Las chicas pegaron un respingo al oír aquella voz tras ellas y miraron de donde provenía. Se trataba de un joven, vestido con una capa vieja color marrón que le llegaba hasta los tobillos, que ocultaba gran parte de su cuerpo pero dejaba entrever que llevaba una envejecida camisa blanca roída y unos pantalones desgastados beige. Botas hasta las rodillas y guantes hasta casi llegar al codo de color negro. Parecía un cazador pero había algo en él que no cuadraba.
-¿Se puede saber como habéis llegado aquí?- preguntó acercándose un tanto, pero al ver que las chicas se ponían en guardia se detuvo.
-¿Y a ti que te importa?
El muchacho pareció sorprenderse por aquella respuesta tan poco amigable, pero pronto volvió a sonreír de lado. Las miró con cautela, algo de curiosidad parecía vislumbrarse en su rostro.
-La verdad, nada en absoluto, pero como comprenderéis no he podido preguntarme que hacían dos chicas con mi mula. ¿No estaríais pensando en y robármela, verdad?
-¿Tu mula?
El animal agitó su cabeza como dándose por aludida y siguió a lo suyo.
Marian sentía curiosidad por aquel extraño. ¿Habría entrado de la misma manera? ¿Sin querer? Por alguna razón Marian estaba segura de que aquel chico sabría salir de aquel bosque. Cruzó la mirada con Nina, que parecía pensar lo mismo.
-Sí, es mía- Las jóvenes no pudieron evitar dar unos cuantos pasos atrás al ver que el joven ahora estaba dirigiéndose al animal, justo a su lado. Nina, asustada, desenvainó la espada, apuntándole mientras se interponía entre Marian y él- Ow, cuidado con eso, a ver si te vas a hacer daño.
Ahora que estaba más cerca, se dieron cuenta de la palidez de su rostro, la única parte de su cuerpo que podía observarse. Blanco muerte. El pelo poco más abajo de las orejas, de un castaño cobrizo que resaltaba la blancura y esos ojos felinos. Al mirarlos fijamente, el azul marino parecía moverse como el cielo cuando levantas la vista. El chico las sacaba tranquilamente varios centímetros de altura. Su edad debería rondar los veinte.
-¿Qué eres?
-Esa es una pregunta un poco difícil de responder-dijo dándolas la espalda y sacando una especie de cantimplora de un saco que llevaba su mula. Fue hacia el lago y la lleno de agua.
Las dos jóvenes seguían cada movimiento del extraño como si estuvieran hipnotizadas, alerta. Parecía muy calmado a pesar de que le estuvieran apuntando con un arma.
-¿Que qué eres?- Volvió a preguntar Nina cuando se levantó del suelo.
- No soy un fantasma si eso lo que os preocupa y tampoco voy a haceros daño. De hecho me llevó a mi mula y me voy.- tranquilamente fue hasta su montura, guardando la cantimplora y ajustando la silla. Nina no le quito el ojo de encima mientas se subía al animal. - Y os recomendaría que hicierais lo mismo, pronto anochecerá y no creo que queráis enfrentaros a los "vukstie".
-Un momento, ¿sabes como salir de aquí?- Marian se acerco deprisa al joven sin que Nina pudiera impedirlo, agarrándole de la capa.- ¿Nos ayudarías?
De repente, en el mismo momento en el que la princesa se ponía a la misma altura que el muchacho, el colgante se puso a brillar con una luz cegadora de color azul que inundo el claro. Los tres tuvieron que cerrar los ojos ante el destello. Marian miro atónita la piedra que tenía ahora un color rojizo. Dentro de ella, nubes de tormenta que luchaban por salir del cristal en el que estaban encerradas.
-¿De donde habéis sacado eso?- preguntó el chico desconcertado.
Desde el principio, el extraño había estado lanzando furtivas miradas a la joya, cómo tratando entender el significado de que unas niñas tuvieran algo semejante. Sabía lo que significaba aquello, lo que se aproximaba. El joven empezaba a comprender como dos chicas corrientes podían haber entrado en el bosque y no haber muerto todavía pero, "él" no tardaría en dar con su paradero y acabar con todo.
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El lado oscuro de la sombra
FantasyEn el reino han comenzado a ocurrir sucesos extraños y Marian, princesa de Lunbrigh, se ha dado cuenta de ello. Su curiosidad y su deseo de libertad, la llevarán fuera de la protección del castillo junto su amiga Nina para intentar descubrir que est...