sıx.

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Realmente había perdido la cuenta de los días que llevaba madrugando. El molesto sonido de la alarma, nuevamente, inundó los oídos del rubio. lo primero que hizo fue tomar el celular, entrecerrando los ojos para enfocar su vista en las notificaciones que había recibido en la noche.

¡Wooyoung! Se golpeó mentalmente al observar que había respondido tan solo un par de minutos después, en cambio él, había tardado toda una noche.

Woonnie💞

¡Hola! Soy San.

¡Hola hyung!
¿Te gustaría salir conmigo mañana? Al parecer me han dado el día libre.


¿Cómo podía haberse olvidado de responderle al pelinegro? Le respondió lo más rápido que pudo, intentando justificar su tardía respuesta con una excusa creíble.


Woonnie💞

, Wooyoung.
Perdón por no responder ayer, tenía cosas que hacer.

Dudó en si poner un emoji de corazón o no, pero al final no lo hizo.

Wooyoung le respondió a los pocos segundos, provocando aquello que San se sintiera aún peor por haberle hecho esperar tantas horas.

Woonnie💞

No te preocupes, Sanshine.
Entonces... ¿a qué hora?

¿Te va bien en media hora?
Quedamos en el super.

Está bien, en media hora te veo.
¡Hasta luego!

San no supo que responder después de aquello, así que arrojó el móvil a la cama y chilló de alegría, empezando a prepararse con la emoción recorriendo sus venas y como de costumbre, con las mejillas ardiendo por culpa de aquel apodo tan inesperado.

San no supo que responder después de aquello, así que arrojó el móvil a la cama y chilló de alegría, empezando a prepararse con la emoción recorriendo sus venas y como de costumbre, con las mejillas ardiendo por culpa de aquel apodo tan inesperado

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Una cuadra antes de llegar le escribió a Wooyoung.

Woonnie💞

Ya casi llego.

Guardó el aparato y siguió caminando, algo nervioso.

Alrededor de medio minuto después, le vio, allí, esperándolo.

Le hubiera gustado correr hacia él y abrazarlo, pero creyó que aún carecía de confianza para hacer aquello, por lo que saludó con una pequeña reverencia.

—Hola —dijo, con la media sonrisa decorando su rostro.

—Hola Sannie, ¿vamos a caminar?

—Sip —contestó, con un tono de voz de lo más tiempo al parecer de Wooyoung.

—Y... ¿Vives solo? —habló Wooyoung, intentando sacar tema de conversación.

San sólo asintió con la cabeza. Wooyoung notó que el brillo en sus ojos se había apagado un poco, pero no hizo demasiado caso.

—¿Y tus padres?

—No están —el mayor miró hacia otra parte algo incómodo.

—¿Dónde están?

—Wooyoung, ya no están más.

Wooyoung volteó para mirar a su mayor y al notar sus cristalinos orbes y su expresión melancólica, supo que acababa de cagarla.

—Mierda, perdóname, San.

Wooyoung envolvió al angelito entre sus brazos sin vergüenza, después de todo, las dos semanas que llevaban viéndose eran más que suficientes para saber que San era una gran persona, y un gran amigo.

En un intento de evitar el inminente llanto, San mordió su labio inferior. Pero no le sirvió de demasiado, pues segundos después estaba derramando lágrimas y moqueando en la camisa del azabache.

—Lo siento —había logrado murmurar el rubio.

—No hay necesidad de disculparse, angelito, soy yo quien debe hacerlo —explicó con un sentimiento abundante de culpabilidad, acariciando los sedosos cabellos que San poseía.

—Sentémonos, quiero contarte lo sucedido.

San se separó con cuidado, secando los restos de humedad en su rostro con el dorso de la manga de su sudadera.

Young le miró con preocupación, esperando que no fuese demasiado incómodo para él el contar cómo sus seres queridos habían fallecido.

—Bien...

Wooyoung tomó la pequeña mano de San para dirigirse junto a él a un banco que había por allí cerca.

supermarket - woosan (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora