♡: bye :(。

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Sakura llego a su casa muy deprimida, sus papás estaban preocupados por su hija que llego a esta hora alta de la noche y muy triste, pensaban que le habían hecho algo cuando venía o que alguien le dijera cosas obscenas a su pequeña hija

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Sakura llego a su casa muy deprimida, sus papás estaban preocupados por su hija que llego a esta hora alta de la noche y muy triste, pensaban que le habían hecho algo cuando venía o que alguien le dijera cosas obscenas a su pequeña hija.

– Hija que sucedió, quieres decirnos como te fue. ¿Porque vienes triste? – Le hicieron tantas preguntas a Sakura, haciéndola enojar más de lo que estaba.

– ¡NADA! está bien, no me paso nada. Solo... Que vengo cansada de ganar tantos premios y quiero ya dormirme, ¿puedo retirarme? – Contesto Sakura mirando al suelo, esperando las palabras de sus padres para que se fue tranquila a su habitación.

Sus padres la dejaron a su habitación sin interrogarla de nada, era mejor que descansara como ella decía para que despertara temprano y hacer cosas productivas el día de mañana.

Sakura se encerró en su cuarto silenciosamente para no alarmar a sus padres que puso seguro a su puerta. Camino a su gatita Hii-Chan que la esperaba en su cama dormida, Sakura tiro los premios que gano haciéndolos a un lado y se tiro en su cama junto con su gatita abrazándola muy fuerte.

– Hii-Chan, perdón yo te prometí comprarte una nueva amiga para que no te sintiera sola mientras yo no me encontraba en casa, pero una niña berrinchuda lo deseaba más que yo, ¿me perdonas?

Hii-Chan lambiaba sus patitas muy augustamente sin importarle que tanto llorara Sakura su dueña, de todas formas era un gato.

– Gracias Hii-Chan, yo sabía que no te enojarías conmigo pero ahora si prometo darte un peluche de gatito. – Dijo Sakura abrazando a Hii-Chan fuerte, la sacudía y le daba besitos en su cabecita llevándose unos que otros rasguños.

Al día siguiente, Sakura se levantó muy alegre como si no hubiera pasado nada de lo anterior ayer. Su motivación de todos los días era Hii-Chan, verla la hacía sentir bendecida y tener un buen día.

– ¡Buenos días mi pequeña peludita, como amaneció la consentida de la casa! – Tomo con sus manos a su gatita besándola en la nariz como era de costumbre.

Se fue a bañar para irse a ayudar a sus padres en su pequeño puesto de flores, ahora que estaba de vacaciones y no tenía nada que hacer, podía ganarse un poco de dinero por su gran trabajo ayudándoles a sus queridos padres y así jugar en la noche en la feria temporal del pueblo.

Se terminó de preparar en su habitación y bajo enseguida a desayunar junto con Hii-Chan para después estar en la florería.

– Ya comenzó la temporada de sakuras que hermoso, deberíamos de salir un día de estos. – Agrego la señora Miyawaki a su esposo mientras desayunaban.

En eso llego Sakura lista para desayunar con sus padres y Hii-Chan por supuesto.

– No subas a Hii-Chan a la mesa Sakura, ya te dije millones de veces. – Dijo su madre sirviéndole de desayunar a su hija.

Sakura puso a Hii-Chan en su silla especial para comer junto con ella, haciendo reír a sus padres cada mañana por lo tierna que es.

– Que afortunada es Hii-Chan de tener una dueña como tú. – Dijo su padre mirando a su pequeña comer y dándole de comer a su gatita.

– Lose, creo que piensa lo mismo. – Agrego Sakura mirando a Hii-Chan comer su comida, se acercó un poquito más a ella para darle un beso en su cabecita, Hii-Chan le ronroneo.

Toda la familia acabo de desayunar, ahora si se irían a hacer su rutina de siempre. Los señores Miyawaki abrían el puesto y alistaban y acomodaban las cosas de su local.

Sakura regaba las flores para que se mantuvieran vivas y frescas, les cantaba varias canciones que ella se sabía para hacerlas felices y no se marchitaran.

Así se iba el día para los Miyawaki en su trabajo, Sakura entreteniendo a sus padres con cada ocurrencia que hacia su pequeña hija estaban muy agradecidos por tener a este rayo de sol en sus vidas.

Estaba muy tranquila la tarde, ya solo faltaban pocas horas para cerrar. Sakura se sentó junto con Hiichan en la estructura de cemento que era rodeado de un gran árbol de Sakura. Apreciaban la vista de toda la calle, como se veían de hermosas las sakuras en estas épocas.

Se levantó rápido al ver a una mujer con una niña entrar a su tienda, tenía que atenderlas.

– Buenas tardes, que le interesa. – Dijeron la pareja Miyawaki al ver entrar a las clientas.

Vestían de negro, parecía que no tuvieron un gran día, se les había ido un ser querido.

– Un ramo de flores por favor. – Dijo la señora sollozando, no podía controlar sus emociones lastimosamente.

Sakura se asomó quienes eran las personas, no le gusta ver a la gente deprimida la pone triste. Se asomó un poquito y miro detrás del mueble que tenían a la niña berrinchuda que le dio su peluche, y hasta lo traía consigo.

– ¡Sakura! – La niña fue a abrazar a Sakura llorando, Sakura la abrazo confundida.

– Sakura ¿es tu amiga? – Todos miraron a Sakura hasta la madre de la niña, no la conocía.

Sakura asintió con un sí rotundo, ella seguía abrazando a la niña que lloraba en su hombro de enseguida Sakura la separo y le limpio sus lágrimas.

– ¿Que sucedió? – Dijo apenada Sakura, tan solo ayer ella estaba muy feliz cuando le di el peluche.

– Se murió mi papá, por eso te dije que me sentía tan sola. – Sonó su naricita al recordarlo.

Sakura la volvió a abrazar se sentía mal por ella.

– Ya nos tenemos que ir HyeWon, despídete de tu amiguita. – Dijo su madre tomándola de la mano, HyeWon se volteo a atrás para despedirse de Sakura con su mano.

Sakura solo se le quedo mirando triste con Hii-Chan en sus manos.

– Adiós HyeWon :(

cry baby ♡ | hyekuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora