Memorias imborrables

2.3K 131 7
                                    

Los dioses tiraron los dados para decidir el destino de unos aventureros, y lamentablemente para ellos, los dados, no les acompañaban, el Swordsman, acabo mutilado, la witch, imploro por su muerte, deseo que fue concedido por la daga del Goblin slayer, una pieza que los dioses, sólo observan, sólo se salvaron la Priestess, que tal vez por agradecimiento  curiosidad, decidió seguir al Goblin slayer y la Fighter, quedó en un estado de trauma, que nunca se pudo recuperar, eso es lo que se pensaban, pero los deseos de los dioses, son inexplicable, y tal vez por compasión, por lástima o por que, quería ver si es que sufría, volvieron a tirar los dados para colocar de nuevo a la fighter, en el tablero.

La lluvia, caía sobre una aldea, y en un templo, una joven sacerdotisa de hábitos blancos, cabello rojizo, que le llegaba hasta los hombros, el cual tenía amarrado con una cola de caballo, ojos verdes oscuros, estaba haciendo la comida junto con otras sacerdotisas, sus expresión era de alegría, ya que le gustaba hacer ese quehacer, mientras estaba pelado las papas, entró la sacerdotisa superiora del templo, junto con una joven de piel blanca, ojos oscuros, pelo de color negro, y largo, el cual le llegaba hasta la cintura y el cual lo tenía atado atado con una cola de caballo, vestía con una túnica blanca.

La sacerdotisa de pelo rojizo, observó a aquella chica, la joven, había llegado al templo, hace algunos meses atrás, lo que había averiguado de ella, es que fue una aventurera primeriza, que había sido atacada por los goblin. La joven sacerdotisa, miró los ojos de aquella aventurera, aún tenía aquella expresión de muerta en vida, la misma que tenía cuando había llegado al pequeño templo de la aldea.

—Superiora, ella me puede ayudar—la joven sacerdotisa, le dijo a la superior del templo.

—Buena idea, jovencita—La superiora, estuvo de acuerdo con la joven sacerdotisa, y mirando a la chica de los ojos muertos, le dijo que fuese ayudar a la joven de 0eño rojizo.

La joven de ojos muertos, afirmó y fue a asentarse junto con la joven sacerdotisa de pelo rojizo.

La sacerdotisa, miró a la joven, desde que la vio entrar al templo, había querido hablar con ella, aunque en aquellos momento, la joven, no sabía cómo comenzar.

—Buenas, ¿cómo ha estado? —Empezó hablando la sacerdotisa.

La joven de ojos muertos, miró a la sacerdotisa, y afirmó con su cara.

—No hablas muchos—La sacerdotisa, cerró sus ojos y suspiro, luego pensó, «Soy estúpida, vaya manera de empezar una conversación»

La joven, observó observo el cuchillo que estaba utilizando para pelar, y se de pronto le vino la imagen de su compañera, con el puñal de un goblin, clavado en su cuerpo, este recuerdo, hizo que botase su cuchillo y se parase asustada por sus recuerdos, y con lagrima, salió de la cocina, esto hizo que las sacerdotisa, se preocupasen por aquella aventurera.

La joven, corrió hacia su habitación, y cerró la puerta, y se sentó en un rincón de la habitación, con sus piernas recogidas, sus manos sujetando las y sus cabeza sobre sus piernas, y se puso a llorar, recordando a sus compañeros, y como lo había visto morir.

—Te vez ridícula—se escucho una voz burlesca, y masculina.
—Cállate—La joven Fighter, observó al dueño de la voz.

Sentado en la cama, se encontraba un sujeto de cuerpo delgado, piel blanca, pelo verde claro y corto, ojos de color verde oscuro, vestido con una camisa azul, pantalones verdes oscuros, zapatos de cuero negro, también llevaba puesto una coraza de metal encima de su camisa, una capa de color café oscuro y también llevaba puesto unos lentes de marco redondo.

—Jaja, tu voz están baja, y tu personalidad están patética, es difícil callarme, estúpida peleadora—el sujeto, Sonrío revelando unos caninos bien largos y agregó—Que pasó con la promesa que le hiciste a tu difunto padre, ha cierto, le prometiste, usar lo que te enseñó para ayudar a la personas, y ahora mírate, unos ridículos goblin, ha hecho que tu te quiebre, tu padre, no se sentirá tan orgulloso, viéndote como estas ahora.

Gloriosa ResurrecciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora