ҼƖ Ƥɾí́ղƈíƥҽ ƑƖօɾ [[ƘօօƙV]]

Introducción

La historia mostraba a dos almas que fueron separadas.

Una de ellas tan brillante como el sol, tan pura como el blanco, dispuesta a entregar todo de sí y no recibir nada a cambio.

Y otra...

Bella como una flor, con tantos sueños y aspiraciones...

Pero sus sueños se marchitaron al igual que él...

A sus quince años se supo que el rey, nuevamente, buscaba a su próxima esposa, muchas madres vistieron a sus hijos con sus mejores ropas, mientras que otras los ocultaban de aquellos ojos tan fríos que con una mirada te congelaban.

Los guardias salieron a buscar al mejor candidato para su rey, montados en unos grandes caballos negros con armaduras plateadas, tan impotentes y con una mirada neutral, siempre armados y dispuestos a matar a quien llegue a perturbar la paz del rey. Quien fuese elegido sería llevado al castillo, con o sin su voluntad, ya presentado al rey sería llevado a un colegio para educarlo y amaestrarlo para que fuera un príncipe digno del rey.

Pero nuestro príncipe tuvo la mala suerte de ser elegido, sin oportunidad de decir adiós a la persona que amaba, con lágrimas y sollozos fue llevado al palacio, presentado y prontamente llevado al colegio donde lo amaestrearian como un perro.

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Los segundos se convirtieron en minutos, los minutos en horas y las horas en días.

El príncipe fue perdiendo la noción del tiempo.

Sol y luna lo educaron durante un largo tiempo, tiempo que se convirtió en eterno para él.

Largos años estuvo encerrado en ese lugar, recibiendo clases de educación para ser el "Príncipe perfecto" para el rey. Y todo eso con el único fin de acompañar al hombre que se hacía llamar rey. Estar junto con él en el trono, cumplir sus mandatos y darle descendencia. Sería la incubadora privada del rey.

Al principio creyó que con recordarse eso todos los días seria más fácil afrontarlo, pero no fue así, con el tiempo sus pétalos se marchitaron, el hermoso brillo que poseía se fue junto con la luz del sol, se fue junto sus sueños y la esperanza de volver a ver a su amado, ahora lo que quedaba de él no era ni la sombra de lo que un día fue.

Se decía que el futuro esposo del rey tenía cabellos tan rubios que ni la hermosa luz blanca solar lo igualaba. Tenía una piel tan blanca y pura que ni la nieve se podía comparar con ella, que sus ojos eran como dos hermosos zafiros que hace que el cielo se ponga a llorar por la envidia.

Pero no era así, todos eran simples rumores, nuestor príncipe tenía los cabellos hermosamente negros los cuales se podían comparar con el negro de la noche más hermosa, su piel era acanelada y pura, una piel que muchas veces fue trazada como un lienzo con los más finos toques, simulando un pincel, sus ojos, sus ojos eran de un color azul cielo, puro, con un brillo tan especial que las estrellas envidiaban.

El príncipe fue encerrado en el palacio, llenando su hermosa alma con el más puro rencor y odio, con un solo objetivo; asesinar a la persona que lo marchito y desdicho.

TaeHyung mataría al rey.

Tomaría la corona y haría de ese mediocre pueblo un lugar digno de él.

Pero es ahí cuando el pasado del príncipe flor regresa para hacerlo florecer nuevamente.

Él era mi lienzo y yo el pincel, así que decidí trazar una flor en su piel
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─YEY YEY.