Camus/Milo Acto 7

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Volví a ver mi móvil bastante inquieto, por más que bebieras no era normal que no contestaras mis llamadas y desde que finalizó el evento he estado tratando de comunicarme contigo sin éxito.

-¿Seguro que no quieres ir?- me pregunto Aioros mirándome por el retrovisor de la camioneta, se había ofrecido a ir por nosotros y acepte solo porque Afrodita y Shun estarían ahí, el propuso ir por unos tragos al finalizar el evento pero era obvio que no era una buena idea

-Estoy seguro- sonreí- Milo debe estar esperándome ya-

-Está bien- cedió, me pareció un poco extraño que no insistiera pero por mi mejor, baje de la camioneta sintiendo el gélido aire de media noche, mire hacia arriba y fue un alivio ver que la luz de nuestro departamento estaba encendida, talvez solo te habías quedado dormido al llegar.

Subí las escaleras ansioso por ver si estabas bien, abrí el departamento pero de inmediato note que algo no estaba bien, había ropa tirada en la entrada y podía escuchar lo que parecían ser gemidos. Me dio un vuelco el estómago y suplique en silencio estar equivocado sobre mis sospechas.

Camine lentamente a la habitación, la puerta estaba abierta y pude distinguir perfectamente la espalda de alguien que cabalgaba ¿sobre ti?

No podía creerlo, de verdad estaba pasando lo que mis ojos veían, se me seco la boca y sentí una opresión en el pecho que nunca había sentido, pensé en darme la vuelta y marcharme del lugar cuando el muchacho a quien distinguí como Shiryu comenzó a gemir tu nombre en éxtasis, tan entrados estaban en el acto que no parecían haberse dado cuenta que ahora tenían compañía.

Apreté los puños y la mandíbula conteniendo el llanto dispuesto a marcharme del lugar, pero... por que, por que carajos tenía que ser yo quien se marchara cuando por tu culpa ya no tenía a donde ir, no aquí quien se iba eras tú, tú y el resbaloso de tu jefe así tuviera que sacarlos a rastras y semi desnudos.

Me arme de valor y entre a la habitación aparentando más tranquilidad de la que en verdad sentía luchando por que no se me quebrara la voz, tome a Shiryu del hombro y lo empuje hacia atrás apartándolo de ti, parecía horrorizado de verme

-¡¡Agarra tus cosas y lárgate!!- grite ya sin poder contener el llanto apuntándole amenazadoramente con el dedo -¡¡ y tú!!- me volteé hacia la cama con la intención de encararte pero me di cuenta que estabas inconsciente, volví mi vista de nuevo hacia Shiryu que se había puesto de pie y descubrí que no estaba desnudo aun llevaba la ropa interior al igual que tu -¿Qué carajos pasa aquí?- cuestione alternando mi vista entre él y tú, pero el parecía a punto de sufrir un ataque y tú a pesar de mis gritos no parecías reaccionar.

Me acerque a la cama y te sacudí violentamente –¡¡Milo!! Ey despierta – exigí zarandeándote bruscamente pero era inútil, era obvio que no estabas participando en aquello, al menos no de forma consiente -¿¿¡¡Qué le has hecho!!??- grite histérico dirigiéndome a tu jefe que parecía a punto de entrar en shock-¡¡Dímelo!!- exigí tomándolo del cuello estrellándolo contra la pared más cercana, pero era inútil el muchacho parecía tener un ataque de pánico y lo único que sabía hasta el momento es que tú estabas inconsciente y que podía ser grave.

Saque mi teléfono y marque al 911 para pedir una ambulancia-No te iras de aquí hasta que ellos lleguen y vas a decirles que carajo fue lo que le hiciste, juro por mi vida que si algo malo le pasa a Milo no vivirás para contarlo- amenace a Shiryu soltándolo regresando a la cama junto a ti

-Despierta por favor- te pedí volviendo a sacudirte, pero era inútil tu cuerpo estaba completamente inerte, me acerque a tu rostro para sentir si estabas respirando, afortunadamente si pero eso no me hizo sentir más tranquilo, no reaccionabas así que seguro que algo andaba mal, no iba a arriesgarme a tomarlo a la ligera y esperar a que despertaras si es que lo hacías, necesitabas atención médica y solo esperaba que la ambulancia no tardará mucho en llegar

Los paramédicos llegaron y me apresure a intentar explicarles a grandes rasgos la situación

-Salió a beber con unos amigos pero nunca antes había perdido la conciencia- explico intentando contener los sollozos –Sospecho que hallan alterado su bebida o algo así- digo volteando a ver a Shiryu suplicante esperando que diga algo que sea de ayuda.

-Aioros me dio unos polvos pero no sé qué eran, solo me dijo que los echara en su bebida- admite tartamudeando, se pone de pie rápidamente y sale corriendo del departamento, quiero matarlo pero ahora lo que más me preocupa es saber si te pondrás bien

Los paramédicos revisan tus signos vitales, te suben a la camilla y te llevan a la ambulancia, tu pulso es muy bajo y temen que haya complicaciones, me explican la situación y piden que vaya con ellos al hospital para que te practiquen un examen toxicológico y puedan determinar qué tan grave es la situación. Me lo dicen con calma pero por la forma en que se miran y la urgencia con la que actúan me hace pensar que algo no está del todo bien.

Llegamos al hospital y te internan de inmediato, no sé si voy a resistir la incertidumbre.

-Bueno- contesta Afrodita después de solo un tono

-Afrodita yo...

-¿Camus que pasa? ¿Estas llorando? ¿Qué paso?-

-Milo está en el hospital- digo secándome las lágrimas que se acumulan en mis ojos, es como si al decirlo el miedo de perderte se hiciera más real

-¿En el hospital que ocurrió?-

-Al parecer pusieron algo en su bebida yo... te necesito- digo finalmente pues sé que no resistiré estar solo en el hospital

-Perdona Camus acabo de entrar a trabajar y me tomara un tiempo poder salir y llegar halla pero no te preocupes conseguiré a alguien que te haga compañía mientras llego, intenta estar tranquilo de acuerdo Milo va a estar bien-

Asiento como si Afrodita pudiera mirarme, le doy la dirección del hospital en el que estamos y el promete que alguien llegara a estar conmigo mientras él llega, me dejo caer en una de las butacas de la sala de espera y cubro mi rostro dejando que las lágrimas fluyan sin control.

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