ɟonɹ.

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¡¿Cómo se suponía que iba a mirarle a la cara ahora?!

Suspiró y se debatió mentalmente el seguir comprando en aquel supermercado.

Recordando lo sucedido, se volvió a sonrojar.

—¡Qué vergüenza! —chilló y se cubrió el rostro, tirándose en la cama y pataleando levemente.

Nota mental: no decirse cosas a uno mismo nunca más delante de otros. (Menos aún si se trata de Jung Wooyoung)

Decidió que al dia siguiente iría al supermercado, pero sólo porque necesitaba ver una vez más, o dos, o quizá tres, aquella perfección de chico.

Sería mentira decir que no estaba nervioso, se dirigía al supermercado a paso lento mientras sus dedos jugueteaban con el borde de la sudadera que vestía

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Sería mentira decir que no estaba nervioso, se dirigía al supermercado a paso lento mientras sus dedos jugueteaban con el borde de la sudadera que vestía.

Entró y suspiró cuando lo vió, es que, en serio, ¿Era real?, no, no podía serlo, una persona así de hermosa no podía ser real.

No se dió cuenta de que estaba mirándolo con una sonrisa tonta hasta que Wooyoung volteó y lo miró.

—Hey, Sannie hyung —le sonrió.

Posando una mano sobre su corazoncito como si así pudiese parar los latidos desenfrenados que había provocado el escuchar aquel lindo apodo que había salido de la boca de Young, se dispuso a tratar de explicarse.

—Wooyoung, lo de ayer... —comenzó a decir, pensando en la excusa que había estado preparando anoche—. No escuchaste bien, yo dije... Dije que pasó una hermosa chica y por eso me sonrojé, sí, porque ella tenía una sonrisa preciosa.

San sonrió con pena, satisfecho por dentro. No había forma de la que Woo pudiese saber que mentía

Sin embargo, Wooyoung quiso reír muy fuerte. De todas maneras, quiso entrar al juego de San, fingiendo estar dolido por sus palabras.

—Así que me acaba de decir que mi sonrisa no es bonita —musitó y bajó la mirada al ver la carita asustada del rubio, queriendo reír por ello.

San negó con una expresión de preocupación notoria, sacudiendo su cabeza y sus manos.

—¡No es eso! Yo amo tu son... Es decir, tu sonrisa es muy linda. —San procesó lo dicho y cerró los ojos y apretó los puños, inflando sus mejillas con indignación.

El menor sonrió de nuevo, San acababa de perder la cuenta de las veces que él le había hecho sonrojar con un acto tan simple como aquel.

—Lo sabía —dijo orgulloso.

—Eso es una injusticia, no se vale —espetó el mayor, mirándole con los ojos entrecerrados.

—Sí se vale, Sannie hyung, estoy en todo mi derecho puesto que escuché perfectamente las palabras que salieron de su boca y no podía permitir que me mintiese —explicó, enternecido al recordar lo que el mayor dijo.

—Sólo olvidalo, se me escapó —el rubio bajó la mirada mientras mordía su labio.

—¿Así que admite que mi sonrisa es hermosa? —el pelinegro intentó buscar la mirada del mayor.

—Sí, algo así —susurró San—. Y, por favor, no me trates con tanto respeto, Wooyoung, me hace sentir un poquito viejo.

Finalmente levantó la mirada, encontrándose con los orbes que le tenían flechado.

—Bien, Sannie.

Wooyoung suspiró, encantado por la belleza del rubio cuando sus hoyuelos aparecieron al reír, cuando sus ojos se achicaron, tornándose dos finas rayitas, y qué decir, de aquel precioso rubor natural algo más intenso de lo normal en sus mejillas.

Era perfección, San era la perfección en persona.

—¿Cuándo estás libre? Podemos salir juntos esta semana, o la otra. ¡O dentro de un mes! Sólo si quieres, por supuesto —dijo San rápida y torpemente, como producto de los nervios, tartamudeando en algunas palabras.

El menor no pudo evitar sentirse sorprendido, aunque se sintió muy feliz de que el otro lo invitara a salir.

—¿De verdad? —preguntó alzando una ceja.

—Claro, me agradas mucho, Woonnie —apartó la mirada por el apodo recién usado, esperando que el contrario no reaccionase mal ante aquello.

—¿Acabas de decirme que te agrado y me has llamado Woonnie? —Lo miró, sorprendido, ¿No que el rubio era muy tímido?

—¿Qué, no puedo? —miró hacia otro lado, tratando ocultar su evidente vergüenza y sus calientes mejillas.

—Claro que puedes, San, sólo me sorprendió. —dejó de estar tan sorprendido cuando el mayor se sonrojó, pues aquello ya era algo normal.

Wooyoung tomó su mentón delicadamente y giró su rostro para que lo mirara.

—San, por favor mírame cuando te hablo, parece que esté hablando sólo —bromeó Wooyoung—. Además, el rojo te favorece.

Ignorando el hecho de que casi le da un paro cardíaco cuando la mano de Wooyoung tocó su mentón e hizo aquello, y también ignorando el vergonzoso halago, decidió cambiar de tema.

—¿Entonces me das tu número?

—Sólo con una condición.

—¿Condición? ¿Cuál?




siento que esta kk es aburrida. :(
no sé que hacer aaa.

supermarket - woosan (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora