Capítulo 43: Reencuentro

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Salimos de la librería con el libro envuelto en papel de regaló y nos subimos al auto

-¿Tenemos tiempo de ir a cenar antes de ir a la fiesta?- preguntó Lichi arrancando- Sabes que en mi casa no se puede comer en paz

-Vamos a algún lugar si quieres- dije riendo y dobló en una esquina

Llegamos a un restaurante de comida rápida y ambos ordenamos una hamburguesa doble con papas fritas

-¿Esto es una cita?- le pregunté y me sonrió

-¿Zeus te dijo que lo era?

-Zeus ya se auto plocamo como padrino de nuestros mini Lichis- bromee y ambos reímos

-¿Quieres una casa en las montañas o en la playa?

-La playa es mejor, el día que ya no te quiera simplemente te ahogó- comí una papa

-Pero si viviéramos en la montaña simplemente podrías tirarme al vacío

-Esa sería una muerte rápida, yo quiero que sufras- afirme y me reí

-Eres espeluznantemente mala- dijo sin dejar de sonreír

-Que gran cumplido Lichi, casi logras sonrojarme

-Es facil hacerlo- hablo seguro y me recosté sobre el respaldo de la silla

-¿Eso crees?- pregunté incrédula y asintió- Entonces inténtalo

-Lo haré cuando no estés concentrada en no sonrojarte- mordió una papa y sonreí

-Suerte.

Seguimos hablando y comiendo, perdí la noción del tiempo con Lichi, no nos dimos cuenta de la hora hasta que la mesera nos dijo que estaban por cerrar.

-West me ha estado mandando mensajes preguntando donde estoy- dije mirando mi teléfono

-West es más que tú amigo ¿No?- preguntó y empecé a reír

-West es sólo un amigo

-Un amigo con derechos

-¡Lisandro!

-¡Oh vamos Kat! No puedes decirme que nunca tuvieron sexo- exclamó riendo- Los vi besándose muy apacionadamente la última vez que salimos

-Si lo hicimos o no, no es de tu incumbencia- respondí sonriendo y rodo los ojos.

Llegamos a la fiesta después de unos minutos y nos bajamos del auto. Entramos a la casa llena de gente e intentamos llegar a la cocina sin separarnos, pero de un momento a otro, Lichi desapareció y me encontré sola en medio de la pista de baile, no se me ocurrió una mejor idea que empezar a bailar y hacerme amiga de los que estaban cerca.

No habra pasado más de veinte minutos hasta que Lichi llegó a mi lado con dos vasos

-¿Qué es?- grité sobre la música y Lichi sonrió

-No tengo idea- respondió también gritando, rode los ojos sonriendo y ambos empezamos a tomar, el líquido dulce quemó mi garganta e hice una mueca mientras hacía fondo blanco- No está tan mal

-No- dije abriendo los ojos y viendo que Lichi tenía la misma expresión que yo, ambos empezamos a reír y a bailar como estúpidos.

Un par de horas después riendo, bebiendo y bailando, me dió calor y decidí salir a tomar un poco de aire, le pedí un cigarrillo y encendedor a alguien que no conozco y me senté en el porche delantero a fumar y ver los cuerpos inconscientes que estaban por todo el jardín

-¡Ya bájame!- grito una chica mientras reía y gire a ver, a un par de metros, en la calle, una pareja jugueteaba riendo, sonrei al verlos tan felices

-¿Recuerdas cuando éramos así?- alguien se sentó a mi lado y gire la cabeza para verlo, Reese estaba ahí, mi corazón se aceleró y senti mis manos temblar

-Nadie nunca se imagino que nos podíamos ver tan bien juntos- respondí sonriendo débilmente y él encendió un cigarrillo- Ni siquiera nosotros

-Las mejores cosas no son planeadas- hablo expulsando humo y volví la vista a la pajera que aún reía- Tal vez por eso no funciono lo nuestro, planeamos estar juntos por seis meses y no lo logramos

-No lo logramos porque lo arruinaste- hablé sin pensar y baje la mirada a mis pies- Lo siento, hablé sin pensar

-No te preocupes- lo miré- Tienes razón, mides menos de 1,60 y me quedaste grande- sonreí negando con la cabeza

-Te encanta burlarte de mi altura ¿No es así?

-Me gusta tanto como a ti te gusta decirme dientes de vampiro

-Hace tiempo no lo hago

-Porque te fuiste- respondió al instante y mi sonrisa se borró al instante- Dijiste que nunca te irías

-Te dije que no me dejarás ir- deje de mirarlo mientras llevaba el cigarrillo a mi boca

-Ninguno cumplió con nuestras promesas- comento mientras exhalaba el humo- Pero no quiero que dudes lo mucho que llegue a amarte- siguió hablado- Te amé a mi modo, tal vez no fue como debía o como querías, pero te amé- hizo una pausa- Te ame más que nada y estoy casi seguro de que aún lo hago

-¿Sabés? Fuiste la forma más triste y bonita que tuvo la vida de decirme que no se puede tenerlo todo- Dije después de unos minutos en silencio y senti su mirada en mí- Me dolio dejarte pero me dolía más tener que fingir que no existias

-¿Entonces por eso desapareciste? ¿Querías olvidarme? ¿Olvidar todo lo que vivimos y lo que algún día pudimos vivir?- preguntó y ambos nos miramos

-Quería mi paz mental de vuelta- susurré sonriendo- No podía tenerla contigo cerca

-¿Y ya estás mejor?

-Si con mejor te refieres a que estoy por caer en un colapso mental con muchas dudas existenciales por volveré a verte mientras todos son felices menos yo, entonces si, estoy mucho mejor

-Extrañe tu sarcasmo Katherine- dijo sonriendo

-Yo extrañe escuchar como dices mi nombre con despreció

-Ambos nos extrañamos en más sentidos- Reese tiró su cigarrillo y ser acercó peligrosamente a mí

-No lo dudo- respondí con el corazón acelerado mientras una de sus manos corría un mechón de pelo de mi cara y lo ponía detrás de mí oreja

-Aun eres existente Beckham- sonrió con picardía mineras su mano bajaba rodando mi pecho hasta llegar a mis piernas y nuestras caras se acercaban aún más

-Tengo práctica- respondí sintiendo su respiración chocar con mi rostro y su mano acarició mis muslos por debajo de mi falta-¿Crees que deberíamos?

-¿Crees que podré detenerme?- sonrió aún más y unió nuestros labios en un beso lleno de pasión y necesidad.

En un ágil movimiento Reese logro hacer que me subiera a horcadas sobre él y sus manos debajo de mi falda apretaron mi trasero haciendo que oladas de excitación recorieran mi cuerpo, pude sentir su miembro ponerse duro debajo de mí y sonreí en medio del beso

-Creo que deberíamos ir a un lugar más privado- dije separándome de él, Reese asintió y con torpesa ambos nos pusimos de pie para volver a la casa y subir las escaleras para encerrarme en una habitación

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