"Rarito 3"

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Nathaniel:

Me levanté de la cama hacia el baño, no sin antes revisar si mi madre había llegado, pero nada - por suerte -.

Luego de asearme, me visto y salgo tipo ocho en punto, mi casa está bastante cerca del Colegio.

Mientras caminaba sentía mucho nerviosismo, no dejaba de pensar en que Erick me buscaría, bueno... Quizás eso quería creer.

Al llegar a mi salón, las putas miradas se centran en mi ser, malditamente incómodo.

Una vez tomé asiento, una mano me jala al piso, cumpliendo su propósito.

— ¡Hola cariño!~...— menciona Joshua en tono de burla mientras todos se echaban a reí por detrás — fallaste dos días, maricón... De seguro tenías el culo partido en dos y por eso no podías venir... — las risas se intensificaron.

Mis lágrimas amenazaban por salir... Rápidamente, me reincorporo y salgo a los baños del Colegio.

Por un momento creí haber visto a Erick entre medio de la multitud. Quizás si lo ví, después de todo, él y yo asistimos al mismo Colegio.

Al entrar en uno de los cubículos, escucho cómo más personas entran y cierran la puerta con seguro.

— Pequeña ratita~ — entona con ritmo — sal sal de donde quiera que estés.... ~ —

Maldición...

Tengo que salir de aquí... ¿Pero cómo?

— Cariño~... Has fallado dos días... Tengo dos días de retraso con las tareas... Esto no te lo dejaré pasar... ~—

Sentía como iban abriendo las demás puertas... Cada vez más cerca de mi ubicación.

Miré por el espacio entre la puerta y el piso, unas zapatillas rojas, llamativas, se posicionaban lenta y torturosamente enfrente.

— Te encontré... —

Brúscamente abre la puerta y me coje del brazo.

- ¡Sueltame! — gritaba y pataleaba con desesperación.

Joshua manda una mirada a sus dos secuaces, ellos entienden y me toman de los brazos y piernas, dejando libre mi abdomen...

- ¿Por qué traes esos vendajes? -

No respondí.

- ¡Te pregunté algo! - empuña su mano y ésta va a parar a mi rostro.

- De seguro esta marica quizo acabar con su miserable vida... - dijo uno de los amigos de Joshua.

- Podrías haber echo un mejor trabajo... - dijo Joshua refiriéndose a mi intento de suicidio.

Él, peligrosamente, se acerca a mi.

Toma la punta de una de mis vendas y la jala con brusquedad.

Un quejido de dolor se escapó de mis labios... Los vendajes estaban pegados a mi lastimada piel, y por el brutal saque de éstas, las heridas comenzaban a sangrar nuevamente.

- Ahg... La Mariquita comenzó a sangrar... - dijo con desprecio - acabemos pronto con esto... -

Luego de eso mis recuerdos se volvieron borrosos.... Sólo sentía la presión y el dolor de sus puños contra todo mi ser.

(...)

Erick:

He buscado a Nathan por toda la mañana. Quería hablar y estar con él, ya que por lo visto, el no debe tener muchos amigos, además, quiero volverle a aclarar que lo que pasó ayer no tiene mucha importancia.

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