Como he dicho antes, mi armadura no fue absolutamente destruida hasta que no tuve un error, hasta que no me dejé llevar por el momento en vez de por todo lo que había pasado antes. Aquella noche fue la decisiva para que se rompiera en pedazos, aunque no me di cuenta hasta tres días después.
Una noche de abril, en una fiesta con nuestros amigos, sucedió algo que no debió haber pasado. No diré que me arrepiento totalmente, porque de no ser por ello no sé si todo lo positivo de después hubiera estado bien. El caso es que estábamos ahí, los dos juntos, y pues empezamos a enrollarnos.
¿Sabes esa sensación de decir que algo no está bien, pero seguir con ello porque te gusta lo que te hace sentir? Pues algo así me pasó. Yo sabía que no era correcto y aun así seguí con ello porque me recordaba cómo éramos antes de todo. Sabía que no duraría mucho, y no lo hizo, pero me permití pasarlo bien en ese momento. Al fin y al cabo, yo no tenía ataduras ni había ido allí a separar la pareja, simplemente él fue quien se lanzó y yo decidí pasarlo bien.
Evidentemente, todo esto era secreto para los demás por tanto íbamos con cuidado. Estuvimos tres días en eso que para nada fueron lo mejor que he tenido. (Si ahora echo la vista atrás y comparo con otras experiencias, esta toda entera no llega ni a un mediocre 5). Por lo que nos enrollamos un par de veces más, discutimos unas cuantas, las ocultamos todas y disfruté menos de lo que me esperaba. Y, aun así, no llegué a hacer nada más que no fuera enrollarnos porque no lo sentía así, pese a lo muy pesado que se puso él en ese aspecto.
El cuarto día fue cuando yo me dispuse a tomar la iniciativa. Gran error por mi parte. Resultó que él había pensado y decidido que ya no seguiríamos con eso ya que estaba mal. Y no es que fuese mentira, sino que me jodió que volviese a ser él quien cortaba todo cuando era yo la de la iniciativa.
Y sí, esa fue la última vez que dolió de verdad. Esa fue la vez en la que mi armadura quedó destruida porque, una vez más, había confiado en él y me lo pagó burlándose de mí después de todo. Por lo que me rompí. Le permití romperme y eso fue lo que más me dolió porque pude haberlo evitado, pero no lo hice.
Me pasé la siguiente semana convenciéndome otra vez de que ya estaba, con la diferencia de que lo conseguí bien. Y bien contenta que estaba. No diré que me recuperé en una semana, simplemente aproveché la semana de descanso para dar el portazo que me faltaba. Aun así, recuperarme completamente tomó mucho más de una semana, y de dos... Creo que tomó algo así como un mes, pero lo logré.
Así me destruyó la armadura. La rompió en mil pedazos, pero con paciencia y un buen pegamento conseguí armarla de nuevo. También con ayuda de quien siempre estuvo ahí y de una persona nueva que llegó y se convirtió en alguien muy especial, aunque bueno, esa es otra historia para contar.
FIN.
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La chica de la armadura [COMPLETA]✔
Historia CortaHola, soy Sky y esta es la historia de cómo mi armadura fue traspasada hasta destruirla. ¿Quieres saberla?