Muchos dicen que la perfección no existe, es imposible ser perfecto porque los humanos cometen muchos errores, y es verdad, no existe una persona perfecta entre las más de siete mil millones que hay en el mundo.
O bueno... un niño no piensa así.
Para él, sí existe la perfección, y esa perfección se encuentra en una persona en particular.
Hanji Urabe piensa que su mejor amiga de toda la vida, Kumiko Sakagami, es el ser más perfecto de todo el mundo.
La niña tiene sus defectos, como todo ser humano, pero aun así, Hanji la considera perfecta, viéndola desde sus mejores cualidades.
Kumiko es una niña con una apariencia auténtica, muy peculiar: tiene el cabello largo, lacio y de color rosado, un color muy poco común entre los japoneses. El color de cabello predominante en Japón es el negro y/o el marrón oscuro, sin embargo, un estudio científico reciente ha demostrado que en los últimos años han nacido varias personas con colores de cabello poco comunes, azul, morado, naranja, rubio, entre otros, esto por razones aun desconocidas, pero se estima que el diez por ciento de los japoneses tienen el color de cabello distinto al negro y al marrón oscuro, esto sin teñirse el cabello, obviamente. La pelirrosa posee también ojos de color celestes, otro color muy poco común entre los japoneses, ojos grandes y de ese color, acompañados de una mirada inocente que enamora a todo el mundo.
Ella es muy tranquila, risueña, y muy simpática. Siempre está tratando de darle su amor a todas las personas. Su maestra la adora. Muchos niños de su clase quieren estar con ella todo el tiempo, otros pocos a veces se burlan de ella por ser demasiado inocente y sensible, pero ni siquiera le importa, porque Urabe está para protegerla.
Él siente la enorme necesidad de ser su guardaespaldas, porque le tiene un cariño enorme. La quiere demasiado, ya que ella ha formado parte de su vida desde tiempos inmemorables, exactamente desde los cuatro años, cuando se conocieron. Nunca va a olvidar ese día.
Nadie en la escuela quería estar con él y ser su amigo, debido a su cicatriz en medio de las cejas. Decían que era un monstruo, que era feo, que nadie iba a estar con él jamás, entre otras cosas hirientes. Él, con tan sólo cuatro años, no tenía esperanzas en la vida, hasta que la conoció a ella...
Una niña que le dio todo su cariño desde el principio, que le hizo ver lo hermosa que se veía su cicatriz, de lo mucho que valía. Lo hizo sentirse mejor consigo mismo, y ahora son mejores amigos.
De todas formas, no toda la vida fueron mejores amigos, es decir, nunca se pelearon ni nada, pero Hanji no le tenía demasiada confianza los primeros días de su amistad, o más que confianza quizás era que no se sentía muy cómodo con una persona a su alrededor, estaba acostumbrado a estar solo, y más por el miedo que tenía de que ella lo traicionara o algo así. En un principio lloraba por su falta de amor propio, seguía rechazando su cicatriz, y por más que Kumiko lo trataba muy bien, no le prestaba mucha atención. Sin embargo, Kumiko jamás se rindió: le prestaba cosas en clase, hacía los trabajos en equipo con él, le daba parte de su almuerzo en los recesos, y trataba de hacerlo reír. Los insultos de parte de sus compañeros lo seguían atormentando.
Pero un día, Kumiko lo invitó a andar en bicicleta con ella, sin embargo, el oji-verde se negó rotundamente, debido a que no quería volver a repetir ese trauma que le dejó esa marquita molesta de por vida. La pelirrosa entendió el motivo de por qué estaba tan deprimido siempre, pero de todas formas lo ayudó a que aprendiera, le prestó su bici con rueditas, su casco, sus muñequeras y sus rodilleras. Era imposible que se lastimara.
Hanji estuvo días andando con ayuda de Kumiko, quien lo sujetaba por detrás para evitar que se cayera de todos modos, y cuando entró en más confianza, lo hizo solo, con las rueditas de soporte. Siempre lo hacían en lugares lisos y que no tengan muchas cosas con las que pueda chocar o tropezarse. El oji-verde por fin había tomado confianza en ese vehículo. Estuvo dos años andando con las rueditas, hasta que por fin decidió quitárselas, y ahora es fanático de la bicicleta. Con Kumiko andan siempre que pueden, y se divierten mucho.
Para Hanji, ella es la más perfecta de todas las niñas, a pesar de que a veces es un poco torpe, olvidadiza y llorona, tiene valores humanos muy grandes. Lo ayudó a superar su miedo y dominarlo, hasta disfrutar de él, y tiene un don para arreglar corazones rotos que no todos tienen. Siempre te hace sentir mejor sin importar por lo que estés pasando. A Hanji lo ayudó a quererse a sí mismo, ya no se odiaba, pero hay veces en las que él exagera su talento en el fútbol, por ejemplo, y se burla de los más "débiles". Es bastante arrogante, sin embargo Kumiko sabe cómo bajarlo a tierra. Tiene una capacidad para enamorar a los demás y dejar de hacer que actúen de mala manera, porque si hacen algo que a ella no le guste, llora, y les genera lástima verla llorando, entonces dejan de actuar mal al verla a ella, tan radiante, tan sonriente, tan hermosa...
─Es mi bello ángel─ piensa Hanji, mirando por la ventana de su cuarto el cielo azul y las nubes blancas, para volver a la lectura de su historieta.
Pero lo cierto es que Hanji le tiene demasiado aprecio a Kumiko, a tal punto de que más que una amiga, la ve como a su amor platónico.
Su enorme belleza lo cautivó, más todo lo que ella hace por él, lo hace sentir especial.
No deja de soñar día y noche con que ella le da un beso.
─Algún día va a pasar, lo sé...
─¡Hanji, ven a tirar la basura!─ le grita su mamá desde la cocina.
─¡Mierda, justo la mejor parte! ¡Ya voy!─ tira la historieta al lado de su cama y se va a la cocina.
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𝗠𝗜 𝗕𝗘𝗟𝗟𝗢 𝗔́𝗡𝗚𝗘𝗟 ❱ 𝗠.𝗡.𝗘.𝗨.𝗩 ✔
ФанфикMini fic precuela de la historia "Mi novio es un vampiro". Este mini fic cuenta la vida de Urabe y Kumiko desde que se conocieron hasta unos días antes de empezar la secundaria. (Es recomendable leer la novela original para entender un poco la rela...