Mini aviso: se que esta historia no se parecerá a otras que leí, pero aún así espero que la disfruten :''')
______________________________________Como cada mañana, un joven rubio despertaba. Con cansancio, y sin ganas de levantarse realmente, las pequeñas ojeras asomadas bajo sus ojos le delataban. No dormía bien, para nada! Su mente se perdía tanto al pensar en aquella persona, que siquiera notaba que apenas dormía. Que depresión! Pensar que jamás podrá estar con él, que jamás podrá oír un "te quiero" de su parte, pensar que jamás lo amara tanto como él lo ama. Y si, se refería a un hombre. A un hombre con el cual siempre discutía en cada carrera suya, con el que siempre competía por "el mejor". Y ya eso no le importaba, ya no le prestaba atención a las carreras después del accidente que tuvo. Aquel en el que poco más y cayó en coma, sólo por pensar que Francesco en ese momento se veía lindo, demasiado lindo para sus orbes zafiros. Lo suficiente para distraerlo, llevarlo a otro mundo y terminar volviendo de golpe a la realidad ante el ardor que sintió en su abdomen cuando uno de los materiales de su auto se enterró en aquella zona ante el impacto.
Desde entonces, se dio un descanso. Tampoco es que pasaron años, apenas unos meses desde aquel momento. Y no quería volver a pasar por lo mismo.
Dejando el tema de lado, se incorporó. Estiró su cuerpo hasta oír sus débiles huesos tronar. Sus piernas, algo temblorosas, le llevaron a la cocina. Pero se detuvo, porque el golpeteo repentino en su puerta le llamó la atención. Se dirigió a la misma, y apenas quitó el seguro y abrió un poco la puerta, esta se abrió de golpe estrellándose contra la pared y al mismo tiempo ocasionando que el joven retrocediera.
Un castaño, con el ceño fruncido, se encontraba en la entrada de la puerta. Un joven que era claramente mayor que el rubio, un joven que parecía venir furioso por quien sabe que motivo, un joven que simplemente le quitó el aliento al menor con su sola presencia. Poco pudo apreciar de aquel hombre, que se había adentrado a la casa sin permiso y había cerrado la puerta, colocándole el seguro.
Estaba confundido, no entendía porque aquel italiano se encontraba ahí, dentro de su departamento. Y no reaccionó, hasta que sus muñecas fueron tomadas con fuerza y su cuerpo fue acorralado contra la pared...McQueen: F-francesco?... *murmura tímido, mirándole con confusión y algo de sorpresa* q-que haces aquí idiota?... *a pesar de todo, debía aparentar...*
Francesco: McQueen...
Su voz sonó ronca, cargada de ira. Ello le estremeció, estaba aturdido. Su cuerpo apenas noto que había sido arrojado a su cama, y fue ahí cuando miró al mayor con temor y confusión. Quiso levantarse, pero el mayor le detuvo tomando con brusquedad sus muñecas...
McQueen: F-francesco? Espera! Q-que estas-? *de golpe se detuvo al ser interrumpido*
Francesco: Te odio.... *murmuró, con su típico acento italiano*
Como dos palabras podían causar tanto daño... tanto dolor a una persona enamorada. Esas palabras le aturdieron, pero volvió a la realidad cuando noto que su ropa era quitada con búsquedad y desespero. Le sorprendió, le asustó e intentó detenerlo. Débilmente le llamaba, pero el mayor sólo continuó quitándole la ropa hasta tenerlo desnudo y vulnerable ante él. Iba a protestar, pero de sus labios sólo fue audible un grito. Un grito de dolor que recorrió todo su ser, toda su alma al momento en que el italiano se adentró en él. Tan brusco, tan de repente. Y las embestidas no tardaron en llegar, causando que el dolor fuera peor. Quejidos y súplicas eran audibles de parte del menor, quien estaba aterrado. Todo su cuerpo temblaba, las lágrimas no habían tardado en surgir, intentaba empujarlo pero sus muñecas fueron agarradas con brusquedad y alejadas del pecho contrario. El mayor parecía siquiera notar su delgadez, sus cicatrices y moretones, sus cortadas... y mucho menos iba a notar que así, sólo conseguía herirlo...
McQueen: F... f-francesco.... *Su voz era débil, no entendía nada. No entendía porque de repente el mayor estaba ahí, violandolo...*
Francesco: Te odio... *murmuró, entre pequeños jadeos mientras que penetraba con más fuerza la entrada del menor, con toda la fuerza e ira que tenía..* ti odio McQueen! Ti odio la tua indifferenza! La tua ignoranza!
McQueen: p-para... *estaba asustado, siquiera entendía lo que le decía. Sólo suplicaba un poco de piedad* p-por.... por f-favor...
Francesco: Odio amarti! Odio che mi rifiuti sempre! Odio questo dolore! *soltaba con enojo, con dolor. Incluso intentaba ir más rápido, sus oídos no captaban los débiles quejidos del menor, estaba cegado...*
No le entendía, el menor sólo captaba la palabra odio. Demás, no sabía que le decía. Su cuerpo se debilitaba, la fuerza que el mayor aplicaba era demasiada para él, no lo soportaba. Su voz se debilitaba, se oía tan frágil... lentamente, fue quedando inmovil. Fue perdiendo la consciencia a pesar de que el mayor ya se había corrido en su interior, a pesar de que finalmente se había detenido.
Quedó inconsciente...A pesar de que el mayor lloraba entre lamentos...
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Perdonami amore mio... (Francesco x McQueen)
Random¿Qué pasaría si Francesco, famoso corredor italiano, cometiera un acto por ira? ¿Y si luego se sintiera arrepentido? ¿Qué pensarían las personas al notar el brusco cambio de McQueen, que de una persona arrogante y orgullosa, pasara a ser una persona...