Aliens & Golpes

288 53 20
                                    

Cuando los tres jóvenes llegaron a la casa del de labios felinos, apenas éste abrió la puerta y al instante un aroma delicioso que rondaba por toda la casa, llegó a sus fosas nasales.

JongDae los invitó a pasar, cosa que hicieron al instante. Una vez que los llevó a la sala, se encontraron con la madre MinSeok y la del rubio, así como con la enfermera; hablando de lo más alegres sobre quién sabe qué. Las tres mujeres interrumpieron su plática apacible para prestarles toda su atención a los recién llegados.

—¡Veo que ya se conocieron, eso es genial!

Dijo la dueña de la floreria mientras se acercaba a los más jóvenes. Segundos después, se le unieron las otras dos mujeres.

—Sí, nos encontramos con él afuera de la florería. —Explicó Chanyeol refiriéndose a JongDae.—Min quería traer un ramo, por eso fuimos ahí antes de venir.

Señaló el ramo lleno de coloridas y vivas flores que estaba en brazos del mencionado.

—Son para tu amiga, madre.—Habló por fin MinSeok. Extendió el regalo y la destinada lo tomó mientras le agradecía tan precioso presente.—Espero le gusten, le traerán muy buena suerte de ahora en adelante, por eso decidí dárselas.

—Muchas gracias, las cuidaré mucho, son muy lindas...tú también eres muy bonito, tienes los mismos ojos que tu madre, tan únicos.

El chico le agradeció los halagos. JongDae estaba de acuerdo con su mamá, aunque no lo diría públicamente como lo estaba haciendo ella, él era más reservado en cuanto a halagos se refería. Con los escritos que había hecho inspirados en el otro todo ese tiempo, cualquiera sabría todo lo bonito que piensa sobre él.

Todos estaban sentados en los sillones de la sala, conversando y poniéndose al corriente con sus vidas. Aunque el castaño no hablaba mucho sobre él, siempre se enfocaba en su amor a las flores o cuando Chanyeol contaba algo de su infancia, él aportaba pocas cosas también, limitándose mucho. Algo escondía, JongDae lo sospechaba, pero no pensó que sería prudente escarbar en ello.

—La comida ya estará lista, vayan pasando al comedor, por favor.

Todos asintieron y se sentaron alrededor de la mesa. MinSeok al centro de JongDae y Chanyeol, mientras Solar, y la dueña de la florería frente a ellos.

—Oh, cierto, casi lo olvido.—Dijo el de labios de gato cuando tomó su lugar. Sacó de su sudadera la pequeña cajita musical, la cual comenzó a sonar.—No suenes ahora, agh.

—¿Una cajita de música? —Comentó sumamente emocionado el joven de cabellos castaños cuando se percató de la melodía.—las amo, hace mucho no escuchaba su sonido.

—¿E...en serio? Yo no les veo lo bonitas, o al menos no lo hacía...—Miró atento al otro, como si estuviese admirando a una obra de arte.—hasta ahora. La guardaré bien para dársela a mi persona especial.

—¿Y quién es tu persona especial?

JongDae no contestó, fue interrumpido por su madre, aunque tampoco es como si tuviera alguna respuesta, de cierta forma se sintió aliviado de no haber respondido y no sabía el porqué. La mayor le pidió que le avisara a su hermano que bajara, el cual se encontraba en su habitación entrenando arduamente taekwondo.

Había un problema, o tal vez varios. Y es que no le gustaba buscarlo cuando estaba en esas sesiones de ejercicio, ya que el otro se perdía completamente en su mundo, tanto así que aveces se asustaba por la presencia de alguien más en su habitación y terminaba golpeandolo sin querer. Otra cosa era que no quería parecer patético delante los otros, siendo ridiculizado por su fuerte hermano menor.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 10, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Cuando las flores hablan & Las letras retratan [ChenMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora