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__ ¿Debes ensayar hoy? –Pregunto Marta-

__Si, ya sabes –respondió sonriendo- quiero ser la mejor

__Para mí ya lo eres –comento su madre abrazándola- cuídate mucho, hija –beso su frente y la despidió-

Susan se dirigió a la parada de autobuses pero entre una y otras cosas, llego retardada a su clase y la miss se lo hizo saber.

__Ya son dos veces que llegas con retardo, Susan –frunció su ceño-

__Lo siento –dijo apenada- no volverá a ocurrir.

__Eso espero. –Comento soberbia- colócate en tu lugar.

Susan se colocó en su puesto y comenzó con su preparación, las horas de su clase habían transcurrido muy rápido, pero en un momento se descuida y no realiza el movimiento como es debido.

__¡Susan! –Alzo su voz- ¿Qué crees que estás haciendo? –Pregunto- coloca punta de pie y estira tus rodillas, tienes que tener una línea perfecta, ¿hasta cuándo te diré lo mismo? –negó- Verdaderamente no entiendo para que estudiaste... Es mejor culminar la clase por el día de hoy, nos vemos mañana a las 8:00am, ni un minuto más, ni uno menos, Susan...

__Así será, miss. –dijo ella un poco cabizbaja-

Sin más que decir, la instructora se marchó del lugar; mientras que Susan decidió colocarse a ensayar nuevamente.

__¿no te iras, Susan? –Pregunto Louis tomando su mochila-

__ No –sonrió- me quedare un poco más.

__Sabes que todo en exceso es malo, así que no lo hagas y ve a descansar...

__Tranquilo –palmeo su hombro- estaré bien.

Observo a Louis marcharse y volvió a su ensayo, tratando de mejorar sus piruetas y saltos, pero aun así seguía sintiendo que lo hacía mal; estaba exhausta y casi darían las 14:00hrs y debía entrar a trabajar, saco sus zapatillas y como era costumbre, tenía ampollas en sus pies y pequeñas roturas en ellos, así que coloco tiras en las partes afectadas, se cambió de vestimenta, ato sus zapatos deportivos y se dirigió a su trabajo. Al llegar a este saludo a su jefe y compañeros, dando inicio a su tarde laboral; después de unas cuantas horas verdaderamente ajetreadas, llego el momento de salir de trabajar, recogió sus cosas y se fue a casa. Cuando llego a esta, su madre ya tenía la cena preparada.

__Que delicia –comento sentándose- huele riquísimo...

__¿Cómo te fue hoy, cariño? –Pregunto Marta-

__Estuvo excelente, ¿y a usted?, ¿Cómo le fue?

__Muy bien –ambas se dispusieron a cenar- ¿Mucho trabajo en la zapatería?

__Si –admitió- Demasiadas personas –comento dejando salir un suspiro pesado, al terminar de cenar se colocó a limpiar lo que habían utilizado- ahora sí, iré a descansar, mamá...

__Vaya tranquila hija, descansa. Dios te bendiga. –Beso su frente- te amo.

__Yo mucho más, mamá...

*

Patrick Harrison es un hombre de 24 años, residente de México, independiente y trabajador, hace tres años aproximadamente termino sus estudios de comercio exterior. No era la carrera de sus sueños pero aun así lo quiso estudiar porque sus padres se lo pidieron, su madre es colombiana y su padre estadounidense; es muy cercano a ellos por ser hijo único, pero mucho más con Daysi. Se mudaron a México por negocios que poco a poco fueron creciendo llegando así a tener una empresa propia, pero James, su padre, desde hace un año y medio decidió abrir otra cede de su empresa en Colombia, país nativo de su mujer, por tal razón Patrick y su madre deberán vivir un tiempo a dicho lugar para el funcionamiento de esta nueva cede, ya que él por problemas de salud no puede volver a viajar.

Mi Preciosa BailarinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora