Cuando yo ya creía que Miriam estaba más tranquila, empezó a removerse en la cama, ¡¡¡no podía ser!!!, le estaba dando un ataque de ansiedad en sueños
-. Miriam, Miriam....intenté despertarla, pero no había forma, así que la única manera de calmarla es acompasar nuestras respiraciones y que se vaya tranquilizando ella sola.
La tomé entre mis brazos para que pudiese percibir que no estaba sola y la apoye en mi pecho, le hablaba muy despacio y bajito, para no asustarle.
Al principio estaba contando yo sola hacia atrás, pero cuando estaba en el setenta y nueve.....Miriam se aferró a mí y empezamos a contar juntas, consiguió relajarse y se quedó dormida en mis brazos.
No tenía intención de soltarla por si volvía a tener pesadillas o le daba otro ataque de ansiedad, así que me recoloqué en la cama para estar lo más cómoda posible y coloque a Miriam en una postura cómoda para que descansara.
Pero cuando por la mañana se despertó.....