Las clases continuaron con normalidad
Excepto por la parte donde tuve que estar todo el día junto a Reese y sus amigos
No me mal intérpreten, me gusta estar con los amigos de Reese, son muy graciosos, el verdadero problema es Reese, aún no me acostumbro a la idea de estar mucho tiempo con él, varias veces me tuve que contener para no romperle la cara
-Pudiste tratarme mejor- dijo Reese cuando volvíamos a casa en su auto
-Debiste ser menos idiota- murmuré sin mirarlo, mi mirada se fijó únicamente en lo que pasaba afuera.
-Debes actuar como si realmente te gustará estar conmigo, somos novios Kat
-Te equivocas, fingimos ser novios, no soy tu amiga, no soy tu novia y no se actuar, así que lo siento, debiste apostar por alguien más- dije fríamente sin mirarlo
-Siempre apostaría por ti- murmuro casi inaudible y gire a verlo por primera vez desde que nos subimos al auto, se notaba tenso, su mandíbula apretada y agarraba tan fuerte el volante que sus nudillo estaban blancos
-¿Por qué lo harías? Me odias más de lo que yo te odio- dije y sonrió irónicamente
-Ahora tu te equivocas, no te odió, y tampoco me odias, crees hacerlo, pero no es verdad
-¿Como estás tan seguro de eso?
-Solo lo sé- respondió simplemente, rode los ojos y volví la vista a la ventana.
Apenas paro el auto frente a su casa, baje casi corriendo y cruce la calle para ir a mi casa. Entre cerrando la puerta detrás de en el momento que me llegó un mensaje
Reese: Pasó por ti más tarde, el día todavía no se acaba cielito
Katherine: Deja de molestar Reese, y no soy tu cielito
Reese: Desde hoy lo eres... Nos vemos más tardé😘❤
Katherine: Pudrete🖕
Reese: También te amo cielito
Bufé frustrada y escuche una risa que proviene de la cocina, fruncí el ceño y camine para ver quien era. Al entrar pude ver a mamá sentada sobre la mesada con una gran sonrisa, papá está a su lado igual de sonriente
-¿Qué les pasa a ambos? No los veo tan sonrientes desde que nací- hablé y ambos me miraron
-Hola mi amor- dijo mamá y la mire confundida
¿Mí amor? La última vez que me dijo así fue cuando tenía nueve años
-¿Qué te ocurre?- le pregunté atónita
-¿Por qué me miras así? ¿Acaso ya no le puedo decir "mí amor" a mí hija?- pregunto y con la ayuda de papá se bajó de la mesada
-Si pero, hace tiempo no lo haces, te la pasas regañándome, es una gran sorpresa para mi que estén tan felices- dije y camine un poco más para acercarme
-Simpre fuimos felices- hablo papá obvio
-No parecía- me cruce de brazos
-Vamos a sentarnos a hablar, debemos decirte algo- mamá camino hasta llegar a mí, me dio vuelta y pasó su brazo por mis hombros. Los tres caminamos hasta el sofá y nos sentamos, yo en medio y mis padres a mi lado.