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El árbol del parque bañado en vivientes esperanzas de primavera nos unía aquella tarde. Nuestras risas decoraban el aire envolviendo el tiempo, transformando las horas en segundos. 

Las escusas que poníamos para vernos, un "aburrimiento", un "insomnio", un simple y tímido "te extraño". Ninguno de los dos era consciente del poder sobre el otro. O, tal vez siempre lo fuiste, siempre supiste todo lo que causabas en mi. Como un silencio tuyo podía destruirme mil veces mas que tus palabras.

El cuaderno reposaba en tus manos mientras, velozmente, escribías aquellas hermosas palabras que se te venían a la mente. Yo ahí, admirandote. 

Porque, de eso se trataba nuestro día a día, tu siendo tu, y yo admirando cada parte de ti. Juraría que no necesitaba más nada en esos tiempos, deseaba que la vida no siguiera su transcurso si simplemente no se trataba de eso.

Pero, ¿ realmente cuánto dura un "para siempre"? ¿un año? ¿un mes? ¿unas horas? ¿un momento?. 

¿acaso somos tan codiciosos como para desear que el tiempo detenga su curso? ¿para que los pájaros detengan su canto? ¿para que las hojas dejen de caer? 

Bendigo la ignorancia de la felicidad, como eramos tan felices sin siquiera darnos cuenta. Era un sentimiento tan embriagador como inexplicable. Categorisamos nuestros momentos como algo tan único como nuestro. 

Nunca supe por qué a mi

Por qué yo

Por qué no hice algo para que nuestra historia fuera distinta

o tal vez... no deseaba eso.

Aprisioné el amor que sentía por ti, solo para poder seguir viendo aquel atardecer junto a ti. 

Goodbye my friend Donde viven las historias. Descúbrelo ahora