Hinata Hyuga, la princesa blanca.

ADIÓS - Prólogo

Una mirada blanca, un corazón sumido en la oscuridad. Hinata, escondida tras una farola, observaba como Naruto se alejaba de ella , de Konoha. Mientras lo veía alejarse, sentía en su pecho una mezcla entre felicidad y desasosiego. Felicidad porque Naruto parecía feliz al irse con Jiraiya, y desasosiego porque se marchaba, quién sabe por cuánto tiempo, y ella no había tenido el valor suficiente para decirle lo que sentía.
En el momento en el que Naruto Uzumaki salió por la gran puerta de Konoha, Hinata recordó todas las misiones en las que habían participado juntos.
Recordó cuando hicieron juntos la misión del escarabajo Bikochu. O la misión junto a Kiba, donde Naruto y ella habían afrontado parte del viaje solos, la misión junto a Naruto y Choji , donde consiguió derrotar al malhechor que casi acabó con la vida de Naruto. Pero sobre todo, recordó cuando ella se encontraba entrenando con la danza de los Hyuga en unas termas de agua naturales, y alguien la observaba. No fue hasta el culmen de la danza, que gracias al 'Ojo Blanco' pudo observar que ese alguien era Naruto, que la observaba de la forma que ella siempre había deseado.
P

ero una vez más, no tenía el valor de correr tras él y abrazarlo. De decirle que si no se quedaba, que ella de iría con él. Pero todo lo que hizo fue seguir escondia, viéndole cada vez más lejos, sintiéndose cada vez más desdichada. Si tan solo hubiese sido más valiente...
Cuando Naruto ya no era una figura en la lejanía, sino tan solo en su mente, los ojos de Hinata se humedecieron.
A cincuenta metros de allí, dos figuras la observaban atentamente. Una de ellas iba encapuchada, la otra llevaba unas gafas que le ocultaban la vista. Ambas siluetas se miraron.
-Shino... ¿crees que deberíamos hacer algo? -Dijo una de ellas
-Yo pues... uno de mis insectos ha detectado la solución.- y con un movimiento rápido,  desapareció y volvió  a aparecer con Neji, quien se encontraba completamente cariacontecido. Con una voz tétrica Shino sentenció.
-Tú eres de su clan, seguro que sabes cómo animarla.
-Pero, pero... -Dijo Neji con cara de pocos amigos. Al ver que no obtenía respuesta, se resignó y se dirigió hacia Hinata.

Simultáneamente, Hinata continuaba allí, agazapada mientras varias lágrimas caían por su rostro y ella se abrazaba a sí misma. De pronto una mano se posó sobre su hombro.
-¿Na-naruto? -preguntó ella, esperanzada, mientras se secaba rápidamente las lágrimas. Pero no era él, se trataba de Neji.
-No hace falta usar el 'Ojo Blanco' para saber cómo te sientes. -Dijo él,  mientras le sonreía tristemente. -Ven, entrenemos un poco. Luego Shino y Kiba te invitarán a cenar lo que tú quieras, venga vamos. -Seguia sonriéndole, y en esta ocasión,  hasta le brindó la mano para que ella se levantara. Ella lo dudó, pero asió su mano y se incorporó.

Esa misma tarde sonrió por primera vez gracias al intento de Neji de hacerla sentir mejor, quien llegó a dejarse ganar. Gracias también a las bromas de Kiba y al habitual mal humor de Shino. Pero no era feliz.
Y no volvería a sentir la felicidad hasta un tiempo después, hasta conocer a Aiden.