G

28 1 0
                                    

Aquella tarde de verano me encontraba sentado amenazadoramente en el muelle. El sol acariciando mis ojos con un deseo incesante de abrir paso a su luz entre mi visión. El cielo era azul como en aquellos tiempos, el mar podía ver perfectamente mis lagrimas escaparse de mi para formar parte de él.

Sentía la brisa calida golpear mi pecho, estabas ahí. Aquella calidez que alguna vez proporcionaste en mi, ahora simplemente es una inevitable caricia del viento.

Siento la necesidad de culparte, de correr hacia ti y dejar mi alma en tus brazos. Pero no puedo hacerlo, ya no.

Dirijo mi vista hacia la lejanía del cielo, veo en él las aves unirse y volar lejos del mar, escapando de las juguetonas gotas que trataban de alcanzarlos. Un sentimiento retorcido nace dentro de mi -algunos lo llaman envidia, otros anhelo- veo como rozan el cielo y huyen sin dejar rastro.
Pasa por mi cabeza un pensamiento tan veloz como característico del ser humano: "Si tan solo yo volara..."

Es inevitable desear atravesar la belleza del horizonte y ver más allá del mar. Ese sentimiento de impotencia condimentado de curiosidad atacaba mi mente.
Aún recuerdo cuando mirábamos juntos aquel paisaje y nos burlabamos del tiempo. La manera en la que tus ojos brillaban cuando decíamos incoherencias cargadas de fantasías, como tus palabras bailaban en mis oídos guiandome a un mundo de mil maravillas -aquel que había leído una y otra vez en aquellos libros polvorientos al fondo de una antigua biblioteca-, como cada letra se volvía melodía ante mi.

A pesar de todas las cosas misteriosas y únicas que he sentido en mi vida, nunca supe -ni sabre- que fue lo que sentí aquel momento que dejé de escuchar tu risa todos los días, ese momento donde dejamos de hablar del futuro, cuando la eternidad se escapó entre las finas telas del olvido.

Amor mío -si es que aún puedo aclamarte de esa forma- ¿Por qué alejarte tus pisadas de este mar de sentimientos ahogados?.
Soy cobarde para decir "adiós", pero insaciable para decir "perdón".

Goodbye my friend Donde viven las historias. Descúbrelo ahora