Capitulo final

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Abyss of Dreams

A la mañana siguiente, Lucy  yacía inmóvil en la hora anterior al amanecer, su respiración deslizándose dentro y fuera en el profundo, fácil ritmo del sueño. El sueño empezó a desarrollarse, cuando escenas de hace mucho tiempo se desplegaron en su inconsciencia.

"El lago estaba silencioso y misteriosamente hermoso en el amanecer. Ella estaba parada sobre el muelle y observaba al dorado sol elevarse desde los altos, oscuros rboles, observaba al lago transformarse de negro a un rosa profundo cuando reflejaba el fulgor del cielo. Amaba el lago en todos sus estados, pero el amanecer era su favorito. Esper, y fue premiada por el encantado grito de una cigea mientras el lago despertaba y daba la bienvenida al da.

Su hijo se movi dentro de ella, un suave aleteo cuando las pequeitas extremidades se estiraban. Ella sonri, y su mano se desliz hacia abajo para descansar sobre el delicado movimiento. Sabore el sentimiento de esa preciosa vida. Su hijo –y de l. Durante cinco meses ahora lo haba albergado en su interior, deleitndose en cada da que pasaba mientras su cuerpo cambiaba ms y ms. El ligero abultamiento de su estmago solo ahora se estaba volviendo perceptible, pero pronto su condicin sera imposible de ocultar. Enfrentara ese problema, y la ira de su padre, cuando fuera necesario, pero no dejara que nada daara a este nio...

An se despertaba sufriendo por la presencia de su amante, llorando por l, por lo que podra haber sido si l hubiera sido cualquier otro, si ella hubiera sido cualquier otra. Malditos hombres, y malditas sus guerras. Ella lo habra escogido a l, si l le hubiera dado la oportunidad, pero no lo haba hecho. En cambio haba cabalgado fuera de su vida, no confiando en que ella lo amara lo suficiente. No saba sobre la nueva vida que haba dejado en su interior.

El muelle vibr repentinamente debajo de ella cuando pies calzados con botas caan pesadamente sobre las tablas. Alarmada, ella se volvi, y entonces permaneci inmvil con asombro, preguntndose si estaba soando o si su anhelo de alguna forma lo haba conjurado fuera del amanecer. Dbiles vestigios de bruma se arremolinaban alrededor de l mientras andaba a grandes pasos hacia ella. Su corazn se comprimi dolorosamente. Incluso si no era real, dio gracias a Dios por esta oportunidad de verlo tan claramente otra vez –su grueso cabello  rosado cerezo , su vibrantes ojos del color del verde jade , la atltica perfeccin de su cuerpo.

A cinco pies de ella l se detuvo, tan repentinamente como si hubiera chocado contra una pared. Su incrdula mirada baj rpidamente por su cuerpo, tan claramente delineado por el fino camisn que era todo lo que ella vesta, con el sol brillando detrs de ella. l vio su mano descansando protectoramente sobre el abultamiento de su estmago, en el instintivo toque de una mujer embarazada.

l era real. Dios querido, era real. Haba vuelto a ella. Vio su asombro reflejado en sus ojos cuando enfrent la realidad de la inminente paternidad. Mir fijamente su estmago durante un largo, silencioso momento antes de subir arrastrando su mirada de vuelta a la de ella. "¿Por qu no me lo dijiste?" pregunt con voz ronca.

En el abismo de los sueños; adaptación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora