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—La verdad es que no sé como carajos terminé aquí, Kim SeokJin, voy a matarte.— Resopló JungKook mientras trataba de quitarse el cinturón de seguridad y su amigo conducía a una velocidad casi ilegal hacia la casa de Min YoonGi.

—Yo también te quiero mucho, Kook.— Sonrió el rubio y estacionó el auto al frente de la casa, prácticamente mansión de Min. —Va a ser divertido, te lo prometo.

—Claro, por supuesto que lo será.

El sarcasmo en la voz de Jeon provocó una pequeña risita del rubio.

SeokJin lo sujetó del brazo y prácticamente lo arrastró hacia adentro de la casa.

El olor a tabaco, alcohol y sudor era repulsivo para el más pequeño, el cual ya quería irse apenas puso un pie dentro, sentía un ambiente pesado, no estaba acostumbrado a este tipo de cosas.

—Bien, no te separes de mí, Kookie.

Pero fue lo contrario, JungKook no sabía en qué momento había perdido a su amigo de vista. Estaba caminando solo en medio de toda la gente borracha y probablemente drogada, con nervios a flor de piel.

Odiaba estar rodeado de personas y en estos momentos, odiaba a Kim SeokJin por dejarlo solo en medio de todos estos idiotas que lo empujaban al intentar hacerse paso entre todos.

Pudo sentir varias manos pasar por su cuerpo, no sabía si eran roces accidentales o alguien de verdad quería tocarlo, solo sabía que le incomodaba y le daba asco.

Cuando alguien tomó su muñeca, su cerebro automáticamente pensó que podría haber sido SeokJin, ya estaba pensando cientos de maldiciones para su amigo rubio pero su boca se secó al ver que no era SeokJin el que estaba arrastrándolo hacia el pasillo.

—Oye, ¿q-qué haces? d-déjame.— JungKook forcejeó tratando de zafar su muñeca pero fue en vano, él no tenía la fuerza suficiente.

—Quédate quieto, bonito, vamos a divertirnos un rato.— Murmuró entre todo el bullicio ese chico desconocido y lo impactó contra la pared, un pequeño jadeo de escapó de la boca de JungKook.

¿Tenía miedo? Claro que tenía miedo, ese chico iba a probablemente violarlo y él no tenía fuerza como para defenderse, iba a volver a pasar todo eso que hace años había logrado dejar atrás.

Mierda.

Sentía inmensas ganas de llorar y de vomitar cuando los labios ajenos se posaron sobre si pálido cuello, sus pequeñas manos estaban sobre el pecho fornido del chico que no conocía en lo más mínimo, aplicando presión para tratar de quitarlo de encima.

Pequeños sollozos se escapaban de sus labios partidos cuando esas frías manos se colaron por debajo de su playera suelta.

Los nervios recorrían todo su organismo, tenía la piel de gallina, sus ojos estaban llenos de lágrimas, una violación más, una menos, ¿qué iba a cambiar?

"Va a pasar rápido, va a pasar rápido" era lo único que pasaba en esos momentos por la mente del chico pelinegro.

¿Por qué la vida tenía que ser tan injusta con personas que no habían hecho absolutamente nada? Eso pensaba, él no había hecho nada malo además de haber nacido.

Lágrimas caían por esos ojitos sin vida, lágrimas las cuales resbalaban por sus mejillas y se perdían en el suelo.

Estaba temblando, su cuerpo parecía de gelatina, sudaba por el miedo y por los nervios.

De su boquita, solo salían súplicas, ruegos, maldiciones para que lo dejaran, pero el chico solo hacía oídos sordos y se dedicaba a tocarlo por todos lados.

JungKook solo cerró sus ojitos y dejó que todo pasara.

Y así fue, todo pasó, para el pequeño, fueron de los minutos más torturosos que le habían tocado vivir a los largo de sus cortos deciséis años de vida.

Había quedado tirado en el pasillo más lejano de la mansión Min, nadie pasaba por ahí, iba a tener que esperar a que el dolor pasara para poder levantarse e irse, maldita sea.

Levantó la mirada del suelo cuando oyó voces acercarse a lo lejos y reconoció una risa particular, una risa que antes adoraba oír junto con otra la cual no llegaba a descifrar.

—Joder, ¿de verdad le haz dicho eso?

—Pues sí, se lo dije, deberías haberte imaginado su ca- ¿JungKook?— TaeHyung frenó en seco sus pasos al verlo tirado en el suelo.

—¿T-TaeHyung?— Murmuró el más pequeño con la poca fuerza de voluntad que tenía mientras pequeñas lagrimitas que brillaban por las luces del ambiente caían por sus mejillas.

TaeHyung se acercó lentamente hacia su amigo de la infancia, JungKook temblaba demasiado, se podía ver el miedo palpado en su triste mirada.

—K-kookie, bebé ¿qué te pasó?

SeokJin un poco más empujó a TaeHyung y a JiMin y se agachó a la altura de su amigo, acarició sus mejillas mojadas por las lágrimas, se sentía realmente culpable por haber dejado atrás JungKook.

—Hyung.. volvamos a casa, p-por favor.— Susurró JungKook mientras trataba de ponerse de pie.

No more pain. [Vkook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora