Capítulo | O1

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Despertar con Jungkook, desnudo y en su cama, era, posiblemente, lo mejor que le podía pasar en su vida

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Despertar con Jungkook, desnudo y en su cama, era, posiblemente, lo mejor que le podía pasar en su vida.

TaeHyung solía despertar en una cama vacía, por lo que nunca tuvo la oportunidad de admirar a Jungkook, bajo la tenue luz de las velas que estaban por acabarse, mientras este dormía plácidamente junto a él.

Las hebras cafés caían sobre su frente. Sus bonitos labios rosados y abultados. Su mejilla derecha incustrada en la almohada. Extendió una mano con cautela, sin querer perturbar su sueño, acaricio la mejilla izquierda, delineó la mandíbula con las yemas de sus dedos, deleitándose por la suavidad de la piel nívea.

Las sábanas blancas cubrían la mayor parte del cuerpo del pelicafé, pero no su espalda. Su espalda color nívea y fuerte, cuyo color relucia aún más bajo la tenue luz de las velas. Parecía una obra de arte realizada por los mismos ángeles. Una obra de arte que sólo sus ojos tendrán la virtud de presenciar.

Dios, y es que TaeHyung no quería que eso acabase, quería quedarse ahí para siempre, en los fuertes brazos de Jungkook que le transmitían tranquilidad, seguridad y amor.
Ambos encerrados en una burbuja en donde la realidad no pudiese alcanzarlos. Deseaba extender aquella dulce sensación de seguridad y paz que su amor le otorgaba.

Pero el destino tenía otros planes para nuestro príncipe y seria inútil tratar de escapar de lo inevitable.

Jungkook no tardó en despertar, sus pestañas negras espesas revolotearon como una mariposa antes de que sus ojos se abrieran, entrecerrados para acostumbrarse a la luz que se comenzaba a asomar por las cortinas. TaeHyung lo observó en silencio, percibiendo su mirada deambular por toda la habitación hasta encontrarlo observó sus labios curvarse en una sonrisa somnolienta, los cuales se partieron al hablar.

─Buenos días, Cariño.

Un pequeño estremecimiento recorrio a TaeHyung, su cuerpo reaccionando involuntariamente a la voz ronca de Jungkook y el mote cariñoso que le revolvía todo por dentro. Sus mejillas se sonrosaron y se acomodo bien al lado del pelicafé para recibir los mimos mañaneros que tanto necesitaba.

─Buenos días - respondió el pelinegro con su voz aterciopelada y grave acariciando las palabras que salían de su bonita boca rosada. La mano suave y grande acarició su cabello.

─¿Te sientes bien?

─Mm - asintió -. Cansado. Pero no duele - No mucho, quiso añadir, sin embargo se lo guardo para el mismo. No deseaba que Jungkook lo tratase como un muñeco frágil. Fue lo suficientemente tierno y cuidadoso la noche anterior.

─Me alegró, mi amor - ah... Cada "Mi amor" calaba en el corazón de TaeHyung. Su corazón no podría soportar tanta dulzura por parte del de hebras cafés. - ¿Tienes hambre? Te haré el desayuno.

─No~... Quedemos así un rato más - pidió aferrándose al cuerpo fuerte y calentito de su querido pelicafé. Se sentía tan bien entre sus brazos que no quería dejarle ir -. Podemos comer después.

─Mm... Qué lástima. Y yo que quería comerte de desayuno - dijo lanzandole una mirada sugestiva. TaeHyung parpadeó y un surco surgió de entre medio de sus cejas. Para después reír a carcajadas y contagearle la risa al otro.



















































































Las carcajadas se hacían cada vez más lejanas, la dura realidad golpeandolo y haciéndole entender que tenía que olvidar todo lo que pasó con el pelicafé, porque por más que lo siga amando él no sabía si el otro aún sentía lo mismo por él.

Porque el futuro era maravilloso para muchos, pero no para él.



























Ya les conseguí madre, cookers, xdY ella es: 3112namjoonAhre xd

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Ya les conseguí madre, cookers, xd
Y ella es: 3112namjoon
Ahre xd

─YEY YEY

ҼƖ Ƥɾí́ղƈíƥҽ ƑƖօɾ [[ƘօօƙV]] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora