♨ CAPITULO CINCO ♨

46 8 0
                                    

Felix se recordaba así mismo que lo que hiciera con ése chico influiría mucho en su mejor amigo, en Seungmin el chico que estaba enamorado de otro chico lindo, aunque en realidad ambos eran atractivos lo cuál llevaba al pecoso a imaginar cómo es que se verían esos dos juntos, realmente quedaban bien, serían algo así como la pareja modelo; pensó Felix.

—Hey niño ¿Tengo monos en la cara o qué? — preguntó el pelinegro con cierta diversión después de tener a un Felix mirándolo de cerca.

—Eres este tal ¿Hyun.. Hyunjin?

—Sí ¿Por?

El rubio sólo analizaba con la mirada sin decir nada, una escena bastante extraña por cierto.

—No mentiría si confieso que me siento acosado. — soltó una leve risa.

—¡Ah lo siento! Es sólo que creo que...

"Piensa en algo Felix piensa en algo!"

—Me gusta tu chaqueta, dame tu número.

Hyunjin lo miró y no pudo evitar sentir algo de incomodidad por la actitud extraña del chico extraño, pero igualmente rió.

—¿Okeey? - dudó en si dárselo o no, pero terminó accediendo, después de todo estaba acostumbrado a que le pidieran su número telefónico. -Anota..

Felix anotó el respectivo número y después miró a los lados como buscando a alguien.

—¿Hola?

—¡Sí! — volteó de golpe a el llamado del otro.

—Eres raro.

—Ya sé. — rió el rubio ocasionando que el pelinegro riera más alto.

—Me caes bien.

Se sonrieron los dos en un momento de silencio.

—¡Jin! Dice Min-ju que ya se quiere ir.

Otro chico de baja estatura tomó al ya mencionado antes haciendo que Felix lo mirara con cierta curiosidad, vestía con una sudadera roja y unos pantalones vaqueros color negro, tenía una característica llamativa, su gran barbilla.

El chico bajo lo miró frunciendo el ceño al percatarse de cómo lo miraba cierto pecoso.

—¿Qué putas me ves? — preguntó de forma agresiva e inesperada para ambos chicos.

—Hey Bin no seas grosero con mi nuevo amigo. — el pelinegro pellizcó al ya mencionado, que trataba de quedar como todo un bad boy.

Felix sólo volvió a reír, le causaba gracia el rostro del desconocido.

Tal vez muchos no lo sabían pero las pocas veces que el rubio se ponía un tanto ebrio solía reírse de todo y comenzar a decir cualquier estupidez que saliera de su cabeza y ésta vez no era la excepción.

—Realmente tú... — no podía continuar más el ataque de risa le estaba ganando —pareces un hombre de verdad.

—¿Qué chingados?

яєαℓℓγ ωαѕ нє || CHANGLIX.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora