Capitulo 2: El Lugar Al Cual Llamar Hogar.

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Ese lugar era sorprendente, como un pequeño pueblo podría transformarse en algo en el que se merecía quedarse todos los dos contemplar sus noches como sus días, claro en ese momento yo era un niño pero solo quería en ese entonces pasar tiempo con los primeros amigos que pude hacer por mi cuenta y ya que mi madre y yo siempre viajábamos de lunes a viernes a ese lugar no tenía nada de especial para todo aquel que visitaba o llegaba a ese pueblo por primera vez pero para mí era como un hogar extendido, el lugar donde realmente quería vivir, quería vivir y experimentar todo lo que mi madre había experimentado cuando llego a ese pueblo por mi primera vez de su antiguo hogar, un lugar que quedaba a mucho más kilómetros pero que se había decidido aventurar a este pueblo llamado Aroa, era un lugar que no conocía así que de seguro no tenía algo que perder para poder trabajar en otro pueblo aún más pequeño en el cual vivía, pero con el tiempo llamo hogar, me fascinaba las historias que ella me contaba de este lugar y siempre prestaba atención todo lo que decía al respeto y a medida que los años pasaban me había dado cuenta de que lo que siempre me decía tenía razón, así que de alguna manera me termine enamorando de dicho pueblo donde una vez tuvo tierras un libertador que era reconocido en muchas naciones.

Era el único que vivía tan lejos de ese pueblo pero que le gustaba estar allí a pesar de que solo iba a estudiar y en el caso de mi madre trabajar, muchas veces le preguntaron a ella si había tomado la decisión correcta en haberme puesto allí, esos puntos eran explicables pues ella trabaja allí y mi escuela quedaba cerca de su trabajo.

El primer segundo hogar que recuerdo fue en una casa cuidado, debido a que mamá trabajaba, tenía que dejarme en un cuidado todos los días, desde los 3 años empecé a ir todos los días en el que mi mamá trabajaba, al principio o al menos desde que recuerdo siempre espere su regreso pues era muy apegado a mi madre.

Según lo que me conto la persona que me cuidaba allí era donde había empezado a practicar para dar mis primeros pasos, y durante los 6 años que me mantuve allí siempre que salía de la escuela y estaba en un turno diferente al turno del trabajo de mi madre, allí siempre me tenían las puertas abiertas y poco a poco me llegue a sentir como en casa, sin darme cuenta ya ella parte de esa familia y realmente fui feliz con ello, la señora que era dueña y manejaba ese cuidado se había convertido como en un segunda madre para mí, de lo cual siempre le agradeceré por haberme cuidado durante todos esos años, a un niño como yo.

Por otra y más durante esos años me había dado cuenta de que tenía familia en ese lugar, tenía un montón de casas que visitar, donde comer o donde dormir y todo fue por mi madre, y no solo eso esas personas quienes crecieron con mi madre y a la ayudaron cuando ella llego aquí, nos ofrecían un lugar donde dormir o comer siempre que lo necesitáramos, eso para cualquier niño o al menos alguien como yo siempre se asombraba, por las cosas que su madre había logrado allí y que de una manera indirecta me había enseñado el significado de la palabra hogar.

No era que odiara el lugar en donde vivía, a kilómetros de ese pueblo solo que como había hecho mis primeros lazos allí por mi cuenta y de los lazos que tenía con mi madre ya me sentía mejor estando allá, jugando, corriendo, hablando, escuchando o descubriendo, mi mamá lucia feliz y para mí eso bastaba para quedarme allí, hubo un tiempo en el que solía quedarme más en Aroa, que en pueblo en donde estaba mi casa, mi hogar original, solíamos venir aquí por ropa o de pasada, parecíamos que nos hubiésemos mudado, de niño siempre quería que pasara pero a medida de que los años pasaran vi que era menos probable, aunque tuve muchas oportunidades, pero ninguno termino concretándose pero eso no me importaba aun así podría quedarme allí cuando quisiese en donde quisiese.

Al principio pensaba que era solo la influencia de mi madre por vivir trabajando muchos años en ese pueblo, pero también descubrí que la gente era casi, tan amable y servicial y de allí descubrí que podría ser visto más allá de lo que yo tenía, como realmente quería que me vieran.

Un montón de familia acogieron a mi madre cuando llego a este pueblo y por ende hizo muchas amistades medida de que fui creciendo y la razón por la cual dije que cualquier hogar en la que ella había estado podría llamarse hogar era porque casi todas las personas que vivían allí ya conocían a mi madre pero sobre eso se los contare más tarde.

No sé en qué momento paso en realidad pero JMA se había vuelto mi mejor amigo y por ende siempre al menos de mi parte de buscar la manera de estar juntos, RS también era mi amiga pero siempre me dio plena hablarle ya que cuando éramos niños siempre me llamo la atención.

La madre de JMA y la mía se habían hecho muy buenas amigas y otro hogar al cual llame hogar era la casa de mi amigo, disfrutaba cada momento que pasaba con él, realmente era muy feliz y como me abrieron las puertas de su humilde hogar, sentía que mi familia había crecido y era una experiencia nueva, amaba estar viviendo aunque sea temporalmente de la casa de mi mejor amigo, ahí pasamos muchas cosas juntos y sé que para mi madre también fue igual, era otra familia que nos aceptó y fue allí pase gran parte de mi niñez, compartía tiempo con mi madre en donde quisiera, era asombroso para alguien de mi edad y más lo fue llevar a mi mejor amigo a quedarse en mi casa original ya que era el primero que lo hacía, y me puse muy emocionado mostrándole mis juguetes, el lugar donde dormí y todo lo demás, y si en casi todas mis vacaciones fueron en casas diferentes, el cual podía llamar hogar, en donde podría regresar.

Porque de igual forma siempre había alguien que penara en mí, y ese lugar podría llamarlo hogar.

Mi madre había tomado la decisión correcta de venir trabajar y vivir gran parte de su vida en un pueblo comúnmente extraordinario.

Persona OrdinariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora