Consentido

279 30 0
                                        

Género: One-shot

Universo: Semi AU

Advertencias: ninguna

Anthony siempre fue un hombre que se esforzaba en sus trabajos, en su industria la mayor parte de los movimientos lo llevaba su mejor amiga Pepper , pero la construcción de sus armaduras era algo que le dedicaba todo su tiempo, hasta días enteros si era necesario.

Pero hoy era uno de eso días en que la pereza lo acechaba, desde temprano se despertó con un inmenso cansancio, asumió que fue porque tres noches seguidas no durmió y tampoco su pareja lo había visitado.

Desde que Stephen le dijo que tendría que viajar a ver los santuario que había en el mundo para confirmar que todo estuviera bien, él decidió enfrascarse en su taller. Pero hoy no tenía ganas de nada, fue a su cocina a beber algo de leche directamente de la caja, mordisqueo una dona que encontró al fondo de su alacena y volvió a su habitación.

Se acostó una vez más en su amplia cama, extrañaba tener a su pareja con él, era su motivo principal para levantarse y hacer el desayuno, ayudarlo a afeitarse por las mañanas y abrochar su atuendo rato de maguito. Ahora lo único que deseaba es quedarse por el resto del día acostado y que lo atendieran.

Cerro unos segundos sus ojos para volver a caer en los brazos de Morfeo pero el sonido de algunos destellos en su habitación lo volvió a poner alerta, frente a sus ojos salió de un portal Stephen.

—¡Cariño!, por fin regresaste.

—Me sorprende encontrarte aquí , ¿te sientes bien?— mencionó con preocupación, muy pocas veces veía a su pareja estar a tan altas horas de la tarde acostado.

—Realmente tengo pereza, hace unos momentos desperté. No quiero moverme por nada. Sabes, te extrañe mucho.

—En ese caso, sólo porque no he estado contigo estos días te consentiré en todo lo que quieras. ¿Ya comiste algo?

—Solo una dona que encontré.

—Bien, qué te parece esto— movió sus manos y abrió un pequeño portal, metió sus manos y de él sacó una bandeja que tenía variedad de fruta, algunos panecillos y un café humeante que olía delicioso. 

—¿Ya te he dicho cuánto te amo? Porque ahora ha aumentado.— estaba a punto de mover su mano para agarrar un pedazo de fruta cuando Stephen lo detuvo. 

—Déjamelo a mí— fue hasta la cama y empezó a tomar una iba y dirigirla a la boca de Tony. 

 Un día de vez en cuanto no le costaba nada consentir al hombre que amaba, se sentía bien poder hacer todo por el maravilloso Tony Stark.

Mañana regreso a clases asi que no me dió mucho tiempo escribir algo más bonito para hoy :C

 Seven ways to sin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora