DONDE NACEN LOS CEREZOS

CAOS

Al verlo se impactó, sentía que el aire escaseaba al mismo tiempo que miles de recuerdos flotaban alrededor de su subconsciente. Debía ser su imaginación, una falsa apreciación de la realidad porque era imposible que él, justamente él estuviese ahí frente a él, regresándolo unos años atrás.

- Bu...Butters - le costó pronunciar su nombre debido al temblor en su labio

- Entonces si me recuerdas - alegó este con una amplia sonrisa - Pasaron muchas cosas en estos años, tan solo mírate. Ya no eres el mismo niño miedoso que se escondía detrás de la sombra de alguien -

- ¡Ack! ¡Butters! ¡Tú estás muerto! - le gritó

- Veo que tu condición sigue viviendo contigo - murmuró haciendo referencia a sus espasmos

- ¡Butters! ¡Ngh! ¿Qué es todo esto? ¿Qué pasó contigo? ¿Por qué estás aquí? -

- Te responderé todo, a su debido tiempo - respondió - Pero por ahora lo único que debes de saber es que estoy vivo y que a partir de que te revele todo lo que sucedió, aquello en lo que creías cambiará... - amenazó - Te traje aquí para obtener información -

- ¿I-i-información? -

- El príncipe perdido - confesó

- ¡Ack! Butters, sabes que solamente es un relato -

- Te equívocas en eso - alegó - Él está vivo, mi padre me lo confesó antes de ayudarme a escapar. Por años reuní información que me llevara a él, a lo que ocurrió y a su paradero - suspiró - Y estoy a punto de resolverlo, tengo varias teorías y creo que lo encontré - hizo una pausa - Mi familia fue ejecutada por un crimen que no cometió y ahora yo limpiaré el honor de mis padres, resolveré el misterio aunque me lleve la vida entera -

- ¡Ngh! Butters...- murmuró procesando aquella información

- Ven conmigo... -

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De lado a lado el azabache no dejaba de caminar temiendo por lo que ocurría dentro de aquella fortaleza. Intentaba escuchar más allá de las paredes tratando de descubrir lo que en su interior se escondía. Con suma cautela se acercó a la entrada intentando atravesarla.

- No - la mano de aquella chica se interpuso en medio impidiéndole el acceso - No interrumpas -

- ¡Nichole! - refunfuñó

- Esto no es tu asunto, ni el mío - explicó la chica tratando de calmarlo - No puedes detener a Caos, ninguno de nosotros puede contra él -

- Ginza - dijo Token - No lo hagas, no sabemos como Caos reaccionará -

- ¿Me pides que lo deje morir? -

- N-No sa-sab-sa-sabemos si lo va a ma-matar - interrumpió Jimmy

Las puertas se abrieron dejando pasar la presencia de Caos, todos lo miraron con angustia pues se había despojado de aquel objeto que siempre adornaba su cabeza revelando ante ellos su identidad. Nadie dijo nada, un silencio sepulcral reino entre ellos hasta que Caos se hizo a un lado dejando pasar al príncipe que venía detrás de él.

Aquella angustia y miedo sembrados en los ojos de Tweek preocuparon aún más a Ginza. El príncipe estaba vivo pero extrañamente no dejaba de ver a Caos, lo analizaba de todos lados, como si quisiese comprobar algo en él.