SUMIRE

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El consejero real le informó al rey que el orfebre requería de una audiencia con él. La salud de Richard había empeorado considerablemente unos días atrás, prácticamente le era imposible abandonar sus aposentos pues sus huesos dolían al momento de dar un paso junto a otro. Las constantes visitas que Pete le hacía eran su único consuelo para el dolor.

- Hazlo pasar- pidió el rey mientras se acomodaba tratando de controlar el frío que sentía recorrer su espalda

Las puertas se abrieron dando paso a un anciano acompañado del que parecía ser su hijo, ambos al entrar se inclinaron mostrando sus respetos al legítimo soberano de Hanazakura. El rey les hizo una señal para que se acercasen a él y ambos así lo hicieron.

- ¿Qué necesitan? - les dijo - Solicitaron una audiencia conmigo, hablen-

- Mi rey... - habló el anciano - Se trata del collar -

- ¿Qué collar? - preguntó Richard confundido

- El de la boda - respondió - El que su hijo planea darle al príncipe Pete en la ceremonia -

- Oh, ya veo - hizo una pausa - ¿Qué pasa con el collar? ¿Esta listo? -

- Todo lo contrario, Majestad - dijo el hijo del anciano - El príncipe no nos dió mucho material con el que trabajar, mire - le extendió un pedazo de washi con algo dibujado -

- ¿Esto es...? -

-El boceto que nos entregó el príncipe antes de su desaparición - respondió el anciano - Pidió que se pareciese lo más cercano a su dibujo y así lo realizamos - le hizo una seña a su hijo para que trajese aquella caja y la abriera delante del rey. Al abrirla se encontró con la estructura del collar ya realizada, pero carecía de piedras

- ¿Dónde está lo demás? - preguntó refiriéndose a esos pequeños objetos brillantes

- Ese es el problema, Majestad - explicó - Su hijo no dió más detalles acerca de la decoración, por eso recurrimos a usted - hizo una pausa - Esperamos sus órdenes -

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La pequeña Jin no paraba de hablar acerca de su vida o cualquier otra cosa que sus ojos captaban, la cabeza de Tweek estaba a punto de explotar con toda la información que atravesaba sus oídos, intentaba concentrase en su búsqueda mas le era imposible.

- ¿Qué estamos buscando? - preguntó imitando las acciones del rubio

Tweek se detuvo al notar como la flora cambiaba repentinamente, se agachó provocando que sus rodillas hiciesen contacto con la tierra húmeda. Una pequeña flor de color morada resaltaba y reposaba tranquilamente en el suelo, posiblemente el viento había provocado la dobladura de su tallo.

- Es muy bonita - dijo Jin intentando arreglar su postura - Me gusta su color - habló aun admirándola

- ¡Ack! Se llama Sumire - explicó - Nunca había visto una, es raro verlas pues se dicen que son muy tímidas, no les gusta que las vean -

- ¿Por qué hablas de ellas como si estuviesen vivas? - preguntó curiosa

- ¡Ngh! Porque lo están - respondió - Ellas nos escuchan, sienten nuestra presencia y el dolor al arrancarlas - explicó - ¡Ngh! Son tan frágiles como tú y como yo - suspiró - Lástima que carezcan de voz para defenderse -

El corazón de la pequeña Jin fue tocado por las palabras del príncipe, jamás se había sentado a reflexionar en ello. El bosque era el que les proveía el alimento y nunca le habían agradecido por ello.

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