3rd part

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Se que me tarde y siento mucho la espera, pero aquí lo tienen por fin.

¡Espero que lo disfruten!

Nos leemos al final 👋🏻

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¿Qué se supone que hace?, me pregunté.

Era la sexta vez que la miraba realizar esa acción y no es que me molestara si no que me ponía un tanto ansioso, por alguna motivo que ciertamente desconocía.

Llevaba poco más de 10 minutos dentro de su habitación pero como siempre, ella se encontraba tan absorta en lo que sea que estuviese leyendo que ni siquiera reparó en mi presencia.

Me hallaba ahí debido a que Moblit le mencionó a Erwin que Hange no había dejado de escribir y redactar documentos por todo el transcurso del día, eso solo quería decir una cosa.

Llevaba horas y horas trabajando sin parar, que raro... me dije a mi mismo de manera sardónica.

Hange había llegado a un acuerdo con Erwin, de manera que si lo llegaba a romper el encargado de hacérnoslo saber era Moblit.

Y digo hacérnoslo saber debido a que la persona que se encargaría de otorgarle su castigo sería yo, Erwin me dio plena libertad para darle las tareas que mejor me parecieran a manera de amonestación.

Mentalmente había hecho una apuesta contra Hange, para saber cuanto tiempo es que duraría ese mentado acuerdo que pactó con el cejas.

Y mis cálculos habían sido más que correctos, ella no duró ni dos semanas con aquello, me sorprendió al pasar la primera semana sin mayores problemas, y me cuestione mentalmente si acaso le tenia poca fe a la mujer y a sus convicciones o en realidad realizaba aquella apuesta figurada dentro de mi mente debido a que la conocía en demasía, pero cuando comencé a verla comer apresuradamente en el comedor y levantarse sin previo aviso diciendo que había olvidado algo en su habitación y volvería pronto (para nunca más volver, claro), fue que supe que era cuestión de días.

Ni bien tres días habían transcurrido de la semana número dos, cuando ella no se presentó al desayuno, y tampoco a la comida.

Fue ese momento en el que cante victoria internamente al acertar acerca de mi predicción.

Y pensando en que la obligaría a lavar el piso de los establos hasta que no quedaría ni una sola astilla en la superficie de la madera, fue como llegue a sus aposentos.

Al momento de entrar y que no se percatase de mi presencia no me pareció que hubiese nada extraño en ella, pero cuando la vi realizar ese gesto por primera vez si que me pregunté qué rayos estaba leyendo.

No estaba agregando cosas a lo que sea que estuviese sobre su escritorio, solo lo miraba con atención, mientras lo repasaba con la mirada una y otra vez.

Y cuando estaba seguro de que había terminado, comenzaba a repetir el proceso desde cero, embelesada.

Después de pasados los 10 minutos de haber estado observándola con esa actitud ciertamente sospechosa y volviendo a mirar cómo es que se llevaba nuevamente dos dedos de su mano izquierda hacia su boca mientras que presionaba la piel de sus labios de manera suave, me pregunté porque esa acción de su parte me descolocaba un poco.

Al principio creí que se estaba mordiendo las uñas, pero no fue hasta que realizó dicha acción por tercera vez que note que en realidad posaba ambos dedos de su mano sobre esa parte de su rostro de manera sutil como tratando de recordar algo.

Nunca la había visto realizar dicho movimiento por lo que eso despertó aún más la duda dentro de mi por saber exactamente qué la tenía tan ensimismada que la había llevado a desarrollar nuevas manías.

-Levihan- First Experiences Donde viven las historias. Descúbrelo ahora