Capítulo 7

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Dos semanas después

Creo que primera vez en mucho tiempo soy feliz. Estoy con la persona a la que quiero y la única que hasta hoy ha demostrado que le importo. Me gustaría poder demostrarle lo mucho que me gusta pero no creo que él esté preparado... Quizás lo mejor sea lanzarse y ver si realmente quiere lo mismo.

Como cada día, me despierto, desayuno, me aseo, me visto y cojo el bus, pero hoy, no entraré a clase...
Llego a nuestro punto de encuentro y enseguida le comento si le gustaría ir a su casa y pasar el día allí como escusa de que no tengo ganas de entrar a clase...

Todavía recuerdo aquel día. Mis nervios aumentaban a medida que me acercaba a su casa y creo que los de él también.
Tras llegar y sentarme con él en el sofá pude relajarme. Yo sabía que le quería lo suficiente para entregarle una parte más de mí, pero el seguía nervioso debido a que era su primera vez. Amaba su cuerpo tanto como a él...Así que nos levantamos y entre besos nos metimos en el cuarto. Recuerdo esa sensación de calor y bienestar, de estar a punto de entregar mi cuerpo a la segunda persona que más he amado y arrepintiéndome de que no haya sido la primera.
Nos sentamos en la cama y mientras me besa, mi mano derecha masajea su nuca. Sumisa entre besos mojados, la temperatura cada vez sube más y la ropa esta empezando a sobrar, por lo que me acuesto en la cama con él encima y le quito la camisa. Mi mirada se perdía en un cuerpo perfecto, al menos para mí. Cada pequeña parte de su cuerpo me encantaba y sólo deseaba que fuera mía de la manera más cariñosa posible. Lo amaba de verdad. Amaba sus ojos achinados al sonreír, amaba esa pequeña cicatriz debajo de su ojo izquierdo y amaba todo lo que formaba parte de él.
Él me besaba sin parar y de vez en cuando bajaba al cuello. Eso me excitaba.
Sin poder más, le pare y le pregunté si estaba preparado, y él, nervioso, me contesta que sí.
Sus pantalones van a parar al mismo sitio que su camisa y donde próximamente su bóxer negro. Yo, al igual que él, me quito la ropa y vuelvo a tumbarme con mi cuerpo desnudo debajo de él.
De nuevo nos envolvemos en besos y caricias sintiendo uno el cuerpo del otro, haciendo tiempo a que él se relajara. Se le notaba muy nervioso.

-¿seguro que quieres hacerlo?- le pregunté

-seguro- respondió

Una sensación muy fuerte de calor recorre mi cuerpo y mi deseo sexual crece.El se levanta, y saca de una condón de una pequeña caja. Se lo coloca y se acerca a la cama. Yo me incorporo un poco, lo suficiente para agarrarle del cuello y tirar de él hacia la cama.
Entre besos, él levanta mis piernas y se coloca. Sus brazos temblaban exageradamente.

-Ey... relajate¿vale? Estás conmigo, no pasa nada...- le abrazo y lo tumbo contra mí durante unos segundos consiguiendo que se calmara- te quiero Eloy...

Él se separa, me besa y me responde:

-Y yo...

De nuevo, entre caricias, abrazos y besos nos hicimos uno. Su piel rozaba la mía sin parar y constantes gemidos y traqueteos de la cama inundaban el silencio de esa casa. La piel se me eriza y siento cada vez más calor, por lo que le levanto y me pongo encima. Mis labios juegan rozándose con los suyos sin llegar a besarlos, lo que hace que su deseo aumente y finalmente volvamos a empezar.
Fue precioso, y así lo recordaré siempre, como si fuera mi primer amor.
Al acabar sentía que lo amaba como nunca, mi cuerpo desnudo descansaba abrazado sobre el suyo y el acariciaba mi cara suavemente. Nunca recordé tal sensación de bienestar, me sentí especial por un momento aunque realmente no lo fuera. Compartí mi cuerpo imperfecto con la persona de la que estoy enamorada y el me aceptó tal y como era... Era el primer día más feliz de mi vida a su lado, lo elegiría 204 mil veces más...

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⏰ Última actualización: Aug 06, 2019 ⏰

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204 Mil Veces Tu [En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora