EUNJI [EXO] 𝗜𝗗𝗢𝗟 𝗧𝗢 𝗦𝗨𝗣𝗘𝗥𝗦𝗧𝗔𝗥¹

02. El chico que no paraba de hablar

EunJi llegó al pasillo casi arrastrándose, con una expresión de dolor en su rostro que solo una modelo de alta costura podría entender. Las clases de modelaje habían empezado hace dos días, y sus pies estaban protestando de dolor.

Nunca imaginó que actividades tan simples como caminar o levantarse de la cama serían una tortura. Ahora comprendía por qué su madre, al llegar a casa tras alguna reunión, tiraba los tacones lejos de ella, como si se tratara de la misma peste.

"Ser mujer sí que duele", pensó al llegar al salón de canto. Exhaló con fuerza y se estiró como si fuera un gatito, moviendo sus extremidades de un lado a otro con suavidad.

De repente, una sombra se deslizó sobre su hombro, y antes de que pudiera reaccionar, una voz susurró en su oreja:

— Hola...

EunJi se giró con un grito, el eco de su voz resonando por el pasillo como una alarma de incendio. Se alejó de golpe, chocando la espalda contra la pared y su corazón latiendo a mil por hora.

— ¡Oh, dios mío! ¡¿Estás bien?! —exclamó un chico bajito, apareciendo frente a ella con expresión de pánico.

— N-no... —balbuceó EunJi, su voz casi llorosa y las mejillas sonrojadas.

Sus pies parecían estar ardiendo con cada movimiento que daba y el susto de ahora no ayudaba en absoluto a menguar el dolor.

— ¡Lo siento tanto! —el chico se disculpó rápidamente—. Por un segundo, pensé que eras mi amigo y quise hacerle una broma, pero luego me di cuenta que no eras él, y ya era demasiado tarde. ¡De verdad, lo siento mucho!

EunJi trató de recomponerse, moviendo sus piecitos en círculos.

— N-no se preocupe, y-yo... Estoy bien —murmuró, frotando las manos por sus brazos.

— ¿Segura? Ese golpe sonó fuerte —dijo el chico, aliviado pero no del todo.

— S-sí, yo... Es-estoy bien —repitió EunJi, mientras le sonreía de forma ligera.

El chico le sonrió de vuelta. El miedo y la preocupación por fin se habían desvanecido de su rostro.

— ¡Vaya, me diste un buen susto! Nunca había oído a alguien gritar así. ¡Parecías una tetera a punto de estallar!

EunJi soltó una pequeña risa, aliviada de que el chico no se hubiera tomado la situación de forma tan seria. Socializar con personas nuevas siempre era todo un reto para ella.

— ¿Eres nueva? —preguntó el chico con curiosidad—. No te había visto antes en el salón.

— Y-yo... Sí —respondió, algo nerviosa.

— ¡Genial! ¿Cómo te llamas? Yo me llamo Byun BaekHyun.

— Uh... M-me llamo K-Kan EunJi.

BaekHyun levantó las cejas y sonrió ampliamente.

— Es un placer conocerte, EunJi-ssi —retrocedió un paso e hizo una reverencia.

EunJi imitó su acción torpemente. Por otro lado, BaekHyun luchó por no chillar ante la dulzura que emanaba la chica frente a él.

— ¡Ven, siéntate conmigo! —le señaló el asiento habitual donde él solía sentarse. EunJi se acomodó detrás de él y microsegundos después el chico giró para mirarla con interés.

— Dime, ¿de dónde eres, EunJi-ssi?

— S-soy de I-Ipanema...

BaekHyun se inclinó hacia adelante, intrigado. Al parecer a su nueva amiga le gustaba comunicarse en voz baja.

— ¿Ipanema? —el chico puso su cabeza de lado—. ¿Dónde queda eso? Creo que nunca he escuchado sobre ese lugar.

— Uhm... E-Es en Río do Ja-Janeiro... en Brasil —explicó EunJi, moviendo nerviosamente sus dedos sobre su regazo.

BaekHyun abrió los ojos como platos.

— ¡¿En serio?! ¡¿Eres de Brasil?! —su entusiasmo era contagioso, pensó la fémina mientras asentía y le sonreía de forma cálida—. ¡Increíble! ¿Cómo es allá? ¿Todos son iguales a ti? No me malinterpretes, ¡nunca he visto a un extranjero en persona!

— Uhm... Bueno...

— ¡Eso explica por qué eres tan bonita! ¡Vienes de un país exótico!

EunJi se sonrojó ante el cumplido y chilló un nervioso "gracias".

— Oye, no seas tan tímida, no muerdo —bromeó—. Bueno, a menos que trates de robarme la última pieza de pollo frito. ¡Oh, mi primo una vez lo hizo y ambos terminamos rodando escaleras abajo! ¡Fue increíble!

EunJi soltó una pequeña risa ante la anécdota del chico. Pronto, ambos se enfrascaron en una amena conversación que, en su mayoría, estuvo liderada por el bajito.