Los exterminadores de goblin.

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La joven luchadora, estaba acostada en la cama de la sala de sanación, observando el techo, mientras unas lágrimas caían por sus ojos, el reciente suceso con el la muerte de la criatura que tenía en su vientre, la había dejado en un estado raro.

—Perdón, perdón—se repetía, una y otra vez, mientras recordaba como había matado a la criatura que tenía en su vientre.

Ella tuvo que matar a aquella criatura, no quería tener el hijo de aquellas criaturas, las cuales mataron a dos de sus compañeros, jugaron con ella y la utilizaron como criadero, mientras emitían muecas y risas.
—Jaja, eres patética —se escucho una voz en la sala, que continuó hablando en forma sarcástica—Mataste a tu hijo, que buena aventurera eres.
—Cállate, cállate—ella se tapó sus orejas, para no escuchar la voz.

Aunque tenía las orejas tapadas, aún escuchaba aquellas carcajadas burlona, la cual poco a poco, se estaba convirtiendo en varias carcajadas de goblins.

—Soy patética, soy patética— se repitió, una y otra vez, mientras sus lágrimas aumentaba su frecuencia, y escuchaba la voz repitiendo una y otra vez, eres patética.

Más tardes unas sacerdotisas, que habían entrado para ver la situación de la luchadora, encontraron a la chica, en el suelo, junto con una tijera en su manos, y un pequeño hilo de sangre saliendo de sus ropajes, mientras unas lágrimas caían de  sus ojos, la chica, había tratado de suicidarse.

Después de unas horas, de contener la sangre, de varias pociones sanadora y de milagros de sanación, pudieron detener el sangrado y dejarla estable.

En los días siguientes, la luchadora, intentó varias veces suicidarse, pero fue detenida por las sacerdotisas, hasta que se tranquilizó un poco y dejó de intentar suicidarse, eso tranquilizó a las personas que trabajan en el santuario.

La luchadora, parecía que se encontraba mejor, respecto a los primeros días, así que fue asignada asistir a las demás sacerdotisa, que estaba trabajando en la cocina, pero aún no se encontraba bien, así que volvió a su pieza y aquella noche, la joven, paso terror al volver a ver a la criatura que le había dejado en ese estado.

El miedo de la joven, volvió a surgir al ver a aquella criatura, el rito cardíaco aumentó, y varias gotas de sudor helado, bajaron por su frente, la chica, con miedo salió de su cama, quería irse de aquel lugar, para escapar de esa criatura, pero al poder salir de la cama, la sabana, se enrollo en su pies, y esto hizo que se cayese al suelo, al verse en el suelo, sólo pudo retroceder, hasta pegarse en un rincón.

El goblin, sonrió al ver el susto que provocaba a esa joven humana. La mueca que emitía, aquel ser, hizo que el miedo en la ex aventurera, aumentará más de lo que estaba.

El goblin, salto a la cama y luego volvió a saltas hasta llegar frente de la joven luchadora, era un simple explorador, pero aquella presa que tenía ante sus ojos, podía ser una buena madre de goblins, o por lo menos un juguete para los demás en la cueva.

La luchadora, que pudo romper por un rato su miedo, grito fuerte, esto alertó a las sacerdotisa, y la primera en llegar fue aquella sacerdotisa de pelo rojo, la cual había visto en la cocina, la pelo rojizo, viendo a aquella criatura de color moco verde, tomó una maza que tenía guardada entre su sotana y con aquella arma lanzó al goblin hasta la pared, la criatura verde, se paro algo confuso, la maza de la sacerdotisa, cayó sobre la cabeza del Goblin, la sangre salpico por toda la habitación.

La carreta, había parado en el edificio del gremio de aventurero, la joven sacerdotisa, bajo de la carreta y observó a la luchadora, se dio cuenta de que la luchadora, no quería entrar en aquel gremio, la sacerdotisa, entendió porque la luchadora, no quería bajar, así que decidió entrar sola al gremio, pero cuando estaba apuntó de llegar a la puerta, fue detenida por una mano, ella volteo y observó que la persona que la había detenido, era la luchadora.

—Voy contigo—La luchadora, se tapó su cara y bajó su cabeza, para no ser reconocida. Entonces las dos chicas, entraron al gremio, hay se encontraba la recepcionista, la cual estaba a cargo de recibir la misiones, y pagar la recompensa a los aventureros, que había cumplido con las misiones.

La sacerdotisa junto con la luchadora, se acercaron a la chica recepcionista.

—Buen día—saludo la sacerdotisa de pelo rojizo a la recepcionista.
—Buen día, no les había visto en el gremio—le respondió la joven recepcionista y preguntó a las chicas—¿Se viene a inscribir?
—No, venimos del templo de sanación, que está en la aldea a suroeste de la ciudad—Le respondió la joven sacerdotisa y agregó—Se ha detectado que hay goblin, merodeando por ese sitio, y tememos que hay una guarida de esas alimañas, cerca del templo, así que venimos a poner una misión, para conseguir aventureros.

La pelo rojizo, puso la carta con la bolsa de dinero en el mesón, la recepcionista, leyó la carta y luego contó la moneda.

—Vaya, es un poco más de lo que común mente paga, por exterminar goblin— la recepcionista, estaba sorprendida por la cantidad de dinero, que había puesto en el mesón.
—La mayoría de los casos, que atendemos en nuestro templo, son de víctimas de goblin, así que entendemos lo peligrosos pueden llegar hacer—la sacerdotisa , le contestó a la mujer.
—¿Goblin?—Preguntó una voz profunda y grave.

La sacerdotisa, observó que al otro lado de ella, se encontraba un sujeto que llevaba puesto, una armadura completa, la cual tenia como yermo un casco, que traía dos cuernos, uno de estos, estaba partió, además la joven, se dio cuenta que la armadura, tenía ciertas grietas, y estaba algo sucia.

—Hola, Goblin slayer—saludo la recepcionista a aquel sujeto.
—Escuche, que había una misión relacionada con goblins—el sujeto, que respondía con el apodo de Goblin slayer, se acercó al mesón, muy curioso por la palabra goblin.
—Si, esta sacerdotisa, viene de un templo de sanación, y necesitan ayuda, ya que parecer ser que hay un nido de Goblin, cerca del santuario— Le contesto la recepcionista al sujeto.

El hombre de armadura, 5omo la carta y la leyó, luego se fijó en las jóvenes, que se había presentado en gremio.

—Aceptó la misión—Goblin slayer, le dijo a la sacerdotisa.
—Vaya, eso fue rápido—comento la pelo rojizo.

La luchadora, observó con disimulo a goblin slayer, se acordó de aquel sujeto, era el aventurero, que vino a literalmente a resolver el problema, en que su grupo se había metido, quería darle las gracias por ayudarla, pero en aquel momento le daba cierta vergüenza y temor, hablar con aquel aventurero.

—Es normal, el siempre interesado en goblin—se hizo presente una chica perteneciente a la raza de los alto elfos, la cual vestía con una armadura lijera y llevaba en su espalda un arco con un caraj que tenía flechas.

La sacerdotisa, observó que aparte de la alto elfo, se encontraba un enano  de pelos blancos y barba trenzada, además de un hombre lagarto y de una sacerdotisa de pelo rubio al igual que ella.

La luchadora, observó a la sacerdotisa, era la misma que había estado en su grupo, y fue la única que se había mantenido en pie, ha diferencia de ellos.

«Aún sigue siendo  aventurera, a pesar de lo sucedido en aquella cueva» pensó muy sorprendida, y volvió a pensar, «También, me gustaría agradecerle, por salvarme, aunque por ahora, no se, si hacerlo»

—¿Ustedes, me van acompañar? —Goblin slayer.
—Es mas que obvio—Le contesto una molesta alta elfo.
—Además, necesitas nuestra ayuda, señor goblin slayer—la sacerdotisa, se puso frente al sujeto de la armadura.
La sacerdotisa de pelo rojizo, estaba sorprendida de lo rápido que habían conseguido aventureros, ya que ella pensaba, que se iba demorar un par de día, en tomar la misión, entonces se aclaró la garganta.

—Bueno, ya que ustedes se unieron, los llevaremos al templo, para que hablen con la superiora—ella, le dijo al grupo asesino de duende.

Entonces el grupo de exterminadores de goblin, se habían subido en la carreta, con dirección al templo de sanación.

La joven pelirroja, que estaba sentada y manejado el vehículo de impulso animal, se fijó que su acompañante, estaba actuando algo raro.

—Los conoces, ¿cierto? —la joven, observó a la luchadora con curiosidad, por saber más de aquella joven.
—Si, el sujeto de la armadura y la sacerdotisa, me rescataron en la misión, que me obligó a esta recluida en el templo—Le contesto a la conductora de la carreta.
—Entonces, deberías agradecerles—ella le aconsejo a la ex aventurera.

La luchadora, estuvo de acuerdo con la sacerdotisa, 0ero no sabía cuál sería el momento exacto para poder agradecerles a ambos, la sacerdotisa de pelo rojizo, le aconsejo, que lo hiciese lo más pronto posible.

Mientras la sacerdotisa y la luchadora, hablaba adentro del carro, el grupo de los exterminador es de Goblin, esta conversando sobre lo mismo.

—Aquella chica, la de túnica blanca, me parece conocida—empezó hablar la sacerdotisa de pelo rubio, y agregó—Creo que fue unos de los miembros de primer equipo que estuve.
—¿Qué le sucedió a ese equipo? —Preguntó el lizerman, con mucho interés.
—Fue un fracaso, dos de los miembros murieron, y se pudo rescatar sólo a una de ella, y bueno a mi también, aunque gracias a los dioses, a mi los duende no me hicieron nada—contestó la rubia, y agregó—El goblin slayer, me salvo en aquella ocasión.

Goblin slayer, solo se mantuvo callado mientras escuchaba la conversación de sus compañeros, y después de unas horas llegaron a su destino, el templo de sanación.



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