Capitulo 1.

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Trato.

Lia's Pov:

Aún no puedo creer que acepté esto, es inaudito.

Aceptar cubrir a Emma en su trabajo, que consiste ser una camarera usando tan solo un conjunto de lenceria de encaje y un estúpido antifaz, no, aún no me lo creo.

Ella es mi mejor amiga y justo esta noche tuvo que salir a una "emergencia", que en realidad yo se que era para salir con su  conquista nocturna, y aprovechándose de que yo  necesitaba urgentemente el dinero me pidió el favor prácticamente de rodillas a lo cual yo acepté pero ahora me estoy arrepintiendo.

Estoy sirviendo el área VIP y solo pienso en llegar a casa, colocarme mi pijama y dormir hasta el siguiente día. No me mal entiendan, me encanta llamar la atención y que los hombres se me queden viendo embobadamente, pero esto ya es estresante. Algunos están buenos, otros no tanto, pero al fin y al cabo ninguno llama mi atención.

- Si quisieras Simons te contrataría de un abrir y cerrar de ojos, perra- Ríe Camrren, otra de mis amigas que si trabaja aquí, desde atrás con otra bandeja como la mía pero estas contienen diferentes tipos de drogas, si, drogas.

- No, sabes que esto no es lo mío- Río mientras le doy una copa de champagne a un hombre de no más de 45 años fundado en un elegante traje con dos chicas sentadas en sus piernas jugando y riendo con sus cadenas, asco.

- Te pagarían muy bien y no tendrías que trabajar en ese asqueroso restaurante que parece una ratonera- Vuelve a insistir ella y yo suspiro un poco exasperada.

- No Cam, no lo haré, no trabajaré aquí- Ella solo se limita a voltear los ojos y seguimos sirviendo hasta que por un instante mi mirada cruza con un hombre con al rededor de 25 años. Cuerpo bien formado, mandíbula cuadrada, ojos verdes grisáceos y por lo que me deja ver su traje con las mangas dobladas hasta los codos y tres de los primeros botones desabrochados puedo notar que esta repleto de tatuajes, espectacular. Pero desvío la mirada y me concentro en lo mío, no estoy para esas cosas en estos momentos.

Mi turno pasa velozmente sin darme cuenta, sentía una mirada en mi espalda en todo momento pero no le tome importancia y no volví a ver al hombre tatuado de nuevo aunque si a varios de los que iban con él.

Al faltar cinco minutos para terminar mi turno e irme Simons, mi "jefe" -por esta noche-, me llama a su despacho y sin más voy para allá.

- Mi linda Lia- dice Simons al verme, pues aunque sea mi "jefe" siempre hemos tenido buen trato desde que me conoció hace un par de años atrás, cuando me mudé.

- Hey Simons, ¿me llamabas?- me quito el antifaz y me siento en una de las cómodas sillas que están en su despacho, éste es amplio, elegante y muy lujoso como todo el club.

- Si nena, uno de mis socios quiere conocerte y aunque yo se que no trabajas aquí creo que te vendría bien escuchar el trato quiere plantearte- Me guiña el ojo.

- ¿Trato? No Simons, sabes que eso conmigo no va- dijo un poco enojada.

- Tranquila, solo escúchalo y luego ves si lo niegas, ¿de acuerdo, te parece?

- Esta bien, pero si se pasa le meteré una bofetada- Suspiro enojada.

- No lo dudo nena- Ríe y se levanta- yo me iré, el vendrá en un momento.

Cuando Simons se va siento un poco de miedo e intriga a la vez ¿y si es pesado? ¿Y si es un viejo verde? ¿ y si es solo un juego? ¿Y si...

Todos mis pensamientos se paran al escuchar la puerta abrirse, cerrarse y unos pasos firmes y decididos caminando hasta que se sienta en donde hace unos momentos estaba Simons. Levanto la mirada y lo veo, es el mismo hombre, el hombre tatuado e imponente y no puedo evitar quedar muda.

- ¿Así que una bofetada eh?

••En Las Llamas Del Infierno••Donde viven las historias. Descúbrelo ahora