ¡Arthur!

Creo que me ire a llorar

Arthur cierra la aplicación de WhatsApp y bloquea su teléfono.

Retomo en su pensamiento nuevamente, por segunda vez. Iba a hacer algo. Se va a su escritorio y busca unas hojas. Agarra un boligrafo y empieza a escribir.

Martina Hernández

Soy yo la persona indicada que debe amarte, me has gustado desde que te vi aquella vez, hace un año y medio que te vi. Aquella vez que te vi sentada riendo y divirtiéndote como nunca, eras adorable. Me gusta tu sonrisa, me gusta mirar esa bella sonrisa que tienes, me hace pensar, y yo te tuviese a mí lado, sería la persona más feliz del mundo.

Tengo miedo Martina, tengo miedo. No quiero pensar en que fueses tú, quién no me quiere. No quiero pensar que alguien nos separe, temo eso y lo siento. Se que me cuesta expresarme, pero por ti, yo haría lo posible por conquistarte.

La próxima vez que vea tu hermosura, juro que te voy a hablar, juro que serás mía y de nadie más.

Martina, no me gustas, yo... ¡Te amo! Y lo seguiré haciendo por toda mí vida.

Y si nuestro amor nunca fuese real, por lo menos habría creado, la mejor historia de amor, que el mundo habría conocido

Se despide, con mucho amor, Arthur Kirkland

Arthur termina de escribir y dobla la hoja, próxima a guardarla. Se acuesta a su cama y se cubre para dormir.

Suena su teléfono:

Un mensaje

–Arthur, soy yo, Mon Amour, la chica que te gusta estará mañana en el parque. Ya sabes que hacer :)

Entonces sonrió, y se durmió, rápida y plácidamente.

Mañana será un buen día, ¿O si?

Entiendelo... ¡Eres tonta!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora